17. Autodestrucción

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La diferencia horaria entre Naoya y su casa era de aproximadamente 10 hrs, por lo que a la hora de la junta entre Aureon y RS, se encontraba aún durmiendo. El día anterior para él había sido agotador, pero terminó yendo a un club junto con su guía para divertirse y hallar un poco de distracción. 

Conoció a una linda beta qué obviamente buscaba un buen rato de acción y los dos en aparente sintonía fueron en busca de una buena habitación para continuar lo que habían pensado empezar.

—¿Sucede algo malo?— la chica montada encima de él podía notar que no estaba del todo encendido, pero no era algo que le molestara mucho, se estaba sintiendo bien.

—Nada en particular—la sujetó de las caderas mientras ésta comenzaba a moverse haciendo rechinar la cama. Cuando terminaron la muchacha lo miró y supo que no había terminado bien, su experiencia se lo decía.

—Eres un alpha muy dulce, nadie me había tratado así antes. Gracias por... La velada y si me permites darte un consejo... Si tu corazón tiene dueño, no deberías forzarle a olvidarlo tan pronto, dale tiempo ¿ok?

Naoya se despidió de la chica y se recostó de nuevo en la cama, efectivamente el alpha no había terminado satisfecho, no había llegado a un éxtasis profundo, no se sintió a gusto con ella no porque no fuera atractiva o buena en el sexo, quería más, quería sentir como cuando tomó a Enishi la primera vez, si bien sus recuerdos eran borrosos las sensaciones eran demasiado vívidas, lograba ponerse duro de tan solo enfocarse en las veces en las que lo hizo con el omega. Tenía claro que al regresar iba a hablar con él sí o sí, ya no se lo podía sacar de la cabeza. 

¿Esto es lo que significa volverse compañero de un omega?

Concilió el sueño por cansancio sin dejar de sentirse inquieto por algo. Desconociendo totalmente lo que estaba pasando del otro lado del globo, su teléfono comenzó a sonar en algún punto de la noche, logró moverlo pero solo para que le diera un manotazo y lo tirara debajo de la cama.

Al momento en que el primer alpha penetró a Enishi y comenzaron a abusar de él su cuerpo también reaccionó, éste se levantó sintiendo otra vez aquella punzada de dolor en el pecho como si le hubieran dado un golpe o clavado algo filoso en medio de las costillas, se incorporó de inmediato sin saber que su mirada había cambiado su color. No sabía qué o por qué pero lo despertó lo suficiente para escuchar atento el teléfono sonar, lo buscó agitado y logró contestar.

—Toru... ¿Qué sucede?— contestó con jadeos.

—¡NOS JODIÓ NAOYA! ¡NOS JODIÓ!

—¿De qué hablas? ¿Qué sucede?

—Fue ella, esta maldita loca hija de puta, lo sé... Naoya ¿tuviste sexo con el diseñador en la junta pasada con RS?— el alpha se quedó mudo, él no se lo había dicho pese a los cuestionamientos de su amigo aquél día. —Durante la presentación final todos vimos fotografías de ustedes teniendo sexo en un almacén de la empresa. Tu rostro no se ve, pero el de ese chico sí, los demás salieron hechos una furia y cancelaron el trato con RS, mis manos están atadas no quieren escucharme, necesito que hables con ellos, extiendas una prórroga, abogues no sé, si esto llega a oídos de tu padre nos van a colgar a los dos— el silencio de Naoya le confirmó a Toru qué sí era él.

—Hablaré de inmediato. Busca la videoconferencia, no dejes que se vayan, dame una hora.

—Tienes 20 malditos minutos a la voz de ya.

El alpha salió de aquel hotel en que pasó la noche y volvió a dónde se había estado quedando y tenía sus cosas en tiempo record. En todo el camino no dejó de dolerle el pecho, una opresión de ansiedad y angustia que le limitaba sentirse bien y no era por lo que su amigo le acababa de decir, no era por el trabajo era por otra cosa totalmente distinta.

OH MY FCKNG DESTINY [EDICIÓN] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora