Los ojos de una persona que ha sido atacado y denigrado por lo general no reflejan alma, aquellos que aun así proyectan voluntad tras esos cristales, son especímenes raros. Resulta interesante ver hasta cuando aquella flama es capaz de danzar, antes de que se extinga. ¿Cuán resistente es la voluntad humana? Me gusta el sonido del cristal rompiéndose.
—Taichi
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—Yura...¡Yura!— exclamó un pequeño omega al pie de la cama de la chica.
—Hazte a un lado Jun, necesito ver— una mujer voluptuosamente bella, de piel bronceada y largo cabello negro muy ondulado se acercó a la chica con utensilios de curación, un pequeño balde de agua con hielo y unas bolsas de gel frías.
La omega había sido tan maltratada por su último cliente en el extranjero que a su regreso a Japón su cuerpo no resistió más y colapsó. En su mente aquella imagen al aterrizar se había quedado guardada como su último suspiro, ya que siempre tenía presente que cualquier día en que perdiera la consciencia podría no volver a despertar, pero al verse en cama no supo cómo reaccionar, había despertado en el mismo infierno, no parecía haber una salida.
Al llegar a ese obscuro abismo sus nombres eran cambiados, metiéndoselos por cada uno de sus poros en la piel, tatuándoselos a punta de cincel, a fin de que olvidaran su identidad, volviéndose propiedad de alguien a quien debían servir. Ellos tenían suerte, los suyos eran nombres y no números o insultos.
Yura, cuyo verdadero nombre era Misuki había logrado salir adelante sin la ayuda de su familia, a la cual le daba igual si vivía o no debido a su segundo género como omega. Debido a su belleza natural intentó incusar en el modelaje.
Con su personalidad y voluntad logró colarse en algunos proyectos universitarios, en dónde estudiantes requerían gente para sus tareas, recibiendo poco o nada de dinero pero sin duda un portafolio que le empezara a respaldar, tratando de buscar una agencia dispuesta a apostar por ella. Comenzó a trabajar y tomar cursos para apuntar a una carrera más estable, junto con su único apoyo, su mejor amiga Aya planeaba un futuro brillante en el que pudieran vivir bien juntas, tranquilas dejando el dolor de su tumultuosa infancia atrás.
La peor decisión de su vida fue presentarse a una audición de la que no desconfío lo suficiente, lo que parecía algo seguro y con buena pinta terminó en la privación de su libertad. Los primeros trabajos le dieron confianza y le generaron ingresos que le sorprendieron al instante, sin embargo las cosas solo podían ir hacia un lado: empeorar. En aquel momento le colocaron un collar grueso de metal pesado y la enviaron a pasar diversas pruebas, entre ellas el encuentro con el monstruo más perverso que había visto: un alpha que tras una armazón de lentes oscuros ocultaba unos mirada bicolor, para todos los que le conocían, el mismísimo demonio.
Obviamente intentó huir tan pronto cayó en cuenta de que aquello iba para mal, pero tras ser violada, torturada y presenciar varios asesinatos a sangre fría con sus propios ojos Misuki se paralizó, su cuerpo junto con su mente se rindieron, ya no le pertenecían, afianzando más su calvario. Aún con todo eso, optó por intentar sobrevivir ya que desde el fondo de su corazón guardaba la esperanza de ver el rostro de su amiga de nuevo, quizás la única llama viva dentro de sus pupilas.
—Mmmh... Colócala en el Dragón Rojo— ordenó Taichi tras ver a la chica la primera vez junto con otros omegas especialmente seleccionados por sus subordinados.
En una de sus valoraciones médicas encontró unas cualidades sanguíneas idóneas para experimentar con ellas y terminar el desarrollo de su droga más ambiciosa hasta ese momento. Ordenó que la trataran bien hasta que obtuviera de ella lo que él quería, lo que hicieran con ella en otro sentido al alpha le importaba en lo más mínimo, mientras la mantuvieran viva.
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OH MY FCKNG DESTINY [EDICIÓN]
RomanceEnishi (ω) y Naoya (α) son una pareja destinada pero no tienen intenciones de enlazarse el uno con el otro, hasta que el instinto se apodera de ellos cerrando el contrato, yendo en contra de su voluntad.