36. Juntos hacia la tormenta

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¿Qué va a suceder ahora? Cada vez... siento más ansiedad hacia lo que me rodea y ahora no sólo soy yo, hay un ser vivo creciendo dentro de mi. Trato de estar lo más tranquilo posible pero su padre y yo caminamos por un campo minado. Esto no debería estar pasando así... no debería, no debería... duele y estoy asustado.











Con el pasar de las semanas, la salud de Enishi se estabilizó dentro de lo que sus náuseas le permitían sentirse bien y más tranquilo, eran muy incómodas y lo ponían de mal humor o muy sensible. Sus visitas de control lograron espaciarse un poco más dándole un impulso positivo no sólo a él, sino a todos los que estaban a pendiente de ese embarazo.

En circunstancias normales estás serían mensuales haciendo un seguimiento hasta los 9 meses, pero en su caso se tomaron medidas especiales y estrictos controles que los obligaron a hacer viajes constantes, gracias a los cuales el riesgo de aborto espontáneo disminuyó considerablemente y su cuerpo recuperó fuerza, consiguiendo un poco de libertad en cuando a movimiento se refería, lo cual le ponía extremadamente feliz, bajar a la cocina y a la sala por al menos 10 minutos se sentía la gloria.

Los temores frente algún tipo de anormalidad debido al uso de substancias no permitidas, como el alcohol y sus medicamentos para el dolor e inhibidores, persistieron en la mente de la pareja, Enishi parecía torturarse con eso, sin embargo era el pelinegro quien intentaba calmar al otro con respecto a ese tema y para ello se realizaron todos los estudios pertinentes y se siguieron todas las recomendaciones médicas al pie de la letra. Los avances no habían arrojado nada por lo cual alarmarse de gravedad, una luz de esperanza entre toda aquella incertidumbre que les rodeaba.

―¿Es el bebé?― preguntó el alpha al ver qué su compañero estaba despierto mirando al techo con cierto aire de incomodidad.

―No exactamente ¿De nuevo no puedes dormir?

―Mmmh no exactamente― ambos se rieron.

Los dos habían sido azotados por demasiadas cosas en un lapso de tiempo muy corto, no había mucho de éste para lograr procesarlo todo con calma, pero dentro del caos y bajo muchos diálogos ambos llegaron a la resolución de que era ese el momento en que más necesitaban estar juntos. La salud del omega lo demandaba a gritos y la estabilidad mental de su compañero también entré más y más cosas descubria, los malos desplantes del alpha hacia su familia cada vez fueron haciéndose difíciles de ocultar y contener.

El alpha comenzó a realizar muchas tareas de mala gana y mayormente tenso, en todo lo que llevaba en su puesto, jamás se le había visto actuar tan serio y calculador como ahora, eso estaba fuera de lo considerado "normal" y obviamente levantaba sospechas de cualquier tipo, dejando pensativos a sus subornidados y socios de que tal vez el gen Okazaki (aquello que lo hacía muy parecido a su padre y a Taichi) había despertado en él, sólo había sido cuestión de tiempo al parecer para que éste lo manifestara, al final no estaba tan perdido, pensaron.

Poco a poco y mientras el alpha estaba en casa, éste pasaba cada vez más el tiempo pegado a su omega sin recibir ya ni una pizca de rechazo de su parte, no había palabras para describir aquellos momentos en los que se sentaba junto a él respirando su aroma, sólo existiendo a su lado, y lo mismo era para el omega aunque, en secreto a veces pensaba mucho en lo "fácil" o "blandito" que se había vuelto con él, siendo una pequeña bola barrigona enojada.

Ordenando, el alpha descubrió un scketchtbook repleto de bocetos suyos, casi le dio algo aquel día, no pudo creer que el omega estuviera dibujandolo desde su primera estadía en el hospital, tan pronto recuperó movilidad. Al inicio eran dibujos simples y burlones, pero con el tiempo dibujos más y más detallados comenzaron a aparecer. Fue con la manera en la que lo plasmaba a él sobre el papel cuidando la anatomía y los detalles de actividades simples como dormir o tomar café como descubrió que detrás de todo ese manojo de emociones explosivas y agresivas que era Enishi, realmente había llegado a ser aceptado por él, cosa que le hizo muy feliz. No pudo aguantar las ganas de gritar su descubrimiento y con ello solo logró que el omega quisiera quemar la libreta.

OH MY FCKNG DESTINY [EDICIÓN] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora