Todo lo que somos ©

CAPÍTULO 6

And you stood there in front of me just
close enough to touch
Close enough to hope you couldn't see
what I was thinking of
Sparks Fly - Taylor Swift

Esto era incómodo.

El ambiente estaba tan tenso que se podía cortar con un cuchillo, ni hablar de las miradas retadoras que la señora Harris le enviaba al señor Cross cada dos segundos. Estábamos sentados en una larga mesa judicial en la sala de juntas del bufete, nosotros en el lado derecho y ellos al izquierdo.

Richard Raymonds, el abogado de la señora Harris, me miró con suficiente. No me asustó en lo absoluto. Me había enfrentado al él en la corte anteriormente y sabía que era un hombre corrupto que tomaba sobornos y compraba testimonios.

Me aclaré la garganta, decidiendo que lo mejor era tomar el mando de una vez.

—¿Ambas partes están listas para empezar? —pregunté con voz firme.

Miré a mi cliente, que me dedicó un asentimiento casi imperceptible, parecía demasiado hastiado de estar aquí como para dignarse a mirarme siquiera.

Empezamos bien.

Me giré a la hermosa mujer al otro lado de la mesa. Ella me miraba con el ceño profundamente fruncido, como si estuviera intentando entender algo. No le di mucha importancia cuando, finalmente, afirmó y se encogió de hombros.

¿Era idea mía o a ninguno de los dos les importaba esta cita?

Bueno, aquí vamos.

—Asumo que su cliente ha leído el contrato que le envié, ¿no? —me dirigí al abogado.

—Así es, letrada.

No se me escapó su sonrisa irónica y el brillo burlón en sus ojos. Sin embargo, haciendo uso de toda mi escasa paciencia, lo dejé pasar por alto.

—Muy bien, en ese caso, creo conveniente realizar la lectura del contrato frente a ambas partes, solo para tener constancia de la conformidad, ¿están de acuerdo con eso?

Tanto el señor Cross como la señora Harris asintieron en acuerdo, por lo que saqué el contrato de divorcio del folder y me puse recta en la silla, lista para leerlo.

—Mediante este contrato de divorcio se estipula la separación legal del matrimonio compuesto por el señor Jacob Cross y la señora Mina Harris —comencé—. Debido al contrato prenupcial firmado por ambas partes antes de la unión se establece que los bienes adquiridos durante el período de tiempo que duró el...

—¿De verdad quieres hacer esto?

Me quedé callada ante la abrupta interrupción por parte de la señora Mina. Su abogado le susurró algo al oído —que se callara, probablemente— pero ella no despegó los ojos del señor Cross.

—No está obligado a responder —le dije a mi cliente, girando la cabeza en su dirección para que solo él pudiese oírme.

Sin embargo, se puso recto en su asiento, luciendo tan imponente como siempre, y le dirigió una mirada a su pronto ex esposa que podía congelar el infierno.