Maratón 3/4
And I don't want the world to see me
'Cause I don't think that they'd understand
When everything's made to be broken
I just want you to know who I am
Iris - The Goo Goo Dolls
Lara.Insípidas gotas de lluvia caían sobre mi gabardina. El paisaje a mi alrededor era lúgubre y deprimente. Quería salir corriendo y no mirar atrás, pero me obligué a permanecer en el sitio. Mi corazón se agrietó un poco cuando leí la lápida de mármol frente a mí.
QUERIDO HIJO,
AMIGO Y ESPOSOEra doloroso pensar en la historia tras esas simples palabras. Llevé una mano a mi prominente vientre cuando el recuerdo me llegó de repente.
Casi cuatro meses atrás mi forma de percibir la realidad cambió por completo. Por unos terroríficos segundos, pensé que había perdido al hombre que amaba, eso bastó para que comenzara a ver las cosas con otros ojos. Ya no me preocupaba por detalles sin importancia que antes me mantenían despierta, solo enfocaba mis días en pasar tiempo con la gente que quería y hacer lo que me gustaba.
Alcé la vista y miré al cielo encapotado. Jamás olvidaría ese instante donde creí que lo había perdido todo.
Resulta que aquel día Jacob no resultó herido, en cambio, Elliot perdió la vida. Fue traumático ver toda aquella sangre y no ser capaz de identificar a quien pertenecía. Aún recuerdo como el alivio me cubrió por completo cuando Jacob se acercó a mí, preguntándome si estaba bien. Por dios, yo debería habérselo preguntado a él, pero lo único que pude hacer fue lanzarme a sus brazos y enterrar el rostro en su pecho.
—Nunca vuelvas a hacer eso, ¿me oyes? —sollocé contra él—. Nunca.
—Te lo prometo —me dijo, hundiendo la cara en mi cuello—. Todo estará bien.
Poco después apareció Kurt, como sospeché en un primer momento el comentario del árbitro había sido un mensaje en clave, y la policía ya estaba en camino. Demostrar que todo había ocurrido en defensa propia y sin premeditación no fue difícil teniendo en cuenta el lugar donde había ocurrido el hecho, el historial de Elliot Cross y las cintas de seguridad del corredor. Aún así, fue un largo juicio que tomó casi dos meses dar por cerrado.
—Creo que deberíamos irnos.
Perdí el hilo de mis pensamientos cuando Jacob rodeó mi cintura con su brazo. Lo miré a los ojos. No había nada, ni dolor, ni tristeza, ni nostalgia. Y no podía culparlo, John Cross apenas fue un padre para él. A pesar de que venía todos los años en esta fecha para dejarle flores, Jacob no conocía realmente al hombre sepultado a nuestros pies.
Asentí. No iba a obligarlo a estar en un lugar donde no se sentía cómodo.
Salimos del cementerio cogidos de la mano, la certeza de que ya nada podía hacernos daño cubriéndonos por completo.
Un par de horas después estábamos en la consulta de la doctora Dennings. Hoy finalmente conoceríamos el sexo de los mellizos y estábamos muy emocionados. Con la vista pegada a la pantalla, no nos perdíamos ningún movimiento. La imagen en blanco y negro era tan nítida que incluso se veía que uno de ellos tenía los ojos abiertos y el otro jugaba con su pulgar.
—¿Siguen sin dejarse ver? —preguntó Jacob ansioso.
—A ver... vamos a intentarlo, es increíble que sigan sin querer mostrarse.
La doctora movió el doppler sobre mi vientre. En ese momento Jessie entró en la consulta, posicionándose a mi lado en silencio. Mi hermana había estado presente en algunas de mis citas médicas y en cuanto le dije que hoy nos decían el sexo de los bebés fue fácil pedirle que viniera. Yo estuve a su lado cuando le dijeron que Blaire era una niña y quería que experimentara la misma felicidad que había sentido yo en ese instante.
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Todo lo que somos ©
RomanceLara lleva muchos años sin tener un corazón roto. Hay un límite para lo que una persona puede sufrir por amor y ella lo había superado varias veces. Por ello, nunca se involucraba con hombres. No seriamente, al menos. Jacob necesita desesperadamente...