Camino a New York.

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Al llegar la hora de que los chicos se fueran al muelle, la primera en darse cuenta fue Abigaíl, quien se sentía bastante cómoda y a gusto con su hermano, que era el que mejor la entendía de la familia y además sus amigos le agradaron bastante. 

—Newton, promete que vendrás a verme seguido.  –pidió la menor de las Scamander mientras se levantaba del pasto– No lo sé, podría ser una vez al mes o algo así...  –volteo su cara para que su hermano y los demás no la vieran, pues, sus ojos estaban vidriosos por las lágrimas. 

—Pequeña, no puedes pedirle eso... –su madre se levantó y la abrazó– Cariño, sabes que ahora su vida no es junto a nosotros. 

—No madre, eso no tiene nada que ver.  –Newt quien ya estaba de pie estiró sus brazos en dirección a su hermana.– Ven aquí, Abi.  –cuando la menor llegó a sus brazos la abrazó.– Hablaré un momento con ella. –miro a Tina.– Querida, mientras tanto tomen sus cosas y despidanse. 

La Auror asintió con una sonrisa en su rostro mientras se quedaba con los demás ahí, dando las gracias por recibirlos y demás. 
Abigaíl y Newt caminaron un poco más allá del gran jardín de la casa, iban jugandose bromas y reían juntos. Ambos hermanos, a pesar de su diferencia de edad, se llevaban bastante bien.

—Abi, sabés que vendré a penas tenga tiempo y...  –antes de poder terminar la menor lo interrumpió.–

—Scamander, siempre dices lo mismo y nunca vienes.  –musitó mientras se cruzaba de brazos.– 

—Pero tan solo escúchame cariño...  Mira, debo ayudar a Tina, en realidad, a todos, quien sabe si la segunda vez que vengamos conoces a Queenie y Credence.  –se acercó y le beso la frente.– Pero por favor, debes tener paciencia.  Además, si las cosas están bien en New York puedes viajar por polvos flu, estar un par de días con nosotros y volver a casa. 

Esto último dicho por el Magizoólogo hizo que los ojos de la menor se iluminarán de manera inmediata, saltó a los brazos de su hermano y ambos se abrazaron. 

—No le digas a mamá aún,¿esta bien? 

—Claro que no hermano, tranquilo.  –se separaron del abrazó y volvieron con los demás.

Finalmente después de despedirse de todos y agradecer por la estadía, los cuatro chicos se tomaron de las manos para aparecerse en un callejón cerca del muelle, que según Newt, nunca era transitado, al menos con frecuencia. 
Cuando se aparecieron se miraron entre todos para ver si estaban bien, al estar seguros de eso, siguieron su camino a las escaleras del barco para pasar los boletos a quien correspondía. 

—Esta bien, son dos habitaciones, los señores al lado izquierdo por el pasillo y las señoritas...  –el tipo que recibía los boletos quedó mirando a las chicas por un momento. Tina quien no tenía mucha paciencia y menos quería que Newt se molestara por tonterías decidió hablar. 

—¿Nosotras donde?  –dijo en tono firme la Auror. 

—Que ruda...  –sonrió,después de ese comentario les indicó en donde.– Bueno, las señoritas al lado derecho por el pasillo, o sea, en frente de sus amigos.  –les paso la cola del boleto. Tina quien estaba roja de la rabia le arrebató de la mano el papel y camino junto con Natalie donde estaban Newt y Jacob.

—¿Que ocurrió?  –pregunto a su novia el Magizoólogo mientras miraba la expresión molesta de la Auror. 

—Lo siento chicos, pero yo y Natalie pasaremos a nuestras respectivas habitaciones, si no les molesta.  Ah y Newt, ¿te dejó la maleta o la llevó a la habitación?  –pregunto el panadero mientras miraba a la joven pareja.

•Conociendo el amor• [NEWTINA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora