¿Secretos?

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Ambos estaban recostados el uno al lado del otro, aún en silencio intentando volver su respiración a la normalidad. El mago se arreglo el cabello mientras sonreía, sus mejillas tenían un color rojo fuerte, se sentía emocionado y acalorado. Por otro lado la bruja estaba pensando en todo lo que había pasado, seguía agitada aún y sus mejillas, al igual que las del Magizoólogo, estaba rojas a más no poder.
El primero en tomarse la libertad de hablar fue Newt que besando el hombro desnudo de la bruja se dispuso a dirigirle la palabra. 

—¿Estas bien, querida?  –preguntó casi en un susurro mientras le ponía una mano en la mejilla. 

—Estoy perfectamente bien, cariño.  –la Auror puso su mano encima de la mano ajena en su mejilla.

La bruja se apoyo encima del pecho desnudo de su novio y lo acarició un momento, el mago por su parte hacia distintos caminos con su dedo índice en la espalda de la Auror. 

—Eres bellísima, ¿sabes?  –Comentó el Magizoólogo.– Desde la primera vez que te ví, excepcionalmente tenías un atractivo enorme para mí. 

—Neeewt...  –La Auror escondió su rostro en el cuello del mago. – No me digas esas cosas... 

—Es la verdad mi amor, solo te digo lo que pienso y lo que veo.  Me pareces perfecta.  –La levantó para que lo mirará a los ojos.

—Te adoro querido.  –La bruja se acercó y lo beso en los labios dulcemente. 

Finalmente luego de conversar un poco sobre distintas cosas cayeron en un sueño bastante agradable. Ambos descansaban de el esfuerzo físico echo anteriormente. Pasaron un par de horas cuando Tina despertó, buscando con su mano al mago que debía estar a su lado, se sorprendió al no encontarlo. 

—Amor...  –tomó la sábana y se envolvió el torso en ella, sentándose en la cama. Cuando iba a llamar por él nuevamente vio que la maleta, en el piso de la habitación, se abría lentamente.  Sonrió al verlo salir, despeinado, tranquilo, y con ropa bastante cómoda.– Por un momento pensé que estabas en la cocina.

—¿Ah?... –el mago cerraba la maleta al salir.–  ah no, estaba alimentando a las criaturas, en verdad no me gusta descuidarlas tanto.

—Eres adorable, querido.  –le hizo una seña con su mano para que se acercara a ella. 

El mago siguió las indicaciones de la bruja y se subió a la cama quedando encima de ella para poder besarla, luego se recostó a su lado. 

—Pensaba en que mañana estaré la mitad del día solo, o sea con mis criaturas ,pero sin tí.  –la tomó por el mentón mientras la miraba.

—Aaahg, había olvidado por un momento que mañana debo ir a MACUSA.  –cerro los ojos por un segundo y suspiro pesado.

—Podrías faltar...  –la bruja lo miro y negó firmemente.– Pero querida, es viernes... 

—No Newt, ya sabes que soy muy correcta en mi trabajo.  –se levantó con la sábana envuelta a su cuerpo.– Iré a ducharme.  –se acercó y lo besó corto en los labios. 

—Esta bien.  –recibió el beso de su novia y la vio entrar al baño, luego tomó su libreta y comenzó con unos dibujos de algunas criaturas nuevas de las cuales había leído. 

No pasaron más de diez o quince minutos cuando la Auror volvió envuelta ahora en una toalla de baño. Se quedó un momento mirando la concentración de su novio al dibujar, arrugaba la  nariz cuando le costaba trazar alguna línea difícil de hacer.  Estar los dos solos, como novios y tan tranquilos era realmente perfecto y agradable, pensar en volver mañana a la rutina y estar lejos de él le hacia algo de daño.  La bruja se acercó a su clóset para poder sacar algo de ropa, raramente elegía andar con vestido, pero se decidió por uno ya que era más cómodo, tomó ropa interior y decidió por comenzar a vestirse, algo tímida saco la toalla de su cuerpo, de espaldas al Magizoólogo, el cual no tardo en darse cuenta de la presencia de la Auror. 
Tina tomó la ropa interior y se la puso con delicadeza, aunque una delicadeza bastante característica de ella, sin dejar de ser encantadora. 

•Conociendo el amor• [NEWTINA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora