•Conociendo el amor• [NEWTINA]

Sr & Sra Scamander.

La noche estaba pasando relativamente tranquila, aunque como pocas veces les había pasado estaban despertando a cada momento,un tipo de sueño parecido al que tenían en los tiempos de Grindelwald. Tina sentía como se movía Newt y viceversa, ambos buscaban una posición agradable para poder volver a dormir, pero era imposible.  La voz tímida y suave de la bruja rasgo el silencio sólido de la habitación. 

—Cariño, ¿estas despierto?

Él volteo hacia ella para quedar cara a cara y aunque no se pudieran ver en la oscuridad del cuarto, sus respiraciones chocaban entre sí agradable y cálidamente en la noche fría.

—Lo estoy querida, dormito a ratos, ¿y tú?

—Estoy muy nerviosa. –comentó ahogando un suspiro– Se me hace imposible dormir. 

El mago levantó con tranquilidad su mano y entre la penumbra divisó el perfecto rostro de su prometida solo así, lo acarició. 

—Me pasa igual. –paso saliva duramente– Anhelo tanto verte con el vestido blanco,amor. 

Ella suspiro algo decepcionada tal vez, se acercó un poquito más a él y como buscando seguridad le tomó la mano puesta en su mejilla y la apretó. 

—Verme en el vestido blanco... –repitió– Aunque... ¿Aunque este así de gorda?  –farfulló bajito. 

Newt botó aire por la nariz sin entender muy bien la pregunta de Tina, o sea vamos, lo había entendido, pero acaso ¿no se miraba todos los días al espejo?, ¿no notaba lo radiante, bella y feliz que se veía?. Negó suave mientras apoyaba mejor la cabeza en la almohada. 

—Solo una palabra.  –se acercó hasta ella y guiado por sus facciones logró llegar hasta su cuello, para susurrar– Perfección. 

Tina se alejó de él, algo confusa y a su vez ¿molesta?. Se volteó para darle la espalda y cerro los ojos con fuerza.

—Vamos Newt, no tengo el mismo cuerpo de antes y no lo tendré de nuevo, ¿me querrás así? ... Además, quedan unos 5 meses aún para que todo vuelva a la normalidad. 

—Tina, ¿que cosas dices?  –agregó él, alzando un poco la voz– El otro día tuvimos esta charla, te dije todo lo que sentía. Para mi no cambia nada, eres a quien amo.

—Ya veremos.

Dejó escapar, para luego sentirse culpable y morderse el labio nerviosa, decidió guardar silencio.  Newt tragó un gruñido gutural y dejó que el silencio limpiará aquellas palabras dichas hace poco. 

—No quise decir eso, sabes sobre mis cambios de ánimo y en la noche es cuando más me molesta tu hijo o hija. –volvió a voltear hasta él, para poder mirarlo a los ojos, si podía... Debido a la oscuridad. 

—Lo sé, pero quiero que nunca más dudes de mis sentimientos, no quiero inseguridades. –se acercó y la abrazo firme– Menos que pienses que me iré lejos de ustedes, porque no lo haré.

—Si se, lo sé, lo sé. –reiteró mientras se afirmaba a él como si su vida dependiera de ello– Lamento los malos ratos que te he hecho pasar, es solo que... no lo controlo. 

—Será mejor que tratemos de dormir, querida, mañana será un día largo. –le beso la cabeza con ternura– Te amo, no lo olvides. 

—Te amo muchísimo más. –se enderezó un poco y le besó la mandíbula– Que bueno que te conocí...

Agregó la Auror antes de dormirse, el magizoólogo se sorprendió lo rápido que ella logró conciliar el sueño, recordó con una suave sonrisa en los labios las tontas discusiones de uno o dos minutos por parte de ella en esos días. Pensó e imaginó a Tina en un vestido blanco, echo para ella y nadie más, la bruja más radiante y hermosa del evento sin lugar a dudas, la imaginaba conversando con su hermana Queenie, el con Jacob pero sin poder quitar su vista de ella, su esposa... su esposa.