Señor de la muerte.

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Queenie limpiaba las últimas cosas, como vasos dados vuelta sobre la mesa, frituras desparramadas por el piso y una que otra servilleta sucia. 

—Queen, vamos a la cama, estoy cansado y van a ser las tres de la mañana. –pidió el panadero desde el principio de la escalera. 

Theseus y Blair sentados en el sofá, reían por lo bajo ante el suplicante Jacob.

—Vamos bruja, no hagas sufrir a Jacob.  –bromeó el mayor de los Scamander– Ve a descansar, los elfos se encargarán en la mañana. 

—Esta bien, buenas noches chicos.  –con una sonrisa amplia la bruja rubia se dirigió hasta el panadero y juntos subieron las escaleras. 

Theseus se despidió con la mano y después volteó su mirada hasta su acompañante, le dedicó una sonrisa mientras levantaba sutilmente una ceja. 

—Quedamos solos, ¿que dices?  –le guiño un ojo mientras se acercaba peligrosamente a ella, aunque aún bromeando. 

—Que observador, mago.  –se cruzó de piernas y decidió por ponerse derecha, no se sentía segura estando tan cerca de él, sentía que en cualquier momento iba a caer– Y no digo nada, porque realmente, no estamos solos, tu hermana y su amiga están con sus novios afuera. 

El Auror británico se levantó como si lo hubieran impulsado con un resorte, se dirigió a la ventana y corrió la cortina para observar hacia afuera y efectivamente aquellos cuatro jóvenes seguían afuera, riendo y besándose entre parejas. 

—No lo puedo creer, chiquilla insolente.  –golpeó la ventana y le hizo ademán con sus manos para que se entraran– Cumple los 18 y cree que se puede mandar sola. 

—Theseus, no seas aguafiestas...  –pidió Blair mientras se levantaba y tocaba con delicadeza el hombro del mago. 

Entre eso, los cuatro jóvenes ya estaban dentro de la casa, Abigaíl comenzo a defender sus desiciones. 

—Hermanito, solo pláticabamos, no seas así...  –la joven se acercó y le tomó de la mano como para hacerlo cambiar de opinión. 

—Abi, van a ser las tres de la mañana, si es que no es más, ya es hora de dormir.  –miró a los demás mientras levantaba las cejas– Credence, lleva contigo al chico.  –ordenó– Abi y Nat dormirán juntas. 

Las parejas se despidieron, haciendo sin duda, un momento bastante incómodo para Theseus y Blair, que aclararon su garganta al mismo tiempo. Los cuatro subieron juntos y en el pasillo se separaron. Abigaíl se devolvió y con un chasqueo de lengua llamó la atención de su hermano Theseus.

—Espero que la regla que pusiste, eso de, "hombres con hombres y mujeres con mujeres", a la hora de dormir.  –se cruzó de brazos– Riga para todos, inclusive para tí, hermanito.  –dejó salir una risa divertida y se largo a su habitación.

—Si te lo digo, los insolentes 18 años ya le hacen efecto.

Susurro el Auror mientras se volteaba para que la bruja no viera su pequeño sonrojo. Blair por su parte bajó su mirada, no sabía si reirle la broma o simplemente guardar silencio, así que despejó su mente y decidió hablar.

—Mejor me iré a casa, a través de red flu no hay tanto riesgo.  –se acercó al sofá y tomó su bolsa.

—No Blair, espera... 

—Theseus, tu mismo dijiste, es tarde. 

—Pero prometiste quedarte, prometiste que iríamos juntos al trabajo mañana.

Blair solo negó con la cabeza y se dirigió con paso firme hasta la chimenea, cuando estaba a unos pasos de entrar y tomar un poco de polvo en su mano, fue detenida desde la cintura y sin poder tener tiempo para pensarlo o alejarse el mago británico la besó. No hubo chance, no hubo tiempo, no hubo ningún momento para arrepentirse solo correspondió, dejándose llevar por aquel sentimiento reprimido desde que eran solo unos jóvenes. Y después de unos minutos, el aire hizo falta y se separaron, solo les dio por sonreír. 

•Conociendo el amor• [NEWTINA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora