Mañana agitada.

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La pareja ya estaba acostada, por su parte Abigaíl también, quien fue la primera en acostarse, tuvo intenciones de ir con Tina y Newt a la maleta, para alimentar a las criaturas, pero el sueño y el cansancio no se lo permitió.  Lo más seguro era que ya se encontraba profundamente dormida. 

—Finalmente, ¿cual será tu trabajo muggle?   –preguntó el mago mientras abrazaba a su novia.

—Hmm era algo así como agente del FBI.  –musitó con un leve tono de pregunta.

—Uff, que ruda.  –siseó bromeando.– Ya veo que la pregunta de Edward sería, ¿que hace un pobre Veterinario con una ruda agente del FBI? 

Tina se volteó a mirarlo y le dio un leve golpe en el pecho con su mano, no pudo evitar reír mientras se arreglaba el cabello detrás de su oreja.  Se volvió a recostar en el pecho de su novio, estuvo unos momentos así, pensando, hasta que algo se cruzó por su mente. 

—Querido, estaba pensando... Ahora está Abi, hay que contarle lo de Edward.  Para que no la pille desprevenida o algo así. 

Al no escuchar respuesta del mago inglés, la bruja se volteó un poco para mirarlo. Notó que este ya estaba durmiendo plácidamente, a decir verdad el día había sido largo.  Acomodó su brazo para que no le molestara y ella se separó de él para no incomodarlo.

—Buenas noches mi amado Magizoólogo. 

Susurró cerca de sus labios antes de besarlo suave y dulcemente.  Tina tomó posición en su lado de la cama y apagó la luz de la lámpara con un leve movimiento de varita,la dejó en la mesa de noche. No pasó mucho rato para que ella también se entregará a los brazos de Morfeo. 

×[Barco a New York.]×
—Entonces dime, o sea solo si quieres contarme. ¿Porque razón vas a Nueva York?  –preguntó el hombre, alto de cabellos negros.  

Queenie atajó atentamente los pensamientos del no-maj delante de ella, los inspeccionó muy bien, dándose cuenta que no tenía ninguna mala intención con ella, solo curiosidad.

—Bueno yo, voy a mi casa...  Hmm, estaba de viaje.  ¿Y tú?

—¿Yo?...  Nada importante, conocer una familiar, tonterías de cenas familiares y turismo.  Veo que no perdería nada con salir a mirar, por ahí.  –le guiño un ojo, como ya estaba siendo costumbre.– Pero espera, ¿tienes novio?, a pesar de que eres muy hermosa y rezo porque no tengas un compromiso no quiero ser descortés.

—Ya veo.  –musitó con suavidad mientras pensó rápidamente en que responder a su pregunta.– Pues cuando me fui de viaje tenía un noviazgo, me fui y el no quería, así que digamos que es...  ¿Complicado? 

—Complicado será para ese tipo competir conmigo. 

Queenie no pudo evitar sonrojarse, a medida que iban hablando el hombre de cabellos negros se le hacia aún más agradable, aunque de vez en cuando demasiado coqueto.  Pasarón rato hablando, hasta que ya cada uno se despidió para ir a sus habitaciones a dormir.

×[New York]×
En el Departamento de las Goldstein no se sabía quien de los tres era más bueno para dormir hasta tarde, el mago inglés no estaba para nada acostumbrado a eso pero dormir con la bruja, con esa calidez y comodidad, era como una droga a la cual se hacia adicto cada día más. 

Abigaíl abrió sus ojos y luego de reincorporarse a la realidad se sentó en la cama, miro su cabello y bufó "Por Merlín, que desastre", a pesar de su madurez seguía siendo una adolescente bastante preocupada de su vanidad, no pasaron más de dos segundos para que se levantará y se dirigiera al baño para asearse, luego de eso con un suave movimento de varita se vistió. Decidió dirigirse a la cocina, quizá su cuñada y hermano ya tenían listo el desayuno, se moría de hambre.

•Conociendo el amor• [NEWTINA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora