•Conociendo el amor• [NEWTINA]

¿Sorpresa?

Tina ya estaba en pié, aceptaba que hubiera preferido quedarse al lado de su Magizoólogo hasta que él despertara, pero nunca había sido de faltar al trabajo y por más enamorada que estuviera no lo vendría hacer ahora. Se sentó en el sofá para poder terminar su café, al dejar la taza en la mesa vió las cartas del mago en órden, estaba la de su madre, la de su hermano, el profesor Dumbledore y de las últimas Bunty.  De un momento a otro la curiosidad volvió a invadirla.

—¡Por Merci Lewis!  No debería hacer esto.

Musitó suavemente mientras tomaba la carta, eso era meterse en la vida privada de su novio, pero quería saber hace ya mucho que se trae en realidad con Bunty, sabía qué tenía que ver sobre una casa en Dorset pero no entendía muy bien.   Estaba en proceso de abrirla cuando esta fue arrebatada de sus manos con magia.

—Cuñada, espiar cosas ajenas no es bueno.  –comentó Abigaíl mientras tomaba el agua que se había servido.– Solo confía en que no es nada malo, al contrario, él solo busca hacerte felíz.  

Abigaíl se acercó a Tina para despedirse de ella. 

—En la tarde iremos a buscarte con Newt y los demás para pasar a buscar al hermano de Jacob.  Ten un buen día. 

Tina solo asintió con la cabeza, no podía creer que su cuñada la había pillado a punto de leer cartas ajenas.  Decidió terminar de un sorbo todo lo que le quedaba de café y pasó al baño a cepillarse los dientes. Le dio una última mirada a su novio que aún dormía, le beso corto en los labios y se fue a trabajar. 

•••

—Yo se lo que te digo, chica. 

—No entiendo Kama, ¿porque a de usarme a mí?

—Porque eres la única... 

Natalie interrumpió.

—Él solo quería a Credence, yo lo ví. 

—Te digo que eres la única, además de ese chiquillo, los únicos que pueden armar un desastre. 

—¿Un desastre? 

—Sí, pero Gellert Grindelwald sabe que tú, a diferencia de tú amigo, eres la única que no conoce muy bien lo que hace en su forma de bestia.  En cambio Credence reconoce a la gente que quiere dañar y a quien no. 

—Albus Dumbledore enseño a controlarme, lo sé hacer. 

—Bueno pero ya te dije, no quiero que andes sola por ahí.  Solo conmigo. 

—Te digo que salgamos juntos a la panadería de Jacob, tú eres el amargado que no quiere ir nunca. 

Yusuf Kama resopló. Esperó y asintió.

—Esta bien, iré contigo.  Ahora dime, ¿el grupo felicidad que tiene preparado para hoy?  –comentó algo sarcástico.

—Iremos a buscar al hermano de Jacob y ah, debes fingir ser no mágico.  Si te pregunta por tu trabajo o algo así debes inventar uno muggle. 

—Lo que faltaba. 

Natalie giro los ojos ante su actitud, ya no podía ocultar que le caían bien, ¿porque no sólo lo aceptaba?.  Pero bueno, así era Kama y había que aceptarlo. 

×[Barco a New York]×
Solo faltaban unas horas para llegar al destino, la bruja rubia había pasado la mañana en su habitación, era difícil mantenerse lejos de las atenciones de Edward y en verdad no podía negar que se sentía cómoda, lo empezaba a valorar como persona, como amigo, pero él lamentablemente quería algo más y ella, por el momento, no podía ni quería dárselo.