•Conociendo el amor• [NEWTINA]

Daños del corazón.

La Auror se había quedado mirando libros entre los pasillos de aquel gran Despacho,cuando iba a por uno,sintió la mano del magizoólogo en su muñeca,tomándola con delicadeza.

—Querida, el señor Lowell quería conocerte.  –comentó el mago mientras le tomaba la mano a su prometida para acercarla a él. 

—Señora...  –vaciló un poco el editor,mientras miraba a la pareja.

—Aún es Goldstein, pero no tardará en ser Scamander..  –musitó el mago mientras afianzaba su agarre de manos. 

—Un gusto Srta. Goldstein, su prometido me ha hablado un montón de usted, bueno, primero no hablaba mucho ya después fue tomando confíanza.

Tina soltó una risa suave mientras le daba una mirada fugaz a Newt.

—Me lo imagino, es así cuando recién conoce a la gente y Sr. Lowell, el gusto es mío.  –tomó la mano del editor con su mano libre para saludarlo.   

La pareja de magos y el editor entablaron una grata conversación, tocaron temas como su matrimonio, el libro de Newt y nuevas ediciones. Finalmente la pareja se despidió y siguieron su camino. 

—Pensaba que podríamos mirar algo en el Callejón Diagon, ya sabes, además dije que te llevaría. 

—¿El Callejón Diagon?... 

—Te encantará.  –el mago levantó sus manos que iban tomadas y beso la mano de Tina. 

—Pensaba que primero me gustaría ver algunas cosas no-maj, aprovechando que estamos aquí. 

—Claro, mira, por aquí cerca están las tiendas de Mr. Selfridge, un muggle con mucho dinero. –comentaba mientras caminaban de la mano– Viajó de Chicago a Londres, para poder llevar a cabo como un tipo de centro comercial. 

—¿Porque no lo llevó a cabo en Chicago?  –preguntó curiosa la Auror. 

—Porque ya te dije que todo el mundo ama Londres.  –dijo bromeando. 

—Hey, Nueva York también tiene sus cosas buenas.  –se defendió la bruja mientras apretaba la mano del mago, en forma de venganza por lo que había dicho. 

—Lo mejor que a pasado en Nueva York hasta ahora es que los animales se hayan escapado del zoológico. 

Tina le lanzó casi una mirada asesina mientras alzaba la ceja izquierda, siguieron caminando hasta llegar a la tienda antes comentada. Al entrar comenzaron a ver de todo un poco, más que nada accesorios. 

—Me parece alucinante que magos y no-maj estén juntos. –comentó la Auror mientras miraba unos guantes color negro.

—Así es acá, Nueva York es retrógrado...  –el mago observaba con atención los movimientos de la bruja– ¿Te gustaron?... 

—¿Que cosa?.  –preguntó levantando la vista hacia su prometido, que apuntó los guantes– ¡Ah no!, solo los veía. 

Newt negó con la cabeza y una sonrisa torcida en su rostro, Tina siguió caminando unos pasos más adelante y así el mago aprovechó de tomar los guantes y decirle a una vendedora que los guardara.

—Antes de salir pasaré a retirarlos.  –aseguró el mago a la vendedora,para después seguirle el paso a la bruja, la cual se encontraba mirando diversas cosas.

—Querido, aquí hay cosas muy lindas.  –comentó la Auror mirando a su alrededor.

—Las hay, sobretodo ahora que entraste tú.  –el mago la atrajo hacia el con delicadeza para poder abrazarla.