•Conociendo el amor• [NEWTINA]

Guapo y Encantador.

—Si es el Sr. Scamander, autor del libro animales fantásticos.  –Comentó G'narlak al verlo sentado en la barra del bar esperando su trago.– ¡Antes de ser escritor fue prófugo de la MACUSA!  –Dijo casi gritando a todos los presentes en el lugar.

—Mh sí.  –Asintió de manera suave y optó por ignorarlo, aunque no funcionó de mucho puesto que se sentó a su lado para hablar.

—Por casualidad, Scamander...  ¿No andas con ese Bowtruckle?  –preguntó con algo de maldad en sus ojos, el mago lo pudo notar.– Tranquilo, no hay rencor en que tu amigo muggle me haya atacado y tú te hayas llevado a la criatura, no soy rencoroso. 

—Ya no crio Bowtruckle's. –mintió el Magizoológico.

—Esta bien, señor.  –G'narlak tomó su trago y se retiró.– No faltará el día que me necesité Scamander y aquí estaré, dispuesto a recibir mi Bowtruckle. 

El mago negó con cabeza mientras daba pequeños sorbos a su trago, lo hacía de a poco, realmente era un mal bebedor, estaba lidiando con sus pensamientos cuando sintió que le tocaron la espalda. 

—Disculpe, ¿Sr. Newton Scamander?. –una chica delgada, joven, de tés blanca y de cabello rubio largo hizo presencia frente de él sentándose a su lado.– Hola, espero no molestarlo, pero soy una gran admiradora de usted y de su libro. 

—Oh, ¿de verdad?. –se sorprendió un poco, puesto que eso solo le pasó un par de veces o quizá más, pero solo en Londres.– Me alegra bastante que haya leído el libro.  –Dijo con la mirada en su vaso.

—Si, y sí, el libro y sus dibujos son asombrosos, escuche que usted mismo los dibujó que no permitió que la editorial lo hiciera por usted. 

Newt se sorprendió bastante por la información que manejaba la joven, él sabía que aquellas cosas salían en el periódico "El profeta" o quizá otros de su índole, pero pensó que nadie las leería.

—Oh, lo siento.  También sé que no le gusta estar mucho con gente desconocida, una compañera de trabajo,la Srta.Goldstein comentó con entusiasmo su personalidad particular ya que algunas preguntamos. –la chica se levantó de su silla e hizo un ademán en gesto de despedida.

—¡Esperé!  –el mago tomó de la muñeca a la joven pero la soltó con rapidez.– ¿Habla de Porpentina Goldstein?...  Entonces, ¿usted es Auror?  –la curiosidad invadió un poco al mago. 

—Si, la Srta. Goldstein es reconocida por su espectacular trabajo y por haber encerrado a Gellert Grindelwald con usted señor.  –dijo algo tímida la joven luego del agarre que le proporcionó el Magizoológo.– Y sí, soy Auror. 

—¿Dices que varios han leído mi libro, allá en la MACUSA?  –preguntó curioso aún. 

—En realidad varias, aunque no faltan los hombres aficionados a las criaturas que también lo leyeron.  –musitó la joven para después sonreír. 

—Eso me alegra un poco en estos momentos, me gusta que los Magos aprendan sobre los animales mágicos. 

—Disculpe señor, debo dejarlo y seguir con mi trabajo.  Espero verlo alguna vez en la MACUSA.  –se despidió con la mano y desapareció tras la multitud del lugar. 

El mago solo asintió de manera tranquila y después de terminar de escuchar la canción que se tocaba en ese momento sus pensamientos volvieron inconscientemente a su novia Tina, dio el último trago que le quedaba en el vaso, el elfo le ofreció otro y el solo negó pagando el que se había tomado.  Newt pensaba en Tina, en que estaría haciendo en esos momentos, quería ir a casa para abrazarla y disculparse, pero luego pensaba en que la culpa no era solo de él y que su novia tenía un grado de culpabilidad en que el se sintiera así ahora.  Después recordó lo de su libro, a decir verdad, le excitaba y le ponía bastante feliz el hecho de que su libro se leyera, se pudo imaginar a Tina comentandoles un poco de él hacia las demás, con esa cara característica suya, de mujer celosa, una ceja alzada y su mirada sería e intimidante. Se predispuso a escuchar la última canción y luego se iría de ahí.