A punto de saber la verdad.

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Tina observaba a su alrededor, tranquila... o intentaba estarlo, no se despegó en ningún momento de su varita además que Grimmson no se la había quitado ni menos pedido, parecía raro, pero más que tratarla mal con palabras no había hecho más, su cabeza no paraba de reparar en todo lo que había pasado, es que había sido un segundo y todo había cambiado. “Fue una trampa, es obvio”, pensó mientras lanzaba diversos hechizos a la puerta de la habitación en la que estaba encerrada. 

Alohomora. 

Nada.

Aberto.

Nada, la puerta seguía firmemente cerrada. Volteó para seguir observando aquel cuarto, buscando una salida mientras pensaba, hasta que de un momento a otro recordó a su bebé y es que, tal vez era descuidado de su parte, pero aún no lo adoptaba como algo suyo y parte de ella, se tocó el abdomen con suavidad, “tal vez si soy descuidada, ahora no debo pensar solo en mí”, pensó por lo bajo recordando las palabras de su prometido, “oh merci lewis, ¿como se encontrará Newt?”.  Una voz y unos pasos la hicieron voltearse rápidamente con la varita en mano de manera firme. 

—Bueno, déjeme decirle que acabó de enterarme que su magizoólogo de quinta, no está bien. Se encuentra en San Mungo. 

Tina sintió sus piernas doblarse, arrugó el entrecejo dejando ver una expresión seria en vez de triste.

—¿Que quieres de mí?  –preguntó con un tono de voz alto.

—El señor quiere ver si tú hermana vuelve y yo quiero ver sufrir a Scamander, así de simple.

La Auror se iba a dirigir a él, esta vez pensaba acercarse para amenazarlo, pero sin tener chance ni siquiera para hablar, Grimmson desapareció. Sintió náuseas, no sabía si era por el embarazo o por lo que acababa de enterarse, que había pasado para que Newt estuviera en San Mungo, además, estaba rogando que Queenie no pudiera sentir su temor y desesperación, ambas se conocían y sabían que darían la vida por la otra. Mientras estaba sentada encima de un mueble lleno de polvo miraba la cerradura de la puerta,llevaba el seguro como de un baúl, recordó un hechizo, uno que uso su madre en un baúl de su padre, nada perdía con probar. 

Cistem Aperio.

Y literalmente, por arte magia, la puerta se abrió, haciendo que la cerradura hiciera una leve explosión que destelló una luz blanca desde su varita. 

×[San Mungo]×
Abigaíl y Credence esperaban en el pasillo fuera de la habitación de Newt y Aaron, Theseus había ido por Natalie, Queenie y Jacob hasta la Finca Scamander, aunque sin antes dejar a Newt encargado con Yusuf Kama.  El magizoólogo estaba en silencio, Kama tuvo que ponerle un hechizo para prácticamente amarrarlo a la cama, la medimaga le había dicho que necesitaba un poco de descanso luego de beber las pociones correspondientes y él no quería hacer caso. Por otro lado Aaron aún seguía inconsciente, aunque sus signos vitales y su cuerpo estaban de maravilla, el medimago le había dicho a Abigaíl que el hechizo descargo mucha fuerza en contra de él, pero nada mortal, luego de un rato despertaría tranquilamente.

—Al menos cuéntame, ¿dijo algo el estúpido de Grimmson?   –inquirió serio el mago inglés.

— La verdad nada.

—Maldita sea, le dije que no fuera. 

Kama abrió los ojos, algo sorprendido, ver reaccionar a Newt Scamander así no era normal ni menos común. 

—Yusuf, ya me siento mejor de verdad.  –volvió a intentar– Necesito saber donde está Tina, además Dumbledore actuó raro, no se donde se fue con Grindelwald. 

•Conociendo el amor• [NEWTINA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora