Cap. 49 - Junto a mí.

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•Laura•

Por primera vez en no sé cuánto tiempo dormí la noche entera, quizás se deba a que Taylor estaba junto a mí, abrazándome, y el solo hecho de sentir su presencia me daba la paz suficiente para descansar.
Mi alarma sonó a las 5:30am como todos los días, me había hecho el propósito de levantarme siempre a esa hora tuviera o no que ir al set...
Necesitaba tener una rutina para no dejar mi mente divagar y deprimirme, era algo inevitable el mantenerme ocupada.
Sin embargo hoy decidí apagar la alarma en cuanto la escuché, no quería que Tay se levantara y se fuera, era demasiado pronto para sentirme sola otra vez.

*Taylor: -Apaga esa cosa, Laura...- se retorció entre las sábanas y me pegó más a su cuerpo.
*Laura: -Ya lo hice, disculpa Tay, la costumbre... Olvidé apagar la alarma...-
*Taylor: -Dime que no vas a levantarte... Aún no estoy lista para apartarme de tí.- seguía sin abrir los ojos, y en parte lo agradecía, porque esos hermosos zafiros me hacían perder la razón.
*Laura: -Tampoco quiero levantarme... Dime, ¿tus brazos están cansados de sostenerme? Podemos cambiar de posición, si quieres...- lo dije con buena intención, pero obviamente ella entendió en doble sentido...
*Taylor: -Humm... ¿Sólo planeas usar mis brazos esta vez?- sonrió y me acerqué a besar esa sonrisa hermosa con todo mi amor.
*Laura: -Es en serio tontita... Ven aquí.- la acomodé en mis brazos y besé su frente, estábamos teniendo una mañana preciosa, aún sin ser nada, sin tener en claro si volveríamos a estar juntas... Quería acabar con eso y volver a ser pareja, pero no era tan sencillo...
*Taylor: -¿Más tarde me harás el desayuno?- abrió los ojos y despegó su cara de mí lo suficiente como para poder verme. -He extrañado también eso... Y no he comido muy bien últimamente...-
*Laura: -Sabes que sí, lo haría por el resto de mi vida... Aunque también puedo enseñarte un poco, no me molestaría que algún día tú cocinaras para mí...- me reí, ¿Taylor en la cocina? De verdad era algo difícil de imaginar.
*Taylor: -Eso sería genial... Aunque no sé si podamos salir ilesas...- nos reímos por su comentario, nuestras risas resonaban por la habitación sin parar.
*Laura: -Tenemos que comprar un extintor antes de iniciar las clases...- se me quedó mirando un momento como recordando algo... -¿Qué pasa?- me preocupé de inmediato.
*Taylor: -Compré algo para ti hace tiempo... Espero poder dártelo aún...-
*Laura: -¿Qué es?- moría de curiosidad, y al ver que se sonrojó, supuse que se trataba de algo sexy o de algún juguete...
*Taylor: -No te lo diré... Espero que puedas darle un buen uso... Es perfecto para ti...-
*Laura: -Tengo mis maneras de hacerte hablar, Schilling...- me incorporé viéndola a los ojos y arqueando mi ceja.
*Taylor: -Te invito a cenar a mi departamento... Ahí prometo que te lo daré...-
*Laura: -Bien... ¿Cuándo?-
*Taylor: -El día que quieras, tú pon fecha y hora... Yo estaré ahí y ordenaré algo para comer...-
*Laura: -¿Y si mejor iniciamos con tu primera clase?- me apetecía enseñarle más que mis tips de cocina, anhelaba tenerla.
*Taylor: -¡Suena genial! Entonces, diga la hora y fecha mi hermosa maestra...- se sonrojó, amaba verla apenada por sus propios comentarios...
*Laura: -¿Te parece mañana? ¿6pm?-
*Taylor: -Suena perfecto, Pre... Mañana entonces... Compraré el extintor...- nos reímos de nuevo.
Me subí sobre ella y la besé como nunca, deseaba hacerla mía, pero el pensar que ella era novia de otra, y no de cualquiera, si no de Carrie Brownstein, me hacía detenerme...

Estaba aún encima de ella y me detuve a mirarla... Era preciosa, sonrojada y agitada, su cabello revuelto y esa sonrisa que me conquistó... No podía imaginar ningún ser más bello en el mundo entero. Estaba segura de que ella deseaba también que hicieramos el amor, pero no podía hacerlo así...
Me contuve y la abracé nuevamente, y juntas volvimos a dormir en la paz y comodidad de mi cama.

Me despertó el sonido de su celular, timbraba sin parar, al parecer era una llamada urgente.
Se desenvolvió de mis brazos y se alejó hacia la mesita de noche donde estaba su ruidoso aparato. Lo que vio pareció no gustarle por la expresión de su rostro, y me imaginaba quién era la que le llamaba, pero aún así no quise preguntar. Se levantó con el teléfono pegado a su oído, solamente salió al balcón de la habitación aunque no corrió la puerta, quizá pensaba que yo no estaba despierta aún, y no pude evitar escuchar lo que decía...

NO FUE UNA AVENTURA, ESA FUE MI VIDA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora