Capitulo 23

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                                                        Justin's POV




Miré a mi derecha.


-No le tengo miedo.- dije con los dientes apretados.


-Bueno, quien avisa no es traidor amigo.- dijo Jason dandome una palmada en el hombro desde atrás-. Ahora, olvidemos esto y vamos a disfrutar de esta noche de desfase total.


Yo negué con la cabeza y sonreí. Caminamos hacia el gran montón de gente y en seguida me sentí raro. No me sentía en mi sitio. Esto no era lo mismo. Pero lo hecho, hecho está y no hay vuelta atrás.


-Hey guapo- escuché una voz desde atrás de mujer. Cerré mis ojos y suspiré. Otra vez no, pensé. Me giré para encantar a una chica-sin mentir- preciosa. Ojos verdes, morena y con unas curvas por las que cualquiera mataría, pero se notaba de lejos lo que buscaba. Sexo. Solo sexo.


-Hola Miranda- dijo Jason pasándome y saludando a esa chica que ahora sabía que se llamaba Miranda.


-Hola Jason, ¿que haces aquí?- le preguntó con el ceño fruncido.


-Eso debería preguntarte a ti- le dijo él y le rodeó los hombros con su brazo-. Veo que conoces a Justin. Justin- dijo esta vez dirigiendose a mi-. Está es Miranda McCann, mi hermana.


Abrí mis ojos en cuanto dijo las últimas palabras y Jason sonrió.


-Toma- dijo pasandome un baso.


-¿Qué es?- pregunté desconfiado.


-Es solo un cubata, nada más.


-Lo siento, no bebo- dije negandome al cubata que Jason me ofrecía.


-Vamos- dijo burlonamente-. ¿Fumas porros y me vas a decir que no bebes? Justin tío, eres joven, no seas aburrido. Disfruta de la vida.


Me quedé pensando en sus palabras, ¿aburrido? No, es simplemente que no quería beber. En seguida me emborracho y no sé lo que hago.


-Vamos Justin- dijo esta vez Miranda-. Solo es un cubata.


La miré a esos increíbles ojos verdes que tenía y de repente me vi comparándola con ______. Que Miranda no tenía los ojos tan bonitos como ______. Sacudí mi cabeza alejandola de mis pensamientos y cogí el cubata de las manos de Jason.


-Tal vez tengas razón- dije y comencé a beber y, como siempre pasa, después de uno va otro hasta llegar a un punto en el que no sabes lo que haces.


Necesitaba olvidarme de ______. Pero también quería recuperarla.


Estaba hecho un completo lío.





                                                        ______ POV




Mi despertador sonó y abrí mis ojos rápidamente. Lunes. Nuevo día de instituto. Todo este fin de semana mi padre me había estado ayudando al cambio de imagen, me puse en pie y miré a mi alredeor. Me miré las manos y el cuerpo. Hoy iba a dar un grió de 180 grados a mi vida. Iba a cambiar todo, absolutamente todo. Me puse en pie y caminé lentamente ahcia el espejo entero de mi habitación, me miré. Aún seguía con los hierros, porque no me los pueden quitar. Pero mis gafas las cambiaron por unas lentillas, y los hierros mirandome así no me quedaban mal. Estaba completamente cambiada, ni si quiera yo me conseguí reconocer.


Caminé lentamente hacia mi carmario, abrindo las dos puertas de par en par. No me decidí por qué ponerme. Nada de esto me lo había puesto antes. Nada. Tuve la suerte de ya tener los conjuntos montados y, como el verano estaba cerca, me decidí por coger un conjunto adecuado para el tiempo de hoy. Caluroso.


Comencé a pensar en la reacción de todos al verme. En la reacción de Justin. Sonreí pensando en sus caras. En como iba a cambiar todo. Me dirgí hacia el baño de mi cuarto y me miré en el espejo de mi tocador, peinando mi ondulado y largo cabello suelto. Dios, nunca había ido al instituto con el pelo así, siempre lo llevaba con una trenza o dos. Miré hacia abajo, fijandome en el maquillaje. Con manos temblorosas cogí el lápiz de ojos y me hice una perfecta raya en la parte baja de mis ojos tal y como me había enseñado la chica de la tienda. Me miré y suspiré. Cogí esta vez el rimel, aplicandolo en mis pestañas ya largas. Dejandolo lentamente sobre la mesa, me miré al espejo. El color miel con verde de mis ojos destaaba mil veces más.


-¡______, llegarás tarde a la escuela!- escuché que gritó mi padre.


Miré la puerta de mi baño y corrí, cogiendo mi mochila y mis cosas. Corrí escaleras abajo y me paré frente a mi padre delante de la puerta principal. Nos quedamos por unos minutos mirandonos a los ojos.


-Estas...Estas preciosa- dijo mi padre.


-Gracias papá- dije bajando mi cabeza tímida.


-Bueno, es hora de demostrar que nadie puede hundirte.


Asentí con la cabeza de acuerdo con él y salimos de mi casa. Nos metimos en el Lexus y mi padre comenzó a conducir hacia el instituto.


-¿Estas lista, cariño?- dijo mi padre.


Suspiré y pensé, ¿estaba realmente lista? Sí, lo estaba. Además ya estaba hecho, ¿he hecho mal? No lo sabré si nunca lo intento. Llegando al instituto, como siempre en la puerta estaban todos los estudiantes hablando y se giraron al escuchar el ruido del coche. Memos, pensé rodando los ojos. Materialistas, son todos unos materialistas. Mi padre aparcó. Me quedé sin hacer nada mirando hacia el frente. Voví a suspirar por decimo quita vez en esta mañana.


-Es hora, pequeña- dijo mi padre.


Asentí. Sentí los brazos de mi padre abrazarme dándome animo. Parecía una tontería pero para mi no lo era. Agradecí el apoyo de mi padre.


-Gracias papá.- le dije y continuamente, abrí la puerta del coche bajando de este con mi mochila a un hombro. Tal y como había pensado todos los ojos se abrieron y todas las mandibulas cayeron hacia el selo, que sabía que si no estubieran enganchadas en cada cara ya habrían abierto todas un boquete en el suelo.


Miré justo delante de mi donde había un chico mirandome sorprendido, en completo shock. Como si hubiera pasado un fantasma delante suyo.


Justin.

La fea; j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora