Capitulo 36

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Justin's POV


Sentía pequeños ruidos a mi alrededor, eran murmullos que era incapaz de entender, me dolía toda mi zona de la cintura al cuello, mi cabeza retumbaba como un taladro provocandome pequeños pinchazos, intenté abrir mis ojos pero me fue inútil, me pesaban los parpados como si fueran toneladas, algo me apretaba la mano fuertemente y me acariciaba la palma suavemente, me sentía extraño, en otro mundo, como si todo esto fuera un mal sueño. No recordaba que me había pasado, donde estaba, quien estaba a mi lado. Escuché más murmullos y después un pequeño golpe a mi otro lado, después de eso todo fue silencio, hasta que escuché otro ruido, este era más agudo y segundos después algo rozó mi brazo. Algo que pareció darme fuerzas para poder subir mis parpados.


Lo que vi fue todo oscuro, una habitación que no reconocía como mía, miré mi lado derecho viendo un tubo transparente clavado en mis venas, lo seguí hasta que mis ojos llegaron a una bolsita con un liquido transparente dentro, entonces todo me golpeo en la cara. Los recuerdos de aquella noche, Jason, Jake, Josh y Mike, el gordo, su amigo, el disparo y después...______, junto a los chicos. Me volví a mirar, estaba en un hospital...completamente vivo.
Mi cabeza voló hacia mi lado izquierdo encontrando una pequeña cabeza apoyada en la barandilla de mi cama, y por lo que supe esos ruidos que yo escuché últimos procedían de ella. Quien estaba sollozando ruidosamente. Algo me impulsó a darle un pequeño apreton a la mano con la que me estaba sujetando, un apreton que fue demasiado débil pero que me costó hacer. Pero no me preocupó demasiado ya que al parecer ella lo notó, porqué levantó sus ojos a mi.
Sus ojos estaban rojos, su rostro palido y su nariz sonrojada. La imagen era tierna pero a la vz desgarradora, odiaba verla así y de nuevo era mi culpa. Su expresión cambió a una de sorpresa, de completo shock como si esto solo fuera un simple sueño. Pero no, no lo era.


-¿Justin?- dijo por fin después de unos minutos de puro silencio.


Yo no pude hablar, me costaba demasiado abrir mis labios y aún más emitir cualquier tipo de palabra, por lo que solamente parpadeé.


-Dios mío- me soltó la mano y un frío me recorrió el cuerpo, se llevó esa misma mano a sus labios tapando su boca y abrió sus ojos ampliamente-. Oh dios mío, esto no puede ser.


Y de repente, la vi ponerse en pie y salir corriendo, abriendo la puerta pero sin cerrarla tras ella. Mi corazón dio un vuelco al comprender que se había ido, que se había asustado o, tal vez, que no se esperaba que despertara. Tal ve habría sido mejor eso, no despertar. Escuché ruidos en el pasillo cada vez más cerca de mi cuarto y después entró ______ con tres médicos detrás de ella. Un sentimiento de alivio me inundo al comprender que solo había ido a buscar a los médicos. Estos comenzaron a tomarme la tensión y a observar mis ojos con una pequeña linterna, seguido de unas extrañas pruebas más. Pero yo en ese momento no podía pensar más, solo miraba en frente de mi cama, donde se entontraba ______ que caminaba de un lado a otro, hablando con alguien por teléfono y tocandose el pelo, parecía nerviosa. Sonreí. Era tan hermosa.


Diez minutos después los médicos ya me habían chequeado entero, me habían cambiado el vendaje de las costillas y me habían recetado descansar, pero ya había descansado lo suficiente, tenía miedo de dormirme y que al despertar ______ se hubiera ido. Ellos salieron de mi cuarto dejándome completamente solo con ______, que me miraba aún de pie, queriendo hablar. Lo sabía por como movía su boca. Sonreí.


-Ven aquí- murmuré como pude dando dos golpecitos a mi lado izquierdo de la cama, me dolían demasiado las costillas al hablar, pero no necesité volverlo ha hacer ya que ella con duda en su cara se acercó lentamente y con demasiado cuidado de no hacerme daño se sentó a mi lado, provocando que la cama se hundiera un poco más y yo gimiera un poco de dolor.


-Lo siento- dijo ella rápidamente al ver mi expresin de dolor.


Yo negué con la cabeza y levanté una comisura de mis labios, como intento de sonrisa, indicandole a si que no pasaba nada.


-He llamado a tu mamá- comenzó ella-. Se ha vuelto loca y dice que mañana a primera hora vendrá- sonrió-. Ha estado estos días sin dormir haciendonos compañía, te ama demasiado- estiró una mano y la pasó por mi pelo, cerré los ojos disfrutando de su toque, hacia tanto tiempo que no lo sentía-. Lo siento tanto Justin- su voz sonó ahogada y rota, a punto de llorar-. Todo esto es mi culpa, estos días has sido los peores de toda mi vida, he rezado y rezado para que todo esto fuera una pesadilla. Si te hubiera hecho caso, si hubiera confiado en ti nada de esto habría pasado. Hemos hablado con los policias y nos han explicado que Jason te incitó a meterte en una banda de narcotráfico. Justin por favor, perdóname- esta vez ella estaba llorando mucho.


No sabía que decir. Pero con mi mano la subí a su cara, acariciando su mejilla y secando sus lágrimas con mis pulgares.


-No llores, por favor, odio verte así.


Ella sorbió hacia arriba y respiraba entrecortadamente como si tuviera hipo.


-Justin...


-Te amo, ______- la interrumpí-. Siempre te he amado, mi amor. Siempre.


Ella sonrió y agarró mi otra mano, entrelazando nuestros dedos.


-¿Es en serio?


Yo asentí con la cabeza.


-Todo parece tan irreal, tu...conmigo- suspiró.


-Eres perfecta, pequeña. Eres perfecta para mi- le susurré.


La vi mirarme fijamente a los ojos, y haciendo algo que llevaba muchoo tiempo anhelando, se inclinó hacia abajo y cenrró nuestra distancia, juntando mis labios con los sullos en un sa¡uave y lento beso. No había lengua, solo nuestros labios juntos, una pequeña muestra de reconciliación. Me separé un poco y la miré a los ojos. Ella juntó su frente con la mía y juntó nuestras narizes.


-Te amo- murmuré.


-Te amo- susurró ella mirandome a los ojos.


-¿Prometes que esto será para siempre?- me preguntó.


-Te lo prometo, peluche.


Los dos sonreimos y me volvió a besar, teniendo el suficiente cuidado de no hacerme ningun tipo de daño. Pero no me importaba, la chica que más amaba en este mundo me correspondía, todo estaba casi arreglado.


No la iba a dejar ir de nuevo.


Ella era mía.


Mi princesa.


Mi niña.


Mi pequeña.


Mi peluche.

La fea; j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora