Esuché unos murmullos a mi derecha y un zarandeo en mi hombro. Gremí con fastidió y me giré dandole la espalda a aquello que me estaba interrumpiendo de mi adorable y merecido sueño. Los zarandeos volvieron, pero esta vez los murmullos se volvieron más claros permitiendome entender lo que aquella persona me estaba diciendo.
-Vamos pequeña, abre esos preciosos ojos- me susurró al oído. Sonreí, reconocia esa voz que tanto amaba-. Venga, sé que ya estas despierta, estás sonriendo- pudo sentir su sonrisa mientras pronunciaba esa oración. El colchón se hundió bajo su peso y pude notar como se acostaba sobre mi cuerpo, apoyando sus codos para no dejar caer todo su peso sobre mi.
Gemí cuando empezó a esparcir besos por mi cuello, bajando hasta mi calvicula donde succionó y mordió. Estaba segura que en no mucho tiempo tendria una marca en esa zona que había besado.
-Venga no seas floja amor- dijo con voz de bebé como si fuera un nió suplicando por una piruleta que vio en el estante de un chucheria.
-Estamos en vacaciones- protesté-. Además son solo las siete de la tarde, dejame dormir mi siesta.
Él pasó sus dedos por mi cara, trazando el camino por mi mandibula hasta llegar a mis labios, que acarició suavemente.
-¿Sabes? Si no abres ahora tus ojos y te pones en marcha, no te daré un beso aquí- agarró con delicadeza mi labio inferior y lo soltó para bajar a mi cuello-. Ni te succionaré aquí- pasós sus dedos por mi cuello provocandome suaves cosquillas- Ni aquí- continuó su camino hasta mi hombligo, sus dedos subieron el borde de mi pequeña camiseta permitiendole tocar mi piel, bajó sus dedos hasta llegar casi al vertice de mi feminidad. Suspiré con anticipación pero no me moví-. Pero no te preocupes, puedo hacer esto- y sin que yo puediera ser más rápida que él, su mano bajó del todo y se metió entre mis bragas, dejando su mano sobre mi monte de Venus pero sin hacer nada más. Noté su respiración en mi oreja y yo gemí, moviendo mi cadera-. Mírame- ya no lo dudé ni me resistí más, abrí mis ojos y su cara se movió hasta llegar delante de la mía, sus pupilas estaban dilatadas y sus iris tenían un color más oscuro de lo normal. Ambos estabamos con los labios entre abiertos-. Te amo- me susurró sobre los labios-. Mucho- sentenció para despositar un corto y dulce beso sobre mis labios.
Sacó su mano y yo gemí en protesta. Justin al escuchar aquello comenzó a reír y me levantó con sus brazos de la cama, dejandome de pie delante de él, con mi espalda contre su pecho y de cara al espejo de cuerpo entero que había en mi cuarto. Sus manos estaban sobre mmi vientre, acariciandolo ya que solo iba con una camiseta de tirantes y unas braguitas a juego. Nos quedamos mirando por unos segundos, cada uno hundido en sus pensamientos sin nada que decir. Todo esto era tan irreal y normal a la vez. Habiamos pasado por tantas cosas malas y ahora estabamos aquí, en mi cuarpo abrazados y sonriendo como idiotas.
-Yo también te amo- dije y nuestros ojos se encontraron desde el espejo, sonreimos al mismo tiempo y el bajó su cara a mi cuello. Aspiró fuerte para luego soltar el aire en un suspiro apretando su agarre en mi cintura, puse mis manos sobre las suyas y el con una maniobra me picoteó los labios.
-Vistete y preparate- sonrió-. Yo ahora vengo.
-¿Para qué?- pregunté antes de que pudiera moverse. El me sltó suavemente y comenzó a caminar por la habitación hacia la puerta.
-Tu solo hazlo- con una última sonrisa salió de mi cuarto. Estaba segura de que mi papá estaba en el piso de abajo, pero eso era algo que no me importaba. Justin y Dylan se llevaban de maravilla y eso me llenaba de satisfacción por dentro.
Con un último suspiro preparé la ropa que me pondría, algo normal ya que no sabía exactamente lo que quería hacer Justin, y con todo preparado me metí en el baño lista para una ducha.
Justin's POV
-¿Ya la despertaste?- me preguntó Dylan una vez que aparecí por la cocina, sonreí al recordar la manera de despertar y lo poco pero excitante que había ocurrido ahí arriba.-Sí, es un poco difícil de despertar- me reí.
-Dimelo a mi, la conozco como la palma de mi mano, le cuesta bastante levantarse en vacaciones- rió conmigo y se sentó en un taburete con una coca-cola en la mano-. ¿Quieres una?- alzó su lata.
-Vale- dije con confianza. él y yo nos llevabamos demasiado bien y sé que eso era algo que a ______ le encantaba. Dylan era un buen hombre y a parte, era muy divertido pasar tiempo con él. Muchas veces terminé llorando de la risa-. Gracias- le dije cuando me dio la lata y después de abrirla, comencé a beber el líquido freco-. ¿Ya sabes que le vas a regalar?- me preguntó en un poco algo bajo por si algún casual ______ nos podía oír.
Negué con la cabeza.
-No, la verdad es que hoy intentaré sonsacarle que desearía tener. Quiero hacerla sentir especial- dije con una sonrisa tonta en mi cara, lo que sentía por ella era demasiado fuerte. Me había atrapado entero. Ella podía hacerme lo que quisiera que yo se lo permitiría. Era mi todo, mi otro yo y mi vida.
-Ya te dije lo que te va a decir- se acomodó en su silla con aire de suficiencia y asintiendo con la cabeza lentamente.
Reí.
-Si me lo pide, estaré encantado de regalarselo- dije sonriendo.
-¿Sabes? En verdad estoy contento de que mi hija salga contigo, se te vé que la quieres mucho y ver su sonrisa y su felicidad cuando esta a tu lado y desde que estais juntos me llena de alegría por dentro. Tu la has cambiado a mejor y estoy muy agradecido. Yo ya no sabía que hacer con ella y me frustraba verla siempre deprimida, hasta que llegaste tú, hubieros unos altos y unos bajos, pero ahora está muy feliz. Gracias, Justin, de verdad te lo digo- dijo con sus ojos inundados en sinceridad. Yo me había quedado sin palabras y no sabia que decir. Si él supiera. Pero yo también estaba feliz de estar con _______ ella también me había cambiado a mejor.
-Ella también me hizo cambiar a mi, Dylan. A mucho mejor.
Él sonrió y miró a mis espaldas, una sonrisa mucho más grande de complicidad se formó en sus labios, yo me incorporé dando un trago a mi coca-cola y me giré.
Justo en ese momento me encontré a la figura más hermosa que había visto en toda mi vida, iba casual pero se lo hizo de tal forma y le quedaba hermoso. Ella era hermosa, y era mía. Sola mía.
Me puse en pie y me acerqué a ella para abrazar su cintura y picotear sus labios suavemente provocando que un sonrojo tiñera sus tiernas mejillas blancas. Se las acaricié suavemente y nos miramos a los ojos por unos segundos.
-¿Ya estás lista?- le pregunté en un susurro y un hormigueo me pasó por la tripa.
Ella asintió lentamente con la cabeza con una pequeña sonrisa en sus labios y girandome, le sonreí con complicidad a Dylan y nos despedimos de él. Agarrando su mano la conduje al exterior de la casa para dirigirnos al coche que me prestó mi madre, un Audi deportivo, le abrí la puerta del acompañante y ella me miró.
-Que caballero, señor Bieber- me dijo en un tono divertido mientras yo cerraba su puerta, caminé rodeando el coche y me metí al lado del conductor, después la miré.
-Todo lo que sea por una bella dama, señora Parcks- le agarré la mano-. Después tendrás que taparte los ojos.
Ella frunció el ceño.
-¿Por qué?¿A donde vamos?
-¿Confías es mi?- la miré fijamente a los ojos, llenos de amor y cariño.
-No. - soltó ella de repente divertida.
-¿A no?- me burlé-. Pues tendrás que hacerlo sí o sí, señorita rebelde.
Y con una sonrisa arranqué el coche y comencé mi camino hacia el lugar que esperaba que le gustara.
Un lugar que se hará muy especial para mi y para ella.
ESTÁS LEYENDO
La fea; j.b
Fiksi PenggemarEste es mi mundo. Todo es correcto para ellos. Bienvenido al mundo de la fea.