Capitulo 22

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Salgo de mi incomodidad cuando un hombre coge el micrófono. Anuncia que la subasta va a comenzar. Está organizada a favor de la fundación de Carter, evidentemente, y permitirán financiar las actividades del próximo año.

Hermosas mujeres se ríen en brazos de hombres de cierta edad. Les animan a participar como si fuera un juego super excitante.

De repente los asistentes parecen enardecidos por la actividad que va a producirse. A cierta distancia, me apoyó contra la pared y cruzo los brazos sobre mi pecho.

Nunca he asistido a una subasta...Me pregunto a qué puede parecerce. El subastador comienza presentando una obra de arte moderno. Su autor es un artista de Nueva York muy de moda.

Una mano se levanta, después otra, y otra...¡El importe va creciendo y alucino con las umas que oigo!

-Subastador: 20.000 dólares aquí...25.000...Sí, 27.000...¡Oh! ¡¡30.000 dólares a ese lado!!

¡Es que no se dan cuenta de lo irónico de la situación!? Estamos tan lejos de la problemática de la miseria...que aquí para estas personas, esto no es más que un juego.

Las obras de arte se encadenan al mismo tiempo que el dinero. Esculturas, pinturas, manuscritos... De repente tengo ganas de tomar aire, de salir de este ambiente asfixiante. Me dirijo hacia la salida. Pero lo que veo me deja congelada en el sitio.

El subastador da la mano a una mujer hermosa. Se ríe como una niña, mientras que él explica la razón de su presencia.“Señores, tendrán ustedes la oportunidad de pasar una noche con esta encantadora joven. Comienzen la subasta”. Yo alucino. ¡Es el colmo del mal gusto! Mi corazón se encoge en mi pecho cuando veo a Carter levantar la mano riéndose. ¡¿Qué!?¡No me voy a quedar aquí ni un minuto más! ¡Salgo de aquí! ¡Inmediatamente!

Subo a toda prisa la rampa que me conduce a la salida. Tengo la impresión de estar en el infierno de Dante. (Lo sé, tengo tendencia a exagerar las cosas) Una vez que respiro el aire fresco de la noche, siento como si me deshiciera de todo lo que he visto y oído ahí dentro.

Cierro los ojos y me río nerviosamente ante lo absurdo de esa situación. ¡Ahora que había empezado a cambiar mi opinión sobre Carter!

???:¿Va todo bien, señorita?

Cuando abro los ojos, descubro la agradable cara de Stewart delante de mí.

-Hannah: Si, todo bien...Solo necesitaba aire fresco. Estaba sofocandome ahí dentro.—Stewart me observa. Nota que algo no va bien.—

-Stewart:¿Que ha ocurrido?

-Hannah: Nada especial...Solo que tengo la impresión de estar en el foso de los leones.—Cambia de postura. Se diría que comprende lo que siento sin necesidad de decir nada más.— ¿Cuál es tu nombre Stewart?—me mira un poco desconectado.—

-Stewart: Jake.

-Hannah: Jake, ¿podrias acompañarme a casa, por favor?

-Jake: No estoy muy seguro de que el señor Carter esté de acuerdo...

-Hannah: ¡¡Es mi jefe, no mí maldita niñera!!—Parece dudar un instante.—Voy a coger un taxi, será mucho más fácil—

-Jake: No, venga, la llevaré a casa.—De mala gana, Jake abre la puerta para que me siente en la limusina.—

Durante el trayecto retuerzo mis dedos. Estoy nerviosa, irritada, molesta. ¡Demasiadas emociones a la vez!

-Jake:¿Quiere que abra un poco las ventanas?

-Hannah: Si...Y por favor....podríamos tutearnos?

-Jake: Jamás me tuteo con los clientes.

-Hannah:¿Esto que es? ¿Algún tipo de código?

-Jake: No, un límite que me he impuesto.

-Hannah: Pues yo voy a tutearte.

-Jake: Haga lo que usted quiera, señorita.

Tengo la sensación de que Jake forma parte de esas personas imposibles de alterar. Pero soy bastante buena jugando a eso.—Me río de una forma nerviosa, casi incontrolable.—

-Hannah:¿Siempre eres así de tranquilo, Jake?

-Jake: Créame, hace falta mucho más que eso para poder alterarme.

-Hannah: Yo que pensaba tener un buen nivel...—Mi reflexión le hace sonreír.— Dime Jake...¿Cómo es que conocías mi dirección la primera vez que me acompapaste a casa?—se toma un tiempo para contestar.—

-Jake: El señor Cárter me la había dado.

-Hannah: Carter...¿Lo tiene que saber y controlar todo, no es cierto?—La mirada de Jake se vuelve más sombría—

-Jake: Preferiría que no habláramos del señor Cárter en su ausencia.

-Hannah: De acuerdo... Sólo quería tener un poco de conversación.

Me pregunto por qué no quiere hablar de Carter. Tendrá miedo o algo que ocultar... Me callo y me conformo con mirar las calles que desfilan ante mis ojos. La gran manzana está en calma a estas horas. La calma antes que la tempestad...

Una vez en casa, me quito rápidamente el vestido y lo meto de nuevo en su caja, mirándola con recelo. Este Carter.....¡No puedo llegar a entenderle!

Dejo los zapatos en la entrada, deshago mi peinado y me pongo una vieja camisa.¡Esta noche olía a dinero y a falsas buenas intenciones! ¡Todas estas almas bien intencionadas que se regodean ante la miseria del mundo!

-Hannah:¡¡Trabajar para África!! ¡De qué hablas! ¡Intentando congraciarse con esos perros de Nueva York, claro que sí!

Pulpita se mueve en su jaula. Debe preguntarse qué pasa. O quiere una golosina. Optó por la segunda opción.

-Hannah: Mi gordo...Ven aquí.—Lo cojo suavemente para ponerlo en la palma de mi mano.—

Me siento en el sofá y acaricio la cabecita y blanchete antes de darle una galletita. Le da mordiscos con avidez. Le miro durante un rato y luego lo dejo en el sofá, a mi lado.

Cojo el ordenador para ir a mi blog. Varios comentarios agradables me calman. Afortunadamente mi comunicación está ahí... Al menos con ellos, tengo la sensación de compartir algo real.

¿Hay algo más generoso que la cocina?

Abro una nueva entrada.¡Necesito exteriorizar mi estado de ánimo! Sé que lo que se escribe se queda ahí y que aunque todo es anónimo, es mejor tener cuidado con lo que se escribe en internet, modero mi humor.

“Esta noche he sido invitada por mi jefe a una gala de Caridad. Y...me he sentido realmente mal. He tenido la impresión de estar en otro mundo, donde todo no era más que una cortina de humo.”

Continúo escribiendo. Cuando me doy cuenta veo que he estado una hora con mi artículo. Lo releo rápidamente y lo publico. Termino mi post diciendo:“¿Creeis que he exagerado? ¿Cómo hubierais reaccionado?”

Me gusta hacerlos participar y recoger sus opiniones, ya sea para la cocina o para cosas de la vida general. Dejo el ordenador a un lado y me levanto para ir al baño.

Dejo caer el agua sobre mi cabeza cerrando los ojos. Durante un momento mi mente divaga con Carter y su mirada pendiente de mi durante su discurso. Tengo la sensación de que sólo me miró por un segundo... Por lo tanto no tiene ningún sentido.

Su voz, sus envolventes ojos grises... Mi cuerpo reacciona inmediatamente y me inunda de un agradable calor. Deslizo cuidadosamente el jabón sobre mi piel e imagino que se trata de su mano que me acaricia....Ahora mi mente rememora su perfume, con la masculina seguridad que desprende.

La intencidad del momento me hace olvidar que estoy sola en mi cuarto de baño. De repente, abro los ojos.

-Hannah: ¡¿Mierda....Que me pasa?!

it is love?--Ryan--Donde viven las historias. Descúbrelo ahora