IX. Estas no muy dulces conversaciones.

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IX. ESTAS NO-MUY-DULCES PEQUEÑAS 
CONVERSACIONES.




—ME ALEGRO DE QUE LES HAYA IDO BIEN.
—Aquila comentó cortes mientras observaba sus manos; por alguna razón, parecían ser lo más interesante ahí.

Aclarando su garganta incómodamente, Remus respondió.—Si, yo también.

—¿Estaba...eh ...muy lleno el lugar?—preguntó y tan pronto como la última palabra salió de su boca, Aquila se maldijo por si penoso intento de conversación.

—No particularmente. ¿Tuviste... uh, una agradable tarde?

Aquila miró sus ojos y con una sonrisa, contestó.—Vi a Harry volar. Él es tan bueno como James. Sin embargo, estoy bastante segura de que James estaría decepcionado de que él no sea Cazador. Bueno, yo lo estoy; se supone que él sería un Guardián... supongo que ambos perdimos la apuesta...

Pero hablar de James no le había causado nada más que un dolor en el corazón. Han pasado doce malditos años, Aquila. Se regañó así misma. Supéralo.

Al ver los temblores adueñarse de sus manos, Remus trató de cambiar de tema.—¿A Leo le interesa jugar?

—Ni si quiera pude hacer que subiera a una escoba.—contestó con un bufido.—Odia volar. Supongo que lo heredó de ti... —y luego en voz baja, añadió.—Se parece a ti en muchas cosas.—después de una pausa, volvió a mirar sus ojos.—Bueno, creo que ya debería irme.

—Aquila, espera——

Una gruesa y familiar agarró su muñeca y al instante, Aquila sintió como su piel se ponía de gallina; lo mismo pasó con Remus. La pelinegra se dio la vuelta y quitó su mano.

—¿Si?

Remus la miró y tragó saliva, la había detenido sin pensar qué decirle. Podía ver sus ojos cerúleos mirarlo expectante, pero no podía pensar en ninguna frase coherente para decir. Había un millón de cosas que quería decirle, pero, ¿cómo? ¿Cómo te disculpas con alguien por haberle dejado? ¿Por haberle dejado con un bebé? ¿Perdóname por haberte embarazado y luego dejarte? No, no podía decir eso. Él solo había terminado con ella. Había dicho cosas que no quería decir y sin duda la había lastimado. ¿Cómo se supone que se disculparía por eso? Finalmente Remus entendió por qué Sirius había tardado tanto en disculparse con Aquila en sexto año: las disculpas eran terriblemente difíciles de decir, sobre todo cuando esa persona te importa. No podía encontrar ninguna palabra que justificara lo que había hecho. Así que, en lugar de actuar con sensatez, dijo algo increíblemente estúpido, porque no importaba cuán inteligente fuera, todo dejaba de tener sentido cuando estaba junto a ella.

philophobia ━ remus lupin. (2)✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora