VIII. Sha-la-la-la my oh my.

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VIII. SHA-LA-LA-LA MY OH MY.


A MEDIDA QUE LOS DÍAS PASABAN Y LA brisa otoñal se enfriaba, Aquila comenzó a vivir una vida monótona, cada vez pasaba más tiempo junto a Wilfred Walker. Desde sus turnos haciendo guardia en el Departamento de Misterios, hasta varias misiones para la Orden. La nueva amistad no pasó desapercibida para nadie en la Orden y a Wilfred no le costó mucho confiar en ella.

―Esto va a sonar terriblemente mal.―dijo una noche, cuando una fuerte tormenta causó que abandonaran su misión y se refugiaran en un motel muggle.―Pero creo que... creo que estoy... Bueno, no... sé que estoy...―tomó una profunda bocanada de aire y dijo.―Estoy completamente enamorado de Sirius.

Aquila casi rió ante su dramática forma de decirlo, lo había dicho como si acabara de confesar un asesinato.―Vaya, con que enamorado, ¿eh?―ella bromeó mientras le daba un codazo.―Bueno, si vas a ser tan dramático al respecto, entonces serán perfectos el uno para el otro. ¡Sé el rey de mi hermano, la reina, Willy!

A Wilfred no le gustó el nuevo apodo.

Las siguientes semanas, solo causaron que Aquila se frustrara aún más con los enamorados, hasta que finalmente, después de muchas charlas de alentadoras, pequeños empujones por aquí y por allá, logró convencer a ambos magos para que confesaran sus sentimientos y de ahí en adelante, a medida que el undécimo mes del año llegaba, floreció una relación tan hermosa que hizo que una genuina sonrisa  apareciera en la cara de Sirius y un brillo que nadie había visto, naciera en los ojos verdes del rubio.

Pero desafortunadamente, solo Aquila fue testigo de esa belleza, ya que sus manos entrelazadas se escondían bajo las mesas, los pequeños besos solo pasaban cuando casi era media noche y no había nada de luz en el número doce de Grimmauld Place y cada vez que pasaban tiempo juntos, Aquila tenía que estar cerca para evitar que surgieran sospechas, a los ojos del resto de la Orden, Sirius y Wilfred no eran más que compañeros. Y estaría mintiendo que su relación secreta no le recordaba, con pena lo que alguna vez tuvo y mentiría aún más si dijera que no le dolía su débil corazón. Pero su hermano estaba feliz, así que, Merlín, ella se iba a sentar junto a ellos e iba a sonreír.

philophobia ━ remus lupin. (2)✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora