XXIX. La batalla de Hogwarts.

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XXIX. LA BATALLA DE HOGWARTS.





EL SUDOR 
bajaba por su frente mientras el suelo temblaba bajo sus pies; a pesar de los grandes intentos que habían hecho, los Mortífagos habían logrado entrar a Hogwarts, comenzando así la batalla. Antes todo parecía ser irreal, pero ahora, ahora que realmente estaba pasando se dieron cuenta de que no era una pesadilla, de que era real. De que esto era una guerra.

Mierda.

Aquila era, sin duda, un soldado valiente. Lo había demostrado desde los diecisiete años. Pero eso no significaba que no estuviera asustada. El miedo se apoderó de su cuerpo y su corazón latía desbocado en su pecho, su respiración se aceleraba al máximo cuando veía a las figuras encapuchadas aproximarse a ella.

A pesar de que la ansiedad amenazaba con tragársela entera, sus manos estaban firmes y lanzaba cada maleficio que se cruzaba por su mente.

Fred y Percy estaban a su lado en el pasillo del sexto piso, los hermanos luchaban contra dos figuras enmascaradas mientras Aquila intentaba defenderse de otra. Aquila se pudo dar cuenta de que Percy no tenía mucha experiencia en los duelos, ya que en dos ocasiones, se tuvo que dar vuelta y ayudarlo a defenderse.

Pero al tratar de mantener a salvo a los dos adolescentes, Aquila se distraía y se olvidaba de protegerse así misma y en ese momento, soltó un grito cuando una luz blanca chocó contra su brazo, rasgando la tela de su camisa y cortando la carne de su brazo.

—Maldición.—gruñó mientras sus cejas se fruncían ante el dolor y la sangre comenzaba a gotear de su brazo.—¡Idiota!—exclamó lanzándose un hechizo al enmascarado.—¡Mi hijo de dio esta camisa!

Más y más hechizos volaban sobre su cabeza y después de mirar a su alrededor, notó que los Mortífagos estaban ganando ventajas.

Pero entonces, voces familiares resonaron en sus oídos, Harry, Ron y Hermione aparecieron frente a ella. El mortífago que luchaba contra Percy retrocedió y cuando esquivó un hechizo proveniente de Ron, su capucha comenzó a caer--

—¡Hola, ministro!—Percy bramó, enviando un hechizo directamente al pecho de Pius Thicknesse, que dejó caer su varita con una expresión de incomodidad.—¿Ya le mencioné que voy a renunciar?

philophobia ━ remus lupin. (2)✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora