IV. Viejos rostros.

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IV. VIEJOS ROSTROS.




AYUDAR EN LA CLASE DE TRANSFORMACIÓN DE MINERVA
salió bien. Aquila siempre había amado esa clases, bueno, el lado práctico, y sentía algo cálido en el estómago cada vez que ayudaba a un estudiante a realizar un hechizo por primera vez. También tuvo el placer de conocer a los nuevos bromistas de Hogwarts; los gemelos Weasley, durante su segunda clase con los de quinto año. Los Weasley le hacía recordar a los hermanos Prewett, algo que no le gustó porque pensar en Fabian y Gideon le traía recuerdos infelices de la guerra.

―Nunca pensé que disfrutaría enseñar.―Aquila comentó observando a los chicos de quinto año salir del salón.

―Si, bueno, todo es bastante agradable y tranquilo hasta que tienes lidiar con los bromistas.―dijo Minerva con una sonrisa de labios sellados.

Aquila sonrió inocentemente.―No tengo la menor idea de lo que estás hablando, Minnie.―a esto, Minerva le lanzó una mirada severa y Aquila le respondió con un guiño.

―Bueno, será mejor que vayamos al Gran Comedor para almorzar.―la bruja mayor dijo, mientras que con su varita organizaba una pila de pergaminos.

―Creo que daré un paseo.―Aquila dijo.

Minerva alzó una ceja.

―Más tarde tengo clase con Severus.―explicó la pelinegra.―Y realmente no creo que deba hacerla con el estómago lleno.

Minerva la miró con reproche.―Han pasado quince años, Aquila. Seguramente una pelea de escuela ya fue olvidada.

―Espero que tengas razón, Minerva, pero no me arriesgaré.

Y Aquila tenía toda la razón, Severus Snape recordaba cada pequeña cosa que los Merodeadores le habían hecho. Cada uno de ellos y él la odiaba por eso. Aunque el odio no era tan profundo como el que sentía por su hermano gemelo y James Potter, él la odiaba, así que no hacía falta decir que no estuvo de acuerdo con la idea de que ella fuera la nueva asistente, ni tampoco estuvo de acuerdo en dejar que un hombre lobo diera clases, pero Dumbledore no lo escuchó.

philophobia ━ remus lupin. (2)✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora