XI. ¿JUNTOS, JUNTOS?
EL PRIMER DÍA DE LAS VACACIONES DE NAVIDAD, Leo se encontró vagando distraído por los innumerables pasillos del número doce de Grimmauld Place, observando cada retrato que colgaba en las paredes. A diferencia de otros días, la mansión estaba tranquila y solo estaban Leo, sus padres, Sirius y Wilfred. Los Weasley y Harry habían ido esa mañana a San Mungo a visitar al señor Weasley, quién había sido atacado por una serpiente la noche anterior, mientras estaba en una misión para la Orden. Con su estómago gruñendo por el hambre, Leo decidió que ya era hora de desayunar, así que rápidamente se dirigió hacia la cocina.Pero al llegar a la puerta, se detuvo abruptamente.
Su boca se abrió por la sorpresa.
¿Qué demonios? Se preguntó, mientras fruncía el ceño. Allí, de pie, dentro de la cocina, estaba su padre echando dos cubos de azúcar a una taza de café y una cucharada de miel a otro, mientras que su madre, que estaba sentada sobre uno de los muebles, reía por algo que él había dicho. Si todo hubiera sido diferente, si todos ellos hubieran tenido otra vida, Leo estaría avergonzado de la forma en que sus padres actuaban. Parecían unos adolescentes enamorados.
Pero, tristemente, no tenían esa vida, por lo que después de pensar por unos minutos, Leo llegó a la conclusión más lógica: Poción Multijugos.
Si. Se dijo así mismo. Esa es la única explicación razonable. Pensó. Porque su madre y su padre, eran dos personas que ni si quiera podían mirarse el uno al otro sin palidecer, siempre hablaban con una cortesía que les llegaba a doler físicamente a todos los que lo presenciaba. Esas personas frente a él, no podían ser sus padres. No.
Sintió que su pecho se apretaba. La poción Multijugos requería cabellos de la persona en la que te quieres convertir, por lo tanto, significaba que sus verdaderos padres podrían estar en peligro, por lo que Leo decidió que tenía que correr y decirle a su tío.
Pero justo cuando estaba a punto de girar sobre sus talones y correr hacia él, sus ojos se posaron en la bruja que se parecía tanto a su madre, y todos los pensamientos sobre advertir a Sirius desaparecieron. Porque Leo vio algo que nunca había visto en su madre: una brillante sonrisa que irradiaba felicidad pura. Una sonrisa que empezaba en sus labios y terminaba en un brillo en sus ojos azul cerúleo, era fascinante. Y Leo pudo quedarse mirando eso por el resto de su vida.
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philophobia ━ remus lupin. (2)✓
Fanfiction━━ ⦗ philophobia! ⦘ ❝ y el amor tampoco fue temido. ❞ ███████████ 𝙚𝙣 𝙙𝙤𝙣𝙙𝙚 remus lupin nunca se respetó así mismo como ella lo hizo y aquila black nunca se amó así misma com...