12TH

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Me senté en el borde de la cama del Luciano. Él llego junto a mi, con el celular de mi hermano en sus manos.

— Míralo tu misma. —abrió whatsapp frente a mis ojos

¿Cómo se supo la clave del Max? El aweonao tenía la misma que Kanye; 0000.

— En los chats del principio hay puros grupos culiaos, algunas pelaciones... pero, me metí en lo profundo del celular po. —empezó a explicarme. Apretó en la opción de los chats archivados. — Aquí encontré este chat de los primeros.

Tenía el contacto guardado como "Completos a domicilio". Reconocí al tiro la foto de perfil, era la Bianca.

— ¿Quieres leer el chat, o ya es suficiente pa' ti?

— Qu-Quizá hablaban por cosas sobre mi po, Luciano. Solo muéstrame una prueba de que se comían. —respondí asqueandome con lo último

— Mira.

Completos a domicilio:

me gustai
23:52
me gustai caleta
23:52

también me gustai caleta
23:58

¿Por qué no me vienes a dar unos besitos?
23:59

eres muy fresco skjsjsj ya hubieron muchos por hoy
23:59

— No quiero leer más. —le pasé el celular a mi acompañante. — Creo que ya está confirmado.

— Menos mal, porque más arriba estan los besos en... digo, las fotos en pelota de tu hermano. —hizo una mueca de asco. Tomé un cojín de la cama y se lo tiré

— No hay fotos en pelota. ¡No me hagas imaginarlo! —me quejé. Él me tiró el cojín de vuelta. — Estás muy traumado con el beso, no pensé que fueras así, poodle.

— No estoy traumado. Solo, fue muy repentino para mi, además, tu hermano me amenazaba cuando te ofrecía ponerte mi polerón — se tensó. — No quiero imaginar que hará cuando se entere que te seguí el beso

— ¿Le tienes miedo a mi hermano?

Entre los dos, el Luciano era más masa muscular que el Max. Era un poco más alto también, y su care' malo le salía mejor.
¿O era por que miraba al Max con ojos de hermana?

— No. Pero, quizá me dice que traicioné su confianza o alguna weá así. Perder amigos es lo peor po, Gi.

Apoyé mi cabeza en su hombro

— Entonces ese beso nunca pasó. —senrencié

— ¿Cuál beso? —me siguió el juego. — Ya, cabra chica, sal de mi hombro po, no nos pongamos mamones.

Se ponía esquivo de la nada el culiao. ¿Qué se creía?

Me separé de él, también me levanté de la cama.

— Empecemos con la experimentación nomás. —le ordené. — Háblale al Max, dile que querí juntarte con él en la cancha de las panteras. Yo le hablaré a la Bianca.

— ¿Y el Tebo?

— Le diré al Branco que me ayude con eso.

Él comenzó a negar con la cabeza. Se paró de la cama cruzado de brazos

— No vamos a meter al Branco en esta wea, Gissele.

— ¿Y por qué no? —me hice la chora. — Luciano tú también escuchaste como retaba al Tebo por desearle mal a mi hermano. ¡El Branco no tiene nada que ver! Podría jurar que está de nuestro lado.

Te debo unaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora