GISSELE:
Habíamos dejado al Chalo en la casa de la prima del Luciano. Ella lo molestó diciéndole guaguito otra vez, yo solo reí mientras la tía del poodle le decía a la mina que parara de molestarlo.
Después, tomamos una micro que nos dejó cerca de mi casa. Al llegar, noté el ambiente diferente. Normalmente cuando el Max está solo en la casa, deja alguna tele prendida o pone música culiá a todo volumen.
Esta vez, cuando nos acercamos a la puerta solo había silencio.
— Nos vemos el lunes, Gi. —el poodle se paró en el ante jardín.
— ¿No vai a entrar?
— Tu hermano me dijo que era un asunto familiar. —me quedé mirnando su expresión facial mientras me hablaba. Parecía preocupado por lo que el Max me diría. — Si quieres hablar con alguien después, o necesitas cualquier cosa... Siempre estaré disponible para ti.
— ¿Y si te pido un chocolate en medio de la noche?
— Me vengo en mi bici cagao de sueño, pero te lo traigo. —respondió, encogiéndose de hombros.
— Mentiroso culiao. — reí. — Ni siquiera leerías mi mensaje, tienes el sueño pesado.
Mish, se ponía chamullento el ruliento.
Como si una no lo conociera.
— ¿Ya se van a dar el beso de despedida o voy a estar mirándolos por la ventana hasta que me convierta en estatua?
Volteé a mirar la ventana detrás de nosotros. La carota de mi hermano pegada en el vidrio nos miraba con care' aburrido.
— ¡¿Qué chucha haces ahí weón?! —exclamó el Luciano.
— ¡Esperando el beso po! ¡¿Qué más voy a estar haciendo?! Imbécil...
— ¿Y por qué en la ventana? —arrugué las cejas mientras entrecerraba los ojos. — ¡Pareces psicópata, Max, por la cresta!
— ¡Despídanse luego, par de weones! — insistió mi hermano
Me acerqué al Luciano incómoda por la mirada de mi hermano. Besé su mejilla y volteé a la ventana otra vez
— No pienso darle un beso al poodle contigo mirándonos. —confesé. Luego caminé pa abrir la puerta. — Gracias por traerme, guaguito.
Apareció mi hermano, ahora en la puerta, rápidamente.
— ¡Oye, aweonao! Tú también tení que entrar. —le gritó a su amigo. — Es familiar, pero erí de la familia vo' po, imbecil.
— Prefiero dejarlo entre ustedes, voy a sentirme muy metio'
— No voy a incomodarlos para verlos como pololos, lo prometo. —ofreció. El Luciano se acercó de a poco a la puerta
— ¿No me vai a decir amigoñado?
— ¡Pero si es un término bacán! —al ver la cara del Luciano, el Max rodó los ojos y bufó. — Ya, weón fome, no te diré amigoñado.
Ambos entramos directamente a sentarnos al sillón. Me dolió un poco la rodilla, sentí como la herida que tenía en la rodilla estaba recibiendo airecito.
¡Nunca más me subo a la bicicleta del Chalo, lo juro!
En la mesa de centro había una botella de sprite de dos litros y un vaso medio lleno con ésta.
— ¿Quieren bebida? —preguntó mi hermano, antes de que respondiéramos se fue rápido a la cocina a buscar vasos.
Llegó con dos vasos peculiares. Uno que había comprado hace muchísimo tiempo, tenía un dibujo de un gato. Y otro que tenía diseño de black panther, en referencia a su equipo de fútbol, obviamente.
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Te debo una
Teen Fiction"Gissele, me mandaron a hacer trabajo comunitario en el colegio por tu culpa... Me debes una. "