23RD

3K 252 124
                                    

El Max se sentó en su cama con incomodidad. Me paré frente a él cruzada de brazos con el Luciano a mi lado

— Habla.

Él apretó los labios

— Encontré a la Esmeralda. —se sinceró, mirando al suelo. — Me pidió plata la primera vez que nos juntamos, dijo que ya no le alcanzaba para vivir y miles de cosas.
» Me junte con ella esa vez, llevé la plata. Me di cuenta de que en verdad solo la quería usar para... drogarse. Está metida en alguna fuerte seguramente, estaba desesperada con que le diera la plata. Me negué, te juro que me negué cuando noté para que la quería. —levantó la cabeza para mirarme. — Andaba con un weón... me sacó la cresta por no querer entregarla.

— ¿Eso fue la noche que te encontramos en el paradero? —preguntó el poodle. El Max asintió

— Hoy me vino a buscar. Le dije que no podíamos hablar aquí... no quería que la Gi se enterara, no quería que lo viera tampoco. —suspiró. — Me subió a un auto, llegamos a un lugar que ni siquiera conocía... me dijo que le pagara o...

— ¿O?

— O me iba a matar. —siguió, tragando saliva. — No tenía la plata, había salido con lo puesto, dejé hasta mi celular. Y me dijo que...

Calló por unos segundos.

— ¿Qué te dijo? —pregunté impaciente

— Me pegó. Me dejó botado en una plaza, el Branco me encontró después de minutos.

//

Serví un gran vaso con agua. Me senté sobre el mesón de la cocina con el vaso en la mano, pensando.

— ¿Por qué no te sientas en una silla? —preguntó el Luciano, entrando al lugar.

Me encogí de hombros. Él sacó una caja pequeña de leche del refrigerador

Oye, esas las tengo para llevarme al colegio po, poodle. :(

— ¿Por qué mi miras así? —preguntó sacándole la bombilla a la caja. Luego notó que mi vista estaba en la leche. — ¿Son tuyas?

— Sí, pero tómatela nomás, total ya la sacaste. —tomé de mi vaso restándole importancia. Él la dejó sobre el mesón.

— Voy a servirme jugo mejor. —abrió el refrigerador otra vez.

— Tú si que tienes fuerza de voluntad. —murmuré recordando el contexto de la frase

Él se quedó mirándome, sacudió la cabeza y se sirvió jugo. Luego se paró frente a mi con el vaso

— ¿Qué tienes? —cuestionó, analizando mi cara. — No le respondiste nada al Max

— ¿Y?

— Me parece bastante extraño. —tomó un sorbo de su vaso sin quitarme la mirada. — A ti te pasa algo.

Lo maldije por dentro. ¿Cómo supo que tenía algo en mente tan rápido?

— No le creíste. —asumió tomando otro sorbo. Luego dejó el vaso en el lavaplatos.

— No, no le creí ni una palabra. —confesé. Él se acercó, mirándome con los ojos entreabiertos

— ¿Por qué?

— Luciano, hay muchas cosas que no encajan con este rompecabezas. —respondí, tratando de que me entendiera.

— ¿Qué cosas?

— La actitud extraña del Tebo ante el primer asalto. Acuérdate cuando estábamos escuchando su reunión desde afuera de su casa, llegó a amenazar a alguien con un "asalto misterioso".

Te debo unaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora