LUCIANO:
Apoyé mi cleta, ah, ¿Quién chucha le dice cleta?... Apoyé mi bici en el pastito afuera de mi casa, me abrí el cortaviento antes de entrar a ella. Había hecho una carrera con el weon de la bici roja que iba al lado mío y llegué medio acalorao' por pedalear tanto.
— ¿Dode estabash, Manito? —me preguntó mi hermanito, apenas entré.
Mientras caminaba hacia él me sacaba el cortaviento, lo dejé encima del sillón, luego corrí a abrazarlo.
— ¿Me andai paqueando, Chalo? —lo tomé en brazos. Él se rió mostrándome sus dientes pequeños recién crecidos.
— ¡No, chalo no! Mi nobre esh Gonshalo. —me corrigió, sacándome la lengua al final.
— Gon-shalo po. —lo webié. Sentí a mi mamá bajar las escaleras, los dos nos quedamos mirándola. — ¡Mami!
El traidor en seguida empezó a patalear pa' que lo bajara. Apenas lo hice, se fue corriendo donde mi mamá.
— ¡Mi príncipe! —la señora le extendió los brazos pa' tomarlo. Luego me miró a mi. — Mi rey, ¿No ibas a la casa del Max?
Asentí. Tomé mi chaqueta del sillón antes de acercarme a la escalera.
— Sí, pero vine a buscar mi celular, se me quedó enchufado. —me paré en el primer escalón. — ¿Tú vas a salir también?
— Voy donde tu abuela. —bajó al Chalo y lo mandó a buscar una cajita de jugo a la cocina. — ¡Pórtate bien en la casa del Maxito! Si te quedas a dormir allá me avisas
Mi hermanito llegó con dos cajas de jugo de naranja. Corrió hacia mi y me extendió un jugo
— Lushano... ¿Le puedes decir al Macs que cuando venga me ensheñe a jugar a la pelota? —me preguntó con una sonrisa. — Po favor, yo quero ser futbolista igual que él
Me inqué pa' quedar a su altura. Saqué la bombilla de la caja mientras le hablaba
— ¿No querías que te enseñara a andar en bici? Soy traicionero, weón. —le recordé. Él, al escuchar el garabato se rio
— No le enseñes a decir garaba...
— ¡Tú soy wion! —mi hermano interrumpió a mi mamá
Adiós, amigos, mi mamá está a punto de tirarme la chala por enseñarle a decir weon...
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Golpeé la puerta por tercera vez, el culiao del Max aún no salía. Seguramente se quedó dormido.
— ¡Buenas noches! —exclamé apenas me abrió la puerta. Estaba todo despeinado y con cuea podía parpadear sin quedarse dormido.
— Perdón... me quedé dormio' y se me olvidó que ibas a venir.
Pasé como si fuera mi casa. Mi amigo se miró un poco en el espejo que tenían en el living, donde la Gissele se sacaba como cien fotos frente al espejo con la misma pose.
Ya estai' pensando en la Gissele, culiao.
— ¿Y qué me ibas a decir? —preguntó el dueño de casa. — Espera, voy a buscar juguito. ¿Quieres?
Negué. Me había tomado el juguito que me dio mi hermano hace poco.
Él llegó con un vaso con jugo y varios hielos.
— Ya... ¿Entonces qué me quieres decir? —siguió con su pregunta. De un sorbo bajó el contenido de su vaso hasta la mitad
Mordí mi labio inferior. Buscando cómo empezar a hablar a hablar. Me acerqué a él pa' ser más directo
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Te debo una
Teen Fiction"Gissele, me mandaron a hacer trabajo comunitario en el colegio por tu culpa... Me debes una. "