04.

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— A ver, Suni. — Jackson suspiró. — ¿A quién viste?

— Jackson, cinco veces te dije ya. — bufé molesta.

— Perdón, no dormí mucho, estoy cansado.

— Que ví a... — fui interrumpida al ver llegar a alguién.

— Por fin llegas. — dijo Jackson a Mark, señalando la silla para que se siente.

— Lo siento, lo siento. — dijo Mark sentándose.

Eran las 12:35 del mediodía, estábamos en un café, tenía que contarles lo que vi, mejor dicho a quién creo haber visto. También estaba cansada pero tenía que hablar con ellos, con Jackson más que nada.

Hablar con Jackson se estaba haciéndo imposible, yo dormí poco, sí, pero a él dormir poco le afecta el doble.

— Bien, ¿ahora puedo hablar? — rodeé los ojos.

— Espera. — Jacky llamó al mesero para ya pedir nuestra comida.

Le hizo una seña al mesero que se encontraba detrás de la barra del café, éste mismo vino enseguida.

Tomó nuestros pedidos y se fué.

— Bien, Suni. — dijo Mark. Yo le miraba el cabello algo extrañada, tenía algo raro. — ¿Que tengo? — preguntó con el ceño fruncido.

— Tu cabello. ¿En que momento lo teñiste? — reí.

— Hace un rato, bueno hace algo de una hora, hora y media. — respondió. — ¿Por qué?

Su look nuevo era completamente lindo, le quedaba muy bien, a mí gusto. Sus raíces castañas y lo demás de su pelo algo desgastado rubio; perfecto.

Esperen, ¿que estoy diciendo?

— Porqué, te queda. — hice una pausa. — Te queda lindo. Se fue tu rubio patito. — hice un puchero.

— Gracias, Sun- — Jackson interrumpió.

— Eh, bueno, ¿para que estámos acá? Para hablar de lo sucedido anoche, ¿no?. — me miró. — Suni, cuéntanos. — asentí.

— Bien. — suspiré. — Anoche, mejor dicho hace unas horas, eran algo de las 5:00, no recuerdo bien... mientras estábamos todos bailando decidí ir por un trago, ya que nos quedaba poco para irnos. Mientras estaba en la barra, se me acerca un chico y, — la cara de Mark y Jackson estaban completamente serias. — Y quiso besarme, en contra de mi volunt... — mi amigo castaño me interrumpió.

— ¡Maldición! Y yo no estuve ahí para protegerte. — estaba molesto, y demasiado. — ¿Recuerdas la cara de ese imbécil? — suspiró. — Juro que sí lo encuentro... — lo interrumpí.

— Jacky, tranquilo. No, no recuerdo bien su cara. Y no hacía falta, se ve que alguien me estaba cuidando ya.

Mis dos amigos se veían totalmente confundidos.

— Pero, Suni. Yo tendría que haber estado ahí. Sos, sos mi chiquita, no pienso volver a permitir que alguien te toque otra vez.

— Maldito imbécil, perdón por no haber estado ahí. — dijo Mark algo apenado.

— Déjenme terminar. — asintieron. — Empezó a decirme que me besaría, le dije que me suelte, pero el me amarraba más a su cuerpo. Le dije otra vez que me deje, y se negó. Ya no sabía que hacer. — suspiré. — Pero, en ese momento, un chico con una mascarilla y un gorro negro lo agarro de la camisa por detrás, lo tiro al suelo y grito que me suelte, su voz se me hizo muy familiar. Comenzó a pegarle, hasta que llegaron ustedes. Y éste chico se fue, sali. . . — nos interrumpió el mesero. Había traído nuestro pedido.

Again you ; Lim Jaebeom Donde viven las historias. Descúbrelo ahora