20.

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— ¿Mark? —preguntó volteando a su izquierda, de dónde provino aquella voz.

— ¿Que haces aquí? —preguntó, y sin más esperar, a los segundos tuvo a Suni pegada a su pecho abrazandolo con fuerza. Él devolvió el abrazo mientras sobaba su espalda —. Vamonos.

Ella sólo asintió y tomó su mano, la castaña se dirigió al auto y Mark la siguió por dentrás.

[...]

— Vamos que te llevo a tu casa —dijo él mientras esperaba a que la menor cierre su auto.

— No —negó firme —, me quedaré aquí.

— Suni —amenazó —, ve a casa, descansa y si llegas ve a la universidad. A la tarde iré por ti y hablaremos con los directivos para explicarle la situación.

— Pero quie-

— Nada, vamos —ordenó.

Suni volvió a subir al auto en el asiento del copiloto y Mark subió en su lugar, encendió el auto y se dirigió a la casa de la castaña.

Al llegar ella se despidió y salió rápido del auto, antes de entrar a la propieda miró a su amigo, éste le sonrió, y ella igual.

En ese momento estaba sientiendo tantas emociones, se sentía como una adolescente enamorada.

Y él, el no podía negar que la menor —sólo por un año—, lo hacia sentir muchas cosas, demasiadas; ya no aguantaba, pero pensaba que ese no era el mejor momento, pero Suni lo llenaba de paz, y éso era lo que el necesitaba.

Esperó a que ella entrara a la gran propiedad y se volvió a dirigir al hospital, no se movería de ahí hasta que su amigo se encuentre bien.

Suni al entrar a su casa se dirigió rápidamente a su dormitorio y se metió en su casa, a los minutos el sueño le ganó.

No fué demasiado lo que durmió, un poco más de media hora. Pensó en asitir a clases o no, pero optó por la primera; además hablaría con los profesotes y directivos sobre el estado de JaeBum.

[...]

Hola —escuchó a su amigo con voz cansina y seguido de un suspiro.

— Jackson, tienes que descansar —sonó preocupada.

Suni, no te preocupes por mí —respondió y rió —, por favor pasa a buscar a Yugyeom y Bambam antes de ir a la universidad y llevalos contigo.

— ¿Cómo no preocuparme por tí? —preguntó retoricamente —. Claro, pasaré por ellos —informó.

Gracias, no quiero que pierdan clases —confesó —. Adiós, cariño.

— Mantenme al tanto —pidió —, iré a la tarde. Adiós.

Y sin más colgó la llamada. Jackson era un amigo de oro, realmente. Se preocupaba por todos a la vez y no por él, se merecía tanto.

Se quedó unos segundos viendo la pantalla de su celular, estaba demasiado preocupada.

— Todo estará bien, linda —animó a su hija al verla así, mientras salía del comedor con una taza de café.

— Espero —respondió en un suspiro, con una sonrisa débil —. Nos vemos, adiós.

Salió de su casa y afuera se encontraba el chófer esperandola con el auto. No tenía ánimos para conducir ella misma, además iria Mark por ella al finalizar su horario universitario.

Saludó con una leve sonrisa y subió sin más.

— ¿Puedes pasar por casa de Yugyeom y Bambam? —preguntó a lo que el hombre asintió, ya sabía dónde vivían los dos menores.

[...]

— Pero yo quiero ir a ver a hyung —bufó el pelinegro.

— Yugyeom, no —retó el azabache —. Ustedes irán a estudiar.

— Jinyoung... —pidió.

— Ya dijimos que no —afirmó Mark —, vayan a estudiar para los finales, los vamos a mantener al tanto.

Ambos menores sólo bufaron y asintieron.

— Suni y yo nos encontraremos con Jackson y Sunhee para hacer la denuncia. Youngjae y Heesook están en el hospital —informó Mark —. Lleva a los chicos a su casa, eso es por pedido de Jackson. Nos vemos al rato.

Asintió y se dirigió con ambos menores a su auto.

— ¿Como te sientes? —preguntó el mayor.

— Un poco mejor —sonrió apenas —. ¿Tú?

— También, creo —dudó —. Agradezco que hayan entendido la situación aquí en la universidad.

— Si, yo igual —respondió dando un suspiro de alivio.

Se dirigieron al estacionamiento, subieron al auto y Mark condujo lo más rápido que pudo a la comisaria.

Al llegar, se encontraba el auto de Jackason asique no dudaron en saber que ya se encontraba allí.

Bajaron rápidamente y entraron al lugar en el cual se entraban varios oficiales de policia de un lado para otro.

— Mi cielo —saludó Jackson a Suni apenas la vió —. ¿Estás mejor?

Ella asintió y le dió un leve abrazo.

— Te ves cansado —musitó mientras veía a su amigo frente a ella.

— No importa —respondió sin importancia —, esperemos a Sunhee que ya está por llegar y hagamos todo lo antes posible.

— Ese miserable irá a prisión —amenazó Mark entre dientes.

Esperaron unos pocos minutos y al instante vieron a una Sunhee apurada entrando por las puertas giratorias de cristal.

— Lo siento por la demora —se disculpó —. Ya hablé con papá y no tiene ni un problema en ayudarnos.

— Que alivio —suspiró el castaño —. Bien, vamos.

Again you ; Lim Jaebeom Donde viven las historias. Descúbrelo ahora