18.

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Se encontraba sentado en uno de los taburetes, comiendo su comida que se encontraba en la isla de la gran cocina.

Se sentía sólo, sus ánimos no eran los mejores y su mal humor aumentaba.

Se dignaba a ver su comida frente a él, no tenía apetito en esos momentos. Nunca le pasaba éso, pero realmente ahora no se sentía bien. Sentía que volvía el tiempo atrás; lleno de errores.

Se dignó a irse a dormir, pero cuando estaba a punto de salir de la cocina Mark justo entraba por esta misma, y ambos chocaron. JaeBum ignoro el choque y se dispuso a salir.

— JaeBum —llamó su amigo.

El pelinegro frenó en el lugar y volvió a entrar, se volvió a sentar en el taburete y miro a Mark, expectante.

— ¿Que rayos te pasa, Im?

— Si vas a venir a darme tus regaños, mejor me largo —hizo el ademán de pararse.

— No, JaeBum, no vine a regañarte ni nada por el estilo —respondió mientras se servía café en una taza —. Quiero hacerte entrar en razón, ¿entiendes?

— Habla.

— Lo que hiciste estuvo mal y créeme que ninguno te querrá perdonar, o por lo menos no por ahora —bebió un sorbo de el líquido oscuro —. Tendrías que haber visto a Suni, mierda, estaba realmente mal. ¿A caso pensaste en lo que hacías, idiota?

Estaba enfadado, no sólo porque Suni estaba mal, sino por las actitudes de su mejor amigo, se estaba portando como un idiota.
Mark era de esos amigos que tenían paciencia, de los que siempre te van a hacer entrar en razón, pero JaeBum era demasiado terco y a veces no podía con él.

— ¡¿Que no entiendes que no tengo opción?! —exclamó el pelinegro —, ¿no entiendes que estoy atado a SunJi? —volvió a preguntar intentado mantener la calma —. Maldición Mark, tu no entiendes.

El azabache no quería hacer nada de lo que estaba haciendo, pero estaba obligado y mierda, le molestaba. Odiaba ser el chucho de esa maldita perra.

— ¿Crees que no sé por qué es que estas atado? ¿Mmh? —dejó su taza de café en el lavabo —. ¡Mierda, JaeBum! ¿Piensas que no sé que Sun Ji perdió un hijo tuyo? ¿Piensas que no sé que le mentiste a Suni en aquel momento?

El pelinegro se quedó totalmente atónito, volver a recordar aquello no era bueno para él, para nada. Sólo miraba a Mark, estático en su lugar, sin saber que responder.

— ¡Contesta!

— ¡Claro, claro que lo sé! ¡Eso pasó! —exclamó alterado —, ¿te piensas que no me siento mal al recordar aquello? ¿Piensas que me hace bien saber que le mentí a Suni? —suspiró y agarró su mandíbula —. Estoy atado a Sun Ji porque si no hago lo que quiere le dirá todo a Suni.

— ¿Como pasó? —preguntó el rubio.

— Simplemente pasó, era en una de las fiestas de Sun Ji —contó —, había bebido mucho. Sólo recuerdo que ella se me insinuaba, y sabés bien que me acostaba con cualquiera... aunque no conociera a la persona —explicó cabizbajo, y sonrió con sorna —. Recuerdo que ella me besó, y al día siguiente amanecí con ella a mi lado. Me levanté lo más rápido posible y maldije haber ido, no recordaba haber usado protección o no, al parecer no, porque a la semana y media Sun Ji se apareció diciendome que estaba embarazada de mí. Hablamos del tema, me haría cargo si es que ese bebé nacía; todo ésto Suni no lo sabía. Luego de otra semana más me mostró unos análisis, había perdido al bebé, quedamos en que ya no hablaría del tema, y desde ahí me sobornó siempre. Hacia lo que ella quería cuando quería, por esas razones peleaba con Suni.

Again you ; Lim Jaebeom Donde viven las historias. Descúbrelo ahora