II. ¿Nervioso? A punto de un ataque, quizás

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JIMIN

Había dado solo un par de pasos, cuando Jimin pensó si realmente era una buena idea ir hasta su universidad.

Esa misma mañana se había decidido ir hasta aquí, sonó muy valiente decir que venía a aclarar las cosas de una vez  por todas, pero ¿Por qué le temblaban las rodillas, entonces? todo el valor que tenía se esfumó.

Quería regresar a Busan, meterse a su calentita camita y esconderse en a dentro de sus cobijas, sin embargo había decidido enfrentar sus problemas, o eso intentaba creer.

Se había prometido que como se llamaba Park Jimin iría a enfrentarlo y exigirle respuestas a todas sus preguntas y después acabaría todo de una vez por todas, pero muy en el fondo de su corazón sabía que todo era mentira.

Jimin quería verlo de nuevo.

Tenerlo en frente y apreciarlo sin una pantalla a través, quería ver esos preciosos ojos chocolate, aquella sonrisa -quita aliento- que lo hechizó con esos lindos dientes de conejo y sobretodo quería escuchar su voz, moría por oírla de nuevo.

Sin embargo, a pesar de todas sus ganas de abrazarlo y besarlo, Jimin tenía orgullo o aunque sea le quedaba un poco, y eso hacía que no vaya corriendo hasta su facultad. Las miles de preguntas que tenía iban golpeando una tras otra.

¿Por qué no volvió a escribirle?

¿Si quería cortar, porque no se lo dijo? Aunque sea un mensaje hubiese bastado para su tortuosa mente.

¿Le pasó algo? No, eso no podía ser. Sus mensajes por WhatsApp eran enviados y recibidos, el único problema era que Jungkook no los leía.

Así que sí, lo estaba ignorando y de la peor manera que puede haber.

«Dos estúpidos meses»  

Jimin sabía que cada pregunta le era dolorosa y no tenía ni idea como decirlas sin romper a llorar, había días que maldecía el momento en el que lo conoció y cómo cayó malditamente enamorado de ese chico, pero también había días que recordaba con añoranza los momentos que pasaron juntos.

Las veces que pasaban toda la tarde juntos sin hacer completamente nada y se limitaban a mirar el hermoso cielo de Busan echados en la azotea.

O esos exquisitos besos que se daban, hasta quedarse sin aire. Aunque no era un secreto que Jimin era virgen, el castaño siempre lo respeto y nunca se propasó con el menor. Esa era una de las cosas que le gusto más a Jimin. En realidad, adoraba todo de Jungkook o eso pensaba.

Sin embargo, lo que más le aterraba era saber las respuestas de todas sus preguntas ¿lo aguantaría? y si todo se reducía a un "no tenía tiempo" o "me aburrí", Jimin no sería capaz de escuchar esas simples palabras, no podría.

Sacudió la cabeza, no podía pensar en eso, tenía que concentrarse.

Había estado parado como un idiota en la entrada de la universidad varios minutos mientras su estúpida cabeza divagaba sobre todas sus inseguridades, Jimin notó que la gente lo estaba mirando ¿quién no? estaba ahí como un poste, y parecía que sus pies se habían pegado contra el asfalto, tenía que moverse ya.

Se acercó al señor de seguridad que estaba a unos metros suyos, y forzó su mejor sonrisa para hablar.

— Bu-uenos días, señor. —dijo Jimin— ¿Podría decirme donde se encuentra la Facultad de Administración de Negocios?

—Buenos días, joven.—dijo el señor mientras miraba descaradamente a Jimin de arriba para abajo—.  Vaya de frente hasta que te topes con una fuente y doblas para la derecha, de ahí ya podrás ubicarte mejor, hay un montón de letreros indicando.

— Gracias, señor. —dijo Jimin mientras se disponía a irse.

— Por ciento pequeño, ¿tienes tu pase? —dijo el señor cortando el paso—. Son formalidades, pero la tienes que mostrar.

«Me dijo pequeño ¿acaso?» pensó fastidiado Jimin.

— Aquí está. —dijo altivo Jimin mostrándole un papelito doblado que sacó de su bolso—. Ando con prisa, si me permite por favor.

— Ah, claro. Pase  —dijo el señor mientras tomaba el papel y lo abría—. Espere, joven esto, es un recibo de compra.. ¿Joven?!

Para ese momento Jimin ya estaba corriendo a toda velocidad, doblando a la izquierda perdiéndose donde pueda, pues no había escuchado nada de las indicaciones del señor de seguridad.

«Uff, de la que me salvé» pensó Jimin.

No había estado preparado para eso Jimin, ¿quién tendría un pase su primera vez en una universidad? y lo peor aún ¿donde se conseguían esas terroríficas cosas? la gente sólo perdía su tiempo, lo bueno era que tenía una mente brillante y pudo salirse con la suya.

Sólo que había un problema más.

¿Dónde carajos estaba?

Corrió sin parar, doblando esquinas y esquivando gente. No tenía la mas mínima idea de donde estaba parado, así que se dispuso a caminar más lento y mirar a sus alrededor a ver si encontraba la facultad de suerte.

Mientras seguía caminando, se daba cuenta que más gente lo miraba. ¿Que tenía? ya no se estaba mosqueando como en la entrada, pero igual las personas volteaban a verlo.

¿Me excedí en el maquillaje?

 No, no podía ser. Su make up era perfecto, tanto que parecía natural —habilidades que se desarrollan con tanto tiempo libre y vídeos de YouTube a tu disposición— .

Así por lo que fuera que estaban mirándolo, debería darle igual, aunque igual se miró a través del celular buscando manchitas en el rostro cuando escuchó una familiar risa y paró en seco.

— Hey, chicos lo digo enserio. —dijo Jungkook mientras reía—. Lizzy es mi razón de vivir.

—Yaa, Jeon te creemos. —se burló un chico que estaba al frente de Jungkook—. No paras de hablar de Lizzy, tío.

Jimin se encontraba al frente de ellos, pero al parecer no parecían notarlo.

Estaban recostados en unas gradas de un pequeño edificio que se asimilaba a una fraternidad, eran cuatro contando a Jungkook y este último estaba de espaldas riéndose con sus amigos y chocando palmas.

«Joder, no llores Jimin no llores, todavía no.» pensó.

Y por obra de los dioses, avanzó a paso decidido, con una falsa pero llamativa seguridad, llamando la atención a más que uno hasta que los chicos notaron su presencia. Algunos le lanzaron sonrisas y miradas curiosas.

Hasta que Jungkook volteó y la sonrisa que tenía murió.

Jimin mostró una de las mejores sonrisas —galardonadas que derriten a todo ser alrededor suyo— conocidas como "eyesmile" y no sabía de dónde rayos sacaba tanto valor pero tenía que actuar rápido antes de que desaparezca. Se acercó más, con un aspecto seguro y guiñando a un chico que estaba sentado y estaba con la boca literalmente abierta.

«Al parecer, el espíritu de la valentía o el despecho, me poseyó para no hacer el ridículo» pensó Jimin.

—Jimin...—susurró Jungkook como en estado de trance— ¿Qué? ¿Qué haces aquí? ¿No estabas en Busan?

— Eres tonto ¿o qué?—río Jimin pasando una mano en su cabello despreocupadamente—. Acaso parece que estuviese en Busan ¿eh?

—Pe-ero.. osea—trato de decir Jungkook pero lo interrumpió.

—No vine para hablar del porqué estoy aquí. —suspiro Jimin fingiendo aburrimiento— Jeon, terminamos.

La mirada de Jungkook fue una mezcla de sorpresa, remordimiento y dolor.  Auténtico dolor, aunque Jimin pasó por alto eso, él también estaba realmente dolido.

Y así sin más, Jimin se volteó y comenzó a caminar lentamente como si esperase que Jungkook lo siguiera, lo cual nunca pasó.

Mientras daba otro paso más, las lágrimas de Jimin amenazaban con salir y sin poder hacer más. Lloró, por su maldita suerte en el amor, por no poder haber dicho ni una de todas sus preguntas que lo torturaron por meses, por todo lo que había pasado, y lo que tenía que pasar ahora.




[Dato: Jungkook se hace pasar por su "mayor" a Jimin.]

—Jinmi.

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