XXXV. Oh, Jeon. Como te odio

30 5 0
                                    

JUNGKOOK 

Había salido mejor de lo que había creído. 

Jungkook caminaba por el campus, con la moral hasta por los cielos. Hace una hora que había salido a hablar al público en el auditorio. A pesar que estuvo un poco nervioso por como le estaría yendo a Jimin y a Hoseok. Jungkook supo controlar y atraer a la gente como lo había planeado. ¿No estaba siendo un gran día, acaso? 

Tenía un lata de cerveza en la mano, mientras seguía caminando alegremente. Había dejado al grupo de la facultad charlar entre ellos, Jungkook quería regodearse del logro en privado. Esta vez estaría en el primer puesto en la encuestas, no había duda. 

 —D-disculpa. —interrumpió una voz masculina la caminata del castaño—. ¿Eres el chico que estuvo en la biblioteca por la mañana? ¿Jeon...? 

—Ese mismo, Jeon Jungkook. —sonrió estrechando la mano. 

¿Por qué no ser cordial aunque sea, por un día? Era una tarde maravillosa y aquel chico se le hacía bastante familiar como para ser mezquino. 

—¿Tu, tu conoces a Kim Taehyung? Hablaste por él esta mañana con el rector cuando tomo la asistencia de mi equipo. 

La sonrisa que Jungkook tenía desapareció. 

—Espera, eres Park Bo Gum, ¿cierto? —dijo Jungkook mirándolo—. ¿Qué hizo ahora ese idiota?

—Oh, sí. No, no ha hecho nada. —dijo el chico nervioso—. El problema es que todavía no ha venido y solo falta media hora para que comencemos. 

—¡¿Qué todavía no viene?!

—No, y quería preguntarte si sabías donde está o cómo podemos contactarlo, ya que pareces conocerlo. —dijo Bo Gum en tono preocupado.

—¿No contesta el móvil?

—No, está apagado. —dijo con una mueca.

«Mierda. De seguro, está dormido» pensó Jungkook indignado. Ir a la residencia le tomaría 10 minutos caminando y si iba corriendo serían 5. El imbécil de Kim Taehyung se las pagaría. 

—Escuchame, Park. Te lo juro por Lizzy, que llevaré a ese saco de huesos llamado Taehyung a tu auditorio en menos de media hora. ¿Vale? 

Jungkook vio como el chico asentía notoriamente aliviado, sin embargo no esperó a que respondiera, porque se lanzó a la carrera. Jeon atlético Jungkook salvaría el trasero de cierto irresponsable.

—¡Kim Taehyung! —vociferó Jungkook abriendo la puerta del apartamento—. ¡Espero encontrarte listo en este preciso instante! 

Jungkook caminó como un rayo directo hacia la habitación, la mayoría de las luces estaban apagadas por no decir, todas. ¿Qué hora era? ¿Las 3, acaso? ¡Quién rayos dormiría hasta estas horas! 

Encontró un bulto en medio de la cama, con la cabeza tapada. Jungkook suspiró tratando de no lanzarse y asesinar al rubio. 

—¡Taehyung! ¡Tienes solo dos segundos para levantarte! —exclamó el castaño lanzando sin poder evitar una almohada que encontró.

—¿Uhmm? 

El bulto más conocido como Kim Taehyung ni siquiera se inmutó. 

«Es el colmo» pensó furioso. Jungkook jalo de un tirón la sábana que cubría al rubio. Sin embargo, le sorprendió ver la escena tan tierna y extraña que veían sus ojos. 

—¿Gureum, cariño? —dijo con un hilo de voz. 

El cachorro levantó las orejas blanquitas al escuchar su voz, estaba abrazado delicadamente en los brazos de Taehyung quien dormía plácidamente. Todavía tenía la patita vendada aunque al parecer ya no le causaba muchas molestias. 

ENLAZADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora