III. Lloró por una caída, claro.

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JIMIN


Caminaba cada vez más rápido, lo único que quería ahora era encontrar la salida.

«¿Pero como es él destino de cabrón, no?»

Había estado media hora dando vueltas, sin rumbo en esa universidad ridículamente grande y seguía perdido. Tampoco ayudaba tener la vista borrosa a causa de las lágrimas que no dejaban de aparecer.

Se maldecía una y otra vez, lo tonto que llegó a ser.

Hasta se podía imaginar a Jungkook en estos momentos, conversando y riendo como si nada hubiese pasado, y podía jurar que eso mismo estaba haciendo.

¿Cómo le podía importar un chico como Jimin? Siempre tuvo sus dudas de como Jungkook llegó a fijarse en él, pero ahora todo era demasiado obvio.

Sólo estaba jugando con él. 

En verdad pudo creer ¿Qué ese chico tan lindo y perfecto, llegará a estar con alguien como él? Estaba comenzando a pensar si siquiera le gustaban los hombres ¿porque Lizzy es nombre de mujer, cierto? Y si Jimin sólo fue ¿esa etapa que tienen los chicos de experimentar el otro lado?

Esa idea, lo horrorizó. 

Y sus ganas de llorar aumentaron, se podía decir que estaba siendo un poco dramático, sin embargo siempre fue muy sensible y todo lo que estaba pasando lo sobrepasaba. 

Y cayó. 

Cayó, estrepitosamente de culo.

Al parecer sus lindas nalgas suavizaron la caída, pero no significaba que no le dolía, Jimin levantó la cabeza para ver con que se había topado para haber caído de tan horrible manera. 

Y se dio con la sorpresa que chocó con un tumulto de personas que estaban que se empujaban entre sí, así que si, nadie le iba a ofrecer ayuda. Sobraba decir que seguía en el piso. 

—Hey, chico ¿estas bien?—dijo una voz desconocida.

 Jimin volteó la cabeza para encontrarse con un joven pelinegro a su costado que le ofrecía la mano para levantarse.

«Un ángel» pensó aturdido, era una de las primeras personas en mostrarse amable con Jimin.

—Sí, gracias. —susurró Jimin, aceptando la ayuda de aquel extraño.

—No es nada, toma. —sonrió aquel chico mientras le entregaba un pequeño pañuelo—. Pareces necesitarlo. 

—O-oh, gracias. —dijo Jimin limpiándose los mocos, en serio ese chico parecía caído del cielo.

—De nada, debiste caerte muy fuerte—dijo el pelinegro frunciendo el ceño mirando hacía donde se amontonaba la gente—.  A veces, llegan a ser muy escandalosos por este tipo de batallas. Lamento que te hayan empujado.

—¿Qué? ¿has dicho batallas?—dijo Jimin confundido ¿eso era lo que había escuchado, no?

«¿Acaso pensaba que lloraba por el empujón?» Vaya. 

—Sí, ven yo te llevaré. No te pasará nada. —dijo al mismo tiempo que lo jalaba dentro del tumulto de gente.

Quería decirle que él no estaba para presenciar esas "batallas" sino que se había perdido y era coincidencia estar ahí.

Sin embargo, Jimin fue literalmente arrastrado hasta dentro de la pequeña muchedumbre y misteriosamente cuando pasaban, las personas se apartan como si los estuvieran ¿esperando?

Jimin, no creía que fuese por él, sino aquel chico extraño que estaba a su lado. 

«¿Quién será este chico?» pensó, pero todo pensamiento murió cuando vio lo que tenía en frente. 

Al fin pudo entender lo que el pelinegro mencionó antes, era una "batalla de baile" como esas que siempre veía en YouTube y no pudo negar que tuvo una pizca de emoción por ver una en vivo y directo. 

Se escuchaban las bases de Hip-Hop y al medio se encontraba un chico moviéndose al estilo de BreakDance, digno para sacar tu celular y grabarlo aunque algunos chicos se habían adelantando y lo estaban filmando.

Hasta que al parecer el chico notó nuestra presencia ó la del pelinegro que estaba a su lado con una sonrisa en sus labios. 

—Siempre haciéndote de esperar ¿eh? —dijo el chico del baile acercándose hacia nosotros—. Se nota que no tienes madera de líder, Hoseok. 

—¿Tenemos que hacer esto, de nuevo Young-soo?—suspiro el pelinegro a mi lado, supongo que era el tal "Hoseok".

—No es nada extraño querer un duelo. —Levantó las manos Young-soo con aire de inocencia—. Lo que sí es extraño, es que tú siempre llegues tarde a cualquier lado que se te diga. —lo señaló.

—Qué no se te olvide con quien estás hablando.—gruñó Hoseok, haciendo que toda la gente se callará y tomará atención a la conversación—. Espero que esta vez te quede bien claro quién manda y no vuelvas a exigir este tipo de batallas. 

Al decir esto último, Hoseok se acercó al medio donde se encontraba el tal Young-soo y cruzaron sus miradas.

Juraría que se podía notar la gran rivalidad que se tenían, a Jimin le picaba la curiosidad sobre lo que trataban de decir ese par de chicos. 

Hasta que comenzó a sonar la música y el primero en bailar fue Young-soo.

Jimin tenía que admitir que lo hizo fabuloso, la manera en la que podía hacer todas esas acrobacias sin caer mal parado era algo digno de admirar. Sin embargo, en el momento en el que Hoseok bailó, fue donde la mayoría se nos cayó la boca hasta el piso.

No había punto de comparación, él era totalmente grácil al moverse, y sus movimientos eran elegantes y refinados a pesar de que se podía escuchar los bajos del Hip-Hop, no desentonaba en absoluto, en ese momento Jimin pudo entender que Hoseok era el líder y que el otro chico lo había retado por ese título. 

—Que ingenuo fue al tratar de retarlo...—susurró Jimin.

—Tienes razón tío, pero Young-soo es muy obstinado.—se río un tipo a su costado, al parecer había escuchado a Jimin pero lo tomo con gracia—. Aunque viendolo mejor, ya no insistirá más. J-hope se lo ha tomado en serio. 

—Ah, ya veo.—dijo Jimin a pesar que no entendía mucho, se encontraba fascinado por este tipo de cosas.

Ya que no era secreto que a él también le apasionaba el baile, sin embargo no era tan profesional como J-hope, creía. 

Volvió a centrar su atención en el par de chicos que tenía al frente, al parecer ahora estaban decidiendo quién era el ganador. Sobraba decir que alzaron a Hoseok por los hombros, y vitorearon por su victoria, lograron darle algunas vueltas ahí mismo y lo bajaron para que Hoseok pueda estrechar la mano con Young-soo como son de paz. 

Ya después comenzaron a retarse los demás y todo se volvió un verdadero alboroto.

—Hey, chico ¡aqui estás!—exclamó Hoseok que estaba llegando hacia Jimin entre toda la multitud—. Pensé que te habías ido, lamento no haberme presentado antes soy Jung Hoseok, pero puedes decirme J-hope o Hobi.

—U-un placer Hoseok, soy Park Jimin.—dijo Jimin—. Has estado espectacular antes. 

—Gracias, Jimin.—sonrió Hoseok mientras le estrechaba la mano—. Pero dime Hobi en serio, estamos en confianza. 

«¿Como puede ser tan amigable?» pensó, era muy rápido entrar en confianza con él.

—Bueno Jimin, ¿qué tal si te presento a algunos amigos?—sonrió Hoseok mientras lo llevaba a un grupito de chicos—. Pareces ser un chico interesante. 









—Jinmi

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