JUNGKOOK
Desde hace días Jungkook se encontraba "de visita" en la casa de los Jeon. Como mencionó su padre cuando lo encerró en la antigua habitación que tenía, después de la cena.
¿Qué, cómo le fue en la cena? Fue un desastre.
Okey, no deben estar al tanto de lo que pasó. Haré un breve resumen, después de mandar a volar a Jackson para que fuera a casa. Los guardaespaldas personales del padre de Jungkook lo interceptaron, claramente por obvias razones Jungkook se negó. Sin embargo, igual tuvo que ir.La excusa más decente que le pudieron dar era que: habría una cena.
Y maldición, si hubo una cena como dijeron, pero Jungkook no se imaginó las consecuencias que tendría el asistir.
—El motivo de haber reunido a toda la familia en esta cena...—dijo Jeon HyunSik más conocido como el papá de Jungkook—... Es porque he iniciado los escritos de mi testamento.Hubo un silencio en la sala.
A Jungkook no le importó mucho y siguió comiendo. Estaba demás decir a quienes le importaban el ansiado testamento y el menor no era uno de ellos. ¡Ni loco! ¿Pelearse con las víboras de sus hermanas y madrastra? ¿Quién en su sano juicio?
—¡Oh, cariño! No digas esas cosas, todavía no es momento para hablar de eso. —dijo la señora de la casa. Aunque no podía ocultar el brillo ambicioso de sus ojos.
Hablando de víboras...
—Espero que seas justo, padre. —dijo la mayor de las hermanas—. Ten en cuenta, que somos tres hijas. —pausó un momento—. Oh y Jungkook, claro.
El castaño se limitó a rodar los ojos. ¿Cuando entenderían que no le interesa su estúpida fortuna? Sus tres hermanas estaban obsesionadas en hacerlo sentir excluido. Algo que no funcionaba a menudo.
—Lo sé, mis amores. —dijo el Sr. Jeon hacia las féminas de la sala—. Y tengo que decirles que es una idea premeditada y he llegado a la conclusión de que todas ustedes se quedaran con todo lo que tengo sí...
Obviamente al viejo no lo dejaron terminar, porque las niñas ya estaban celebrando. ¿Sería mucho pedir que le dejaran la casa de campo en Viena? Nunca la usaban y a Jungkook le gustaba mucho...
—...sí Jungkook se hace cargo de la empresa y dejan que maneje todos los bienes.
—¡Papá!
—¡Cariño!
¿Olvido mencionar que Liss comenzó a llorar de la rabia? Bueno, eso pasó. Aunque siendo sinceros Jungkook escupió el jugo que estaba tomando por la sorpresa. Fue de lo más asqueroso. Y lamentablemente se volvió el centro de atención de todos los que estaban en la mesa.Trató de aclarar la garganta lo mejor que pudo y hablo.
—¿Qué está tramando, padre? Sabe que no tengo ningún interés en heredar su empresa.
—¿Seguro? ¿Y porque estas estudiando Empresariales y Finanzas? —comentó el Sr. Jeon con una ceja alzada.
La conchudez en su máxima expresión.
¡Era obvio que no quería estudiar aquello! El hombre que estaba al frente de Jungkook fue el que lo obligó. Descarado.—Creo que no se acuerda. —dijo entre dientes. Todo este circo lo estaba sobrepasando.
—¡Igual, eso no importa! Padre, no puedes hacer eso. —dijo Liss entre sollozos—. Te lo pido.
—No puedes dejarle todo, en lo que hemos trabajado. —dijo la madre de las víboras—. A un bastardo.
—Cariñ-...
—Basta. Esto fue el límite. —dijo Jungkook parándose de la mesa—. Yo me largo de aquí.
—Tienes mucho que asimilar, hijo. —dijo HyunSik extrañamente calmado—. Ve.
Espera. ¿Lo dejaría irse sin más?
—Ve a tu cuarto. Guardias, lleven a Jungkook a su habitación. Está de visita.
Y ahora después de dos días seguía en aquella casa. Lo único que Jungkook había conseguido era que le prestaran su propio celular, para hacer un par de llamadas.
¿Acaso estaba en una cárcel? Qué exageración.
Intento llamar a Jackson para que lo ayude, no contestó. De seguro estaba en el trabajo, maldición.Hasta llamó a Jimin por desesperación pura.
Jungkook no pensaba quedarse ahí, sin embargo tampoco contestó aunque ¿porque lo haría? Lo había tratado muy mal los últimos meses.
—Ya hizo sus llamadas. —dijo el tipo que le dio el celular y se lo quitó de las manos.
—¡Hey!
«Bien, cero llamadas por ahora. ¿Qué podía hacer? Convencer al tipo para que le preste el celular de nuevo era tan posible como Liss ayudándolo a escapar» pensó sarcástico.
Espera, ¿Acaso esa era Lizz entrando a su cuarto?
—Guardias, fuera. —dijo Liss con la característica voz altanera que tenía—. Voy a hablar con mi hermano.
Los guardias la miraron confusos, pero después de unos segundos los dejaron solos.
«Okey, lo iba a matar. »
Jungkook miro hacia todos lados, viendo algo con lo que pudiera defenderse. Liss nunca lo había llamado "hermano" desde que se habían conocido. Hace unos 11 años atrás.
—No te voy hacer nada, Jungkook. —dijo Liss cuando se aseguró que nadie los veía—. Deja de poner esa cara de imbécil. Toma.
Le lanzó un juego de llaves que le hubiese caído en la cara, sino fuese por los buenos reflejos que tenía.
—¿Acaso tú...?
—Quiero que te vayas inmediatamente, sí. —dijo abriendo la ventana más cercana—. Son 1 metro y medio como máximo, no te matará. Vete y haz todo lo posible para que Padre no te vuelva a atrapar y diga cosas estúpidas como en la cena pasada.
Jungkook la miró sorprendido y se levantó de inmediato. No sabía porque rayos Liss lo estaba ayudando pero lo aprovecharía antes que lo piense mejor.
Sabía de antemano, que aunque se vaya al otro lado del mundo él viejo testarudo lo encontraría, pero lo que sí podía hacer era ponerle las cosas más difíciles.
Miró por la ventana la distancia hasta el suelo. ¿Qué tobillo se doblaría ahora?
—Apurate.
Fue lo único que le dio valor, solo tenía minutos antes que se den cuenta que algo raro estaba pasando.
—Gracias, Liss. —dijo y saltó.
Fue fácil sobrepasar la seguridad de la casa, las llaves que tenía eran de la puerta principal y tranqueras. Así que en cuestión de minutos ya estaba en el centro de la ciudad.
¿Cómo había llegado tan rápido? Jungkook había tomado "prestado" una motocicleta que encontró en el garaje, no sabía de quién era, pero se veía rápida y ligera. Lo que uno necesitaba para escapar.
El único problema era que lo estaban siguiendo.
—Qué obsesivos son estos tíos. —dijo Jungkook mientras aumentaba la velocidad.El único objetivo que tenía era llegar a la universidad y no, no era porque en verdad extrañará la u, sino que por extraño que parezca los guardias de su padre no ingresaban a los límites de la universidad, de repente porque era propiedad privada. Quién sabe.
—Vamos, vamos. —dijo cuando sólo faltaban unas cuadras.
No obstante, Jungkook hizo una maniobra demasiado arriesgada cuando paso sobre una curva y salió disparado hacia el asfalto. No tenía tiempo para levantar la motocicleta y prenderla de nuevo, porque se notaba a distancia que había sufrido más daños que el conductor.
Maldita sea su suerte.
Se levantó como pudo y comenzó a correr.
«No falta mucho» se dijo a sí mismo mientras corría como alma que lleva el diablo. ¿Lo peor de todo? Las calles estaban mojadas y las pistas llenas de charco. Al parecer había llovido antes y todo estaba sumamente resbaloso.
¿Debía sumar las múltiples veces que se cayó? Hasta tropezó con un tipo que por un segundo le pareció familiar.
Sin importarle Jungkook siguió con la carrera, notando como los tipos ganaban terreno. Supuestamente esto no tenía que pasar, no había contado con que lo siguieran.
Y por milésima vez, se cayó de nuevo.
Lamentablemente esta vez no fue tan rápido en levantarse, los músculos le dolían y respiraba erráticamente por el esfuerzo. Jungkook se encontraba literalmente al frente de la puerta trasera de la universidad.
Había llegado.
—¡Aquí está! —dijo un tipo bajando del coche negro que lo seguía.
Oh, ellos también habían llegado.
—Mierda...—dijo parándose torpemente—. Bien, esta vez no dejare que me lleven sin pelear.
Dos tipos también bajaron de la camioneta. En total eran tres hombres, más altos que Jungkook con buenas condiciones físicas y sin haber corrido siete cuadras enteras.
¿Qué tan mal podía ser?
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ENLAZADOS
FanfictionEl destino quiere jugar con ellos, siete chicos, siete historias, cada uno con diferentes personalidades. Pero, con un factor en común. Sus vidas están hechas un desastre y necesitan desesperadamente ayuda aunque no sean conscientes de ello. ¿Qué...