Si le hubiesen preguntado a Yoongi sí tenía algún plan para el viernes. Habría dicho que no.
¿Entonces que hacía en la facultad de artes con universitarios ebrios? La respuesta tenía un nombre, dos palabras y una brillante sonrisa 24/7.
Jung Hoseok.
El chico más fiestero de la universidad, aunque quizás solo de la facultad (ya que conocía tipos peores). Sin embargo, si ponías a Hoseok al costado de bebidas y música.
Habría la mejor fiesta de tu vida.
Así que, ahí estaba Yoongi en la esquina más lejana de toda la fiesta. Con la mirada agria sobre Hoseok mientras esté último comenzaba a bailar descontroladamente.
Si alguien se le acercará a Yoongi preguntándole que hacía ahí, diría que por el alcohol gratis. Jamás diría que estaba para cuidar al pelinegro.
Ni en sueños.
Sólo no quería preocupar a su madre que tanto cariño le había tomado a Hoseok. Sí, solo era eso.
«Anda, Yoonie. Es viernes y se que Hoseokie andará en alguna fiesta suya, cuida de tu hermano»
Yoongi rodó los ojos con fastidio al recordar las palabras de su madre. En realidad ni eran hermanos, pero para su madre Hoseok era uno más de la familia. Recordaba que se negó rotundamente, pero igual termino aquí.
Sólo miraría que no haga alguna de las estupideces que solía hacer cuando estaba ebrio.
Y no estaría desviando la mirada en aquel nuevo amigo que había conseguido Hoseok. Aquel que bailaba tan jodidamente bien y con la mirada un poco perdida.
Mierda.
De seguro había estado tomando demasiado para estar mirando a los amigos de Jung.
«Al parecer sí» pensó Yoongi cuando vio que ya había terminado una botella y estaba a la mitad de otra.
Yoongi siguió vigilando al -ahora desaliñado- Hoseok como comenzaba a quitarse la camisa. ¿Ya debería intervenir? Sin embargo, notó que el chico nuevo ya no estaba al lado del pelinegro.
¿Se estaría liando con alguna chica? No lo creía, tenía un pequeño presentimiento que aquel castaño no era de faldas.
Yoongi había estado toda la fiesta rechazando a chicas que habían querido sentarse con él y pasar el rato, no estaba de humor para ello. Sin embargo, el castaño había robado su atención desde que lo vio.
Al principio pensó que era porque no lo había visto antes en su vida, después porque se movía realmente bien. Al final simplemente le echo la culpa al alcohol. ¿Qué mas daba?
Yoongi volvió a mirar al centro de la pista y decidió que era el momento de intervenir. Hoseok, él muy desvergonzado estaba quitándose la correa. ¿Se quería desvestir por completo o qué?
No obstante, cuando Yoongi se levantó sintió un leve mareo y por poco pierde el equilibrio. No podía estar tan mareado, sólo eran dos botellas. Además, no supo cuántos pasos dió cuando chocó contra una persona.
Sólo era centímetros más bajo que el, pero Yoongi igual lo miro desde arriba, el chico lo había cogido de los hombros sin previo aviso, así que lo tenía a centímetros suyos. Lo reconoció de inmediato.
Era el nuevo amigo de Hoseok.
En cada fiesta conseguía uno nuevo, aunque aquel chico de cabellos castaños parecía diferente. Yoongi igual sabía de antemano que solo lo vería junto a Hoseok unas semanas.
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ENLAZADOS
FanfictionEl destino quiere jugar con ellos, siete chicos, siete historias, cada uno con diferentes personalidades. Pero, con un factor en común. Sus vidas están hechas un desastre y necesitan desesperadamente ayuda aunque no sean conscientes de ello. ¿Qué...