JIMIN
—Entonces, hyung ¿se ha acordado de algo? —dijo recostado en la mesa donde se sentaba el pálido.
—No.
—¿Nada de nada? —volvió a insistir.
—No, deja de molestar. —dijo Yoongi levantándose de su asiento—. Ya no tengo hambre, me voy.
Jimin contuvo un suspiro hasta que el pelinegro se marchó.
¿Qué le pasaba? ¿Por qué estaba más cortante de lo habitual?
Siguió recostado en la mesa, haciendo una pataleta imaginaria. No era justo. Él lo trataba bien, y Yoongi solo se dedicaba a esquivarlo, en verdad tenía mucha curiosidad. Y aquel pelinegro no estaba colaborando. ¿Por qué?
—Al parecer te volvió a esquivar. —dijo su nuevo amigo Hoseok sentándose al lado suyo—. Lo cual me parece muy curioso porque-...
—No quiero escucharlo. —susurró
—Porque tú no paras de darle calabazas a Jungkook como Yoongi hacia ti. —rió Hoseok en lo último.
—No es divertido. —puchereó
—¡Claro que lo es! ¡Es graciosísimo!
—Es diferente, Hobi.
Jimin se quedó mirando sus pequeñas manos. Porque, vamos. Sí eran pequeñas. Las cosas se estaban complicando hace unos días, no quería admitir en voz alta que estaba preocupado por la ausencia de Jungkook en las clases anteriores, hace varios días que no asistía.
Esa era la razón por la que se comportaba tan obsesivo con el tema de Yoonie, no quería pensar en Jungkook. Sin embargo, hasta su amigo más cercano de Jungkook —Jackson, creo que así se llamaba— se había acercado hacía él, para preguntar si sabía algo de Jeon.
«¿Le habrá pasado algo?» pensó preocupado, quizás debió escuchar a Jeon sobre lo que tenía que decirle. ¿Y sí era algo importante?
—Sí me cuentas lo que está pasando, podría ayudarte. —dijo Hoseok sacándolo de sus pensamientos.
—¿Qué? No, no es nada.
—Eres un mal mentiroso Jim, ¿pasó algo entre ustedes, no?
Jimin se sobresaltó. ¿Tan obvio era?
—Jungkook te hizo algo, ¿no? —dijo Hoseok con la mirada adusta.
«¿Por qué todo el mundo pensaba que le habían hecho algo?» Específicamente malo. Jungkook antes que desapareciera pensaba que Yoongi lo estaba extorsionando, ahora Hoseok decía que sí Jungkook le hizo algo.
Ellos no hacían nada.
El único que se complicaba era él mismo, debió superar aquella relación con Jeon hace un tiempo, pero mirenlo ahí estaba en su propia universidad. Y con Yoonie, ¡Vamos! Ni siquiera se acordaba como se conocieron.
—Estábien, Jim. Si no quieres decirlo, no te preocupes. —dijo su amigo abrazándolo por los hombros—. ¿Qué te parece si vamos a ver jugar a Yoon, pequeño acosador?
«¿Pequeño acosador?»
Espera, ¿Yoonie jugaba?
—¿Yoonie, juega? —dijo dubitativo—. No creo que le guste verme ahí, de seguro se va del lugar.
¿Desde cuando era tan pesimista? Jimin pensó inseguro, en estos días había aprendido lo mucho que Min le disgustaba que las personas se sienten en su mesa, sin embargo extrañamente dejaba a Jimin sentarse ahí. Pero, que no te engañe, seguía igual de cortante.
—Sí, baloncesto. Está en el equipo de la Universidad. —dijo mientras bebía un pequeño sorbo de Sprite -su amigo estaba loco por aquella bebida- y lo dejaba sobre la mesa—. La próxima semana tienen un campeonato y están practicando duramente todos estos días.
«Por eso, siempre se veía apurado» pensó Jimin
—Igual, no estoy de ánimo para ir a una práctica de baloncesto.
—Jim, son divertidas. Vamos no te arrepentiras.
—¡Vamos Min! ¡Dribla, número 47! —gritó Jimin exasperado por la actitud del chico de camiseta amarilla que no dejaba hacer ningún pase al pálido.
Hoseok se aguantaba las ganas de reírse.
—¿Qué? —dijo desafiante Jimin.
—Se llama Young-soo. —dijo Hoseok con las manos levantadas en señal de paz.
¿Young-soo? ¿Dónde había escuchado ese nombre? Jimin entrecerró los ojos, tratando de acordarse. Su mirada volvió a concentrarse en el juego, aquel Young-soo seguía haciendo de las suyas.
Argh, qué mal le caía.
Espera, acaso...
—Sí, el mismo. —dijo Hoseok descifrando su mirada—. Siempre quiere llevarse la atención, todavía no entiendo porque el entrenador lo sigue eligiendo.
—¿El tipo del break dance? ¿Qué hace aquí? —dijo Jimin molesto—. ¿Y porque no le hace ningún pase a Yoonie?
—Le cae mal, como yo. —refunfuñó—. Supuestamente, en el juego no debería meterse ningún lío personal, pero mira como... ¡¿Qué mierda haces Young-soo?! —gritó hacia la cancha.
Jimin sonrió.
Al menos no era el único al que le caía mal, sin embargo llegó el medio tiempo. Y el equipo contrincante les estaba llevando la delantera por 5 puntos.
Jimin estaba pensando seriamente sí debía armar un grupo con los espectadores del estrado para darle una buena golpiza a Young-soo después del juego, se notaba que estaba jugando en solitario y perjudicaba al equipo.
—Jims, ¿acaso Yoongi nos está mirando?
Decir que no volteó inmediatamente, sería mentira.
Los ojos de Jimin se encontraron con la mirada de Min. Sí, sí lo estaba mirando. Espera... ¿Qué es lo que trataba de decir?
—¿Quiere que vayamos? —preguntó Hoseok.
—Oh, de seguro. —dijo Jimin bajando ya las gradas. Estaba claro que Yoonie no quería que se acercarán, pero se hizo el tonto.
Diría que fue idea de Hobi, sí.
—¿Qué haces aquí? —dijo Yoongi ni bien estuvieron a una distancia aceptable.
—Oh, Yoon que maleducado te has vuelto. —dijo Hoseok codeando—. Y Jim, que pensaba hacerse porrista para alentarte...
—¡Hobi! —interrumpió Jimin—. Se suponía que era sorpresa.
El más pálido de los tres, se limitó a enarcar una ceja. Dejándose caer sobre las sillas exhausto por el partido, se notaba las gotas de sudor recorrer su cuello para perderse dentro de su camiseta.
«Jimin, qué rayos estás mirando» se recrimino obligándose a quitar la mirada.
—...así que, sí esperamos a Young-soo salga de la universidad después de la práctica, podríamos darle su merecido. —dijo Hoseok emocionado por su brillante idea.
—Dejame pensarlo.
¿Qué? ¿De qué estaban hablando?
Jimin se había perdido en el mundo de las camisetas sudadas por Min Yoongi y como por un instante deseó ser una gotita de sudor. Espera, ¡Diablos, no! ¿Qué le pasaba?
—¿Tu que opinas, Jim?
—Ah, pues... yo te animo y tú le pegas. —dijo Jimin con una media sonrisa.
Hoseok lo miró divertido, mientras Yoonie se limitaba a bufar.
Iba a responder, no obstante sintió vibrar su móvil. Y lo cogió con una sonrisa por las ocurrencias que decía Hobie de las muchas maneras de taclear a Young-soo.
—Llamada entrante de Jungkookie💕
¿Jungkookie? ¿En serio lo estaba llamando? ¿Era real?
Se quedó petrificado mientras miraba la pantalla sin poder creérselo, hacía mucho tiempo que dejó de tener llamadas de Jeon. Era lo que menos se esperaba en estos momentos. Y lo más vergonzoso era que todavía no había podido eliminar aquel apodo.
De seguro tenía cara de pasmado, porque había traído las miradas curiosas de Hobi y Yoonie.
—Jim, ¿pasa algo?
—No, Hobi. Ahora vuelvo. —dijo con el celular vibrando todavía en sus manos.
Jimin salió corriendo de la cancha, buscando un lugar sin tanto bullicio, saliendo a las afueras del gimnasio. ¿Debía contestar?
«No seas tonto Jimin, ¡claro que debes contestar! Jeon a estado ausente todos estos días, debe haberle pasado algo» se dijo a sí mismo, aunque claramente seguía con la duda.
Cuánto tiempo había esperado por una llamada suya como en estos momentos, tantas noches durmiendo con el celular en la mano por si lo llamaba de sorpresa, cosa que nunca pasó. Cuantas llamadas mandadas directamente al buzón de voz. Y ahora, a pesar de todo quería contestar aunque sonara muy patético.
Sí señores, así era Park Jimin. No tenía remedio.
—Llamada perdida de Jeon Jungkookie💕
¿Será cosa del destino?
Sin embargo, sus dedos se movieron inconscientemente marcando su número y esta vez Jimin lo estaba llamando, lamentablemente pasó lo que siempre pasaba cuando él lo llamaba.
Pasó directo al buzón de voz.
Ya debía estar acostumbrado.—Jinmi
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ENLAZADOS
أدب الهواةEl destino quiere jugar con ellos, siete chicos, siete historias, cada uno con diferentes personalidades. Pero, con un factor en común. Sus vidas están hechas un desastre y necesitan desesperadamente ayuda aunque no sean conscientes de ello. ¿Qué...