XX. "El nuevo"

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JUNGKOOK

Jungkook abrió los ojos de manera lenta y dolorosa. ¿Desde cuándo despertarse resultaba tan demoledor?

Mientras comenzaba a despertarse, Jungkook fue más consciente del dolor que sentía en casi todo el cuerpo. Sentía punzadas en el sien izquierdo y hasta respirar le causaba dolor.

¿O estaba exagerando?

No lo creía, recordaba haber sido golpeado hasta quedar inconsciente por los agentes de seguridad que lo perseguían. Sin embargo, no recordaba haber llegado ahí.

Espera.

¿Dónde diablos estaba exactamente?

Jungkook trato de levantarse y sólo logro ver estrellitas por el esfuerzo y el dolor. Tenía unas paredes blancas por techo, y a su alrededor no había casi mucho que pudiera identificar. ¿Y sí estaba de nuevo en su antigua habitación?

Jungkook se desesperó y trató de levantarse de nuevo sin mucho éxito. Los brazos los sentía endebles y carentes de fuerza.

«Esta vez, sí que se han pasado de la raya» pensó, al ver las vendas que tenía por casi todo el cuerpo.

Volvió a inspeccionar la habitación, buscando algún detalle que pueda ayudarle a saber dónde se encontraba. Pero fue en vano, no había casi nada.

Sólo su lamentable cuerpo recostado en sábanas blancas y una pequeña mesita de noche. ¿Estaría en un hotel? No lo creía, faltaban las toallas y el jabón.

Espera. Eso era.

¡Tampoco estaba en su antigua habitación! Se veía muy vacía para serlo. Jungkook suspiró aliviado por la suerte de estar en cualquier lugar que no sea aquella casa. Volvió a cerrar los ojos con tranquilidad.

Y sí...

¿Estaba en un hospital? Eso explicaría las vendas en el cuerpo y la pulcritud del lugar. Lo que significaría que su padre podría venir a llevárselo, porque recordaba llevar su identificación en el bolsillo del pantalón, el cual no llevaba puesto.

«Maldición»

Comenzó a respirar entrecortadamente. Era su fin.

—¿Sabes? Haces cosas muy raras al despertar, chico. —dijo una voz masculina.

Jungkook sin poder evitarlo, abrió los ojos de manera rápida. Encontrándose a un chico rubio recostado en el marco de la puerta con el dorso desnudo.

—¿Q-qué? —dijo con la voz rasposa—. ¿Quién eres?

El chico de cabellos rubios iba a responder, cuando Jungkook sin evitarlo, estornudó.

—No jodas. ¿También te resfriaste? —dijo el chico de manera rápida—. Ayer tenías fiebre y ahora es esto. Espera ahí, voy a traer cobijas.

Y sin esperar respuesta, aquel chico se fue de la habitación.

«¿Qué estaba pasando?» pensó Jungkook confundido. ¿Sería el enfermero? No lo creía, ninguna persona andaría medio descubierta en un hospital.

¿Y si no estaba en un hospital?

Jungkook esperó impacientemente a qué el chico regresará, necesitaba hacer varias preguntas.

—Menos mal compré una ayer. —dijo el chico ingresando a la habitación con una manta en manos—. No te abrigue mucho anoche, porque tenías la-...

—¿Dónde estoy? —pregunto Jungkook agarrándolo del brazo cuando el chico estuvo cerca de él—. ¡¿Quien eres?! ¿Porque no respondes, maldición?

—Primero déjame abrigarte, coño. —dijo el chico a su lado cubriéndolo con la manta—. No va a ser en vano, todo el medicamento que gasté. —susurró.

Ahora que Jungkook lo miraba de cerca, le resultaba familiar.

Los rizos rubios y desaliñados, la voz gruesa y ronca... ¿Acaso sería él?

—Eres el tipo de fue a la cafetería. —dijo Jungkook frunciendo el ceño. Le había hecho pasar un mal rato aquel día.

—Bingo.

—¿Por qué me ayudas? ¿Dónde estoy?

—Primero, yo no sabía que eras el mismo chico con ropa de mayordomo de la cafetería. —dijo mirándolo directamente—. Eso también me tomo por sorpresa, cuando te reconocí sin toda esa sangre seca que tenías en el rostro.

«¿Tenía sangre en el rostro?»

Jungkook quiso mantener una mirada seria y calmada, pero no podía concentrarse sí tenía el pecho del chico rubio encima de él.

—Y sobre dónde estas. —dijo sentándose en la esquina del colchón—. Estás en mi cama.

El chico hizo un ademán con las manos, con un gesto cansado. Con el cabello revoloteado y sólo con shorts. Jungkook no podía evitar desconcentrarse con la imagen que tenía a metros suyos.

—Eso ya lo sé, quiero saber dónde exactamente estoy.

—Bueno, esto es mi cuarto. —dijo bostezando recibiendo una mala mirada de Jungkook—. Estás en la facultad de Ingeniería, dentro de la universidad privada de Seúl. ¿Mejor?

«Universidad»

Así que sí había llegado a la universidad. Jungkook por fin pudo respirar con verdadera tranquilidad. Ya no podían perseguirlo a dentro.

—Gracias. —dijo finalmente Jungkook—. En serio, por traerme aquí y curarme las heridas.

El chico se limitó a mirarla fijamente. Algo que sólo hizo incomodar a Jungkook. ¿Había dicho algo mal?

—Vaya, que extraño es.

—¿Disculpa? ¿Qué es extraño? —preguntó Jungkook indignado. Le había dado las gracias sinceramente y eso era lo único que respondía.

Insultante.

—Qué un hombre de las gracias de esa manera. —dijo el chico suspirando—. No estoy acostumbrado a oírlo.

¿Qué?

—En fin. ¿Te haces a un lado? —dijo el chico moviendo con las manos el lado Jungkook donde estaba.

—¿Ah?

—A un lado, chico. También necesito dormir. —dijo el chico—. He estado despierto casi toda la noche y el sofá está hecho un asco.

Le lanzó una mirada significativa que Jungkook no logró entender.

Al fin y al cabo era suya la cama, así que Jungkook simplemente se movió hacia un lado dejando un espacio dónde inmediatamente el chico se echó.

—Entonces... —dijo Jungkook después de varios minutos—. ¿Cómo te llamas?

—¿Uhm?

—Tu nombre. —dijo mirando de reojo como el chico ya estaba casi dormido—. El mío es Jeon Jungkook.

—Lo sé. —dijo volteando para mirarlo—. Me llamo Kim Taehyung.

«Kim Taehyung» era el nombre del chico que literalmente lo había salvado. Jungkook volteó para querer decirle algo más, pero cayó en cuenta que Taehyung ya se había dormido.

¿Tan cansado estaba? ¿Habría estado toda la noche despierto por él? 

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