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La semana estaba por terminar, un jueves muy bonito.

Después de mi maravilloso fin de semana (domingo y lunes le llamaremos fin de semana) con el mismísimo Harry Styles... y Sebastián, claro, no podía sentirme más feliz.

Ese fin de semana había cambiado mucho las cosas entre nosotros, habíamos confesado que nos atraíamos y eso me hacía muy feliz, pero me hacía sentir insegura de algún modo. No era porque no me creía suficiente para él, porque yo sé que soy suficiente y más, pero, siendo sincera... es Harry Styles.

El chico más perfecto de la tierra... literalmente.

Jamás alguien me había dicho palabras tan bonitas, que no tuvieran doble sentido, ni me habían tratado como lo ha hecho él en lo que tenemos de conocemos.

"A veces las personas que menos tiempo tienen en tu vida, son las que más impacto generan"

De todas maneras, no habíamos vuelto a hablar del tema, no quería que sintiera que estuviera siendo intensa o querer apresurar lo que "teníamos".

Si. Me dijo que le atraía, pero nada más. No me dijo que quería una relación, así que no tengo porque ilusionarme, a lo mejor el chico quería un descanso y me dijo cómo se sentía.

Dios, soy un desastre.

***
15 de Diciembre del 2017

Hoy era el día de la posada.

En mi país era una reunión donde festejábamos con amigos, familia, conocidos, maestros, el día de la navidad.

Hacíamos intercambios, comíamos mucho, habían dulces, juegos, alcohol, piñatas, música, baile y la cuenta sigue.

Normalmente en mi salón se organizaba todos los años, ya que mis amigos y yo hemos estado desde el kínder juntos y era tradición hacerlo.

—¡Hannia! ¡Ven a bailar conmigo!

—Está bien, ya voy, ya voy. Más te vale que me gane algo bueno en la rifa.

—Te lo prometo.

Ricardo y yo bailábamos una balada muy bonita. Ricardo y yo éramos amigos desde los pañales, era como mi segundo hermano.

—¿Cómo estas, preciosa?

Le sonreí y lo miré mientras nos movíamos, la balada no era tan lenta pero tampoco muy rápida.

—Estoy bien, me estoy divirtiendo mucho. Oh, y gracias por traerme y llevarme a casa cuando esto acabe.

—Ah, no hay problema, mujer. Tengo que cuidarte, o Sebastián me cortará las bolas.

—Entonces será mejor que me lleves temprano.

—Lo haré.

Cuando nos sentamos estuvimos en un silencio muy cómodo, viendo a los demás bailar y reírse, todos se veían muy felices.

Menos Ángel.

—¿Cómo terminaste con Ángel, Hann?

Miré a mi amigo, quien fruncía el ceño esperando por una respuesta, más no me exigía.

—Nunca estuvimos juntos. Nos besamos de pico en un juego de verdad o reto, y yo no quería hacerlo, pero pues estaba jugando. Y si, él me gustaba, yo lo sabía, y yo le gustaba a él y lo sabía, pero jamás le seguí el juego cuando me decía cosas bonitas, porque nunca le di indicios de querer una relación... y ahora creo que me odia.

Ricardo se rió y me colocó la mano en el hombro, apretando en señal de levantarme el ánimo.

—No te odia, fue hace meses, casi un año, pero él lo siente raro todavía, además, estás saliendo con una celebridad y eso lo hace más raro.

his fame | harry stylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora