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Um, no, no, lleva todo el día así, no quiere comer ni levantarse de la cama.

—Mierda, voy a matar a ese imbécil.

Las voces de Thomas y Sebastián me levantaron de mi sueño, un sueño no tan placentero.

Mi rostro y cuerpo se sentían como si me hubiese arrollado un camión, cuerpo cortado y caliente, el rostro hinchado y puedo apostar que muy rojo, al igual que mis ojos.

Una semana.

Mis ojos se llenaron de lágrimas de nuevo y comencé a llorar estrepitosamente, causando que mi amigo y hermano corrieran hacia mi tratando de tranquilizarme. Sebastián había llegado un día después de haberse enterado, y yo me había estado quedando en la casa de Thomas.

Mis brazos abrazaron la cintura de mi hermano y cuando lo olí rápidamente me despegué de él, podía oler su perfume, el mismo que Harry utilizaba la mayoría de las veces y no podía soportar su recuerdo.

Thomas se acercó con cuidado, una clara imagen de miedo reflejada en su rostro al momento de tomarme en sus brazos y palmear mi espalda, era un tanto incómodo porque no sabía que decirme, cualquier persona estaría igual, así que agradecí su intento.

Media hora después apareció mi hermano por la puerta, recién bañado y con otra loción, así que le permití abrazarme y que me consolara por más rato.

—Lo e–extraño demasiado, Dios, me duele tanto estar lejos de él.

Los brazos de mi hermano se apretaron más a mi al rededor y nuevamente me quedé dormida, como lo había hecho desde qué pasó todo, llorando.

Cuando me volví a despertar pude notar como el sol se estaba metiendo, y con dificultad me levanté de la cama.

Estaba dispuesta a verme lo más presentable y a terminar con esta situación de una vez por todas. No quería sentirme así, no quería sentirme enferma, triste, sola, mal. No podía permitírmelo.

Jamás en mi vida había sentido un dolor así, y yo se que me podrán llamar exagerada, que literalmente hay más personas en el mundo que sufren más, pero eso no hacía que doliese menos.

Harry era completamente mi mundo, era la persona con la que quería pasar mis días y noches juntas, quería todo con él, y de repente todo me había sido arrebatado de las manos en cuestión de minutos, creo que eso fue lo que me dolió más, un día estábamos también y al siguiente todo se fue a la mierda, así de simple.

Cuando entré a la sala, vi como todos ahí dentro paraban de platicar y me miraban, temiendo que decir, la tensión se podía sentir en el aire, nadie quería decir algo que pusiera en peligro mi estabilidad emocional en este momento, así que caminé lentamente y los miré a todos.

Allison, Charlotte y Thomas estaban sentados en el sillón más grande, Sebastián estaba en el más chico y yo estaba sentada en el mediano, frente a todos.

Um, y–yo, bueno, quiero darles las gracias por estar estos días aquí conmigo, s—siento muchísimo si está ha sido muy pesado para ustedes, pero quiero que sepan que se los agradezco muchísimo.

Charlotte sonrió y sacudió la cabeza, se inclinó hacia enfrente para hablar: —todo está bien, no agradezcas, para eso están los amigos, ¿verdad? y aunque no llevemos muchísimo tiempo de conocernos, quiero que sepas que te tenemos muchísimo cariño, así que no te preocupes.

Mis ojos otra vez derramaron lágrimas, pero éstas eran de agradecimiento, y me lancé a abrazar a cada uno de ellos.

Tiempo después de que nos distrajéramos del tema, quise hablar sobre todo lo que había pasado mientras yo estaba en cama llorando como magdalena, así que Thomas comenzó con su versión.

—Bueno, cuando llegaste aquí, rápidamente llamé a las chicas y a tu hermano desde tu teléfono, ahí ya habían varias llamadas perdidas de Harry y cientos de mensajes que supongo haz visto porque estaban en azul cuando llegaste.

—Yo solicité un nuevo chip, es este—, Allison sacó una cajita de su bolso y me lo entregó junto con mi teléfono celular sin carga. —No le saqué el antiguo numero, pero tuvimos que apagarlo porque Harry no dejaba de llamar, y no sólo es él, una tal Anne, Gemma, Jeff, Glenne, varios números desconocidos, que asumí serían de Harry intentando comunicarse por otros teléfonos contigo.

Asentí mientras examinaba mi teléfono, luego miré a Sebastián y ella me sonrió un poco.

—Para que no tuvieses que cambiar de casa y buscar una nueva, llamé a mis papás e hicimos una video llamada con los dueños de la casa, les pasamos una foto de Harry, Jeff, Glenne, Anne y Gemma, todo esto por si alguien llega y pregunta por ti, ellos puedan decir que no, que te mudaste a otro lado en la ciudad y que no tiene idea a dónde.

Suspiré con alivio, había estado preocupada porque no quería que él fuese a buscarme en dónde vivía, no quería verlo.

—¿Sabes si se han aparecido por allá?

Él asintió: —Si, cada uno de ellos ha preguntado por ti, hace cuatro días dejaron de aparecer.

—Lo mejor será que te quedes aquí conmigo un par de días y luego vuelvas, por si deciden volver a buscarte.

Le sonreí y agradecí a Tom.

—Bueno, también llamé a la jefa y le dije que estabas enferma de gripa, así que más tarde vendrá un médico a checar cómo estás, creo que de tanto llorar si te va a recetar algo.

—¡Oye! Gracias por los ánimos.

Él frunció el ceño cuando le golpeé el hombro, me había movido ahora a dónde estaba él.

—También le dije a la recepcionista y a la de coordinación que si esas personas preguntaban por ti, que les dijera que ya no estabas en el puesto, así que vas a tener que tener cuidado si subes algo a las redes, no olvides que todos te siguen ahí.

Volví a mi sillón y me sobé las sienes, no había pensado tanto en eso.

—¿Qué harás? Yo creo que deberías dejarlos de seguir, así ellos no podrán molestarte.

La voz de Sebastián me hizo brincar por su proximidad; sacudí mi cabeza, no podía hacer eso.

—No, si hago eso todos se preguntarán si terminamos y no quiero más rumores sobre los dos en internet, solamente silenciaré sus mensajes y notificaciones... aunque me siento verdaderamente mal por ignorar a Gemma, Anne, Jeff y Glenne, ellos siempre han mostrado su apoyo, pero... dios, no estoy lista para hablar con ellos, se que si lo hago romperé a llorar y no puedo permitirme estar así, ¡mírenme! parezco un globo desinflado de lo que estuve sin comer, no voy a dejar que un hombre controle así mi vida. Hablaré con ellos cuando me sienta más tranquila, necesito espacio de todo lo que tenga que ver con Harry Styles.

—¡Esa es nuestra chica!—, Tom me levantó en sus brazos y me lanzó hacia arriba, luego me bajó y sacudió mi cabello, se hizo a un lado y dejó que los demás me abrazaran.

Si, sabía que podía superar esto, esto no era el fin del mundo.

***
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his fame | harry stylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora