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Abril 11 del 2018.

Tenía unos 15 minutos en el uber esperando. Ya había visto como Harry había entrado a la cafetería donde siempre iba gracias él, y no me sentía preparada para entrar.

Hacía meses que no lo veía a los ojos y estaba muy nerviosa y a la vez tenía miedo. No estaba segura de que saldría en ésta conversación y ni de que quería hablar.

Sin pensarla más decidí salir del auto y pagarle al chofer, luego respiré un par de veces, tal y como mi terapeuta me había indicado para no tener un ataque de pánico en medio de la calle y caminé a la entrada del lugar.

Todo estaba exactamente como lo recordaba, así que caminé en busca de la mesa, sonriéndole a la muchacha de la entrada y me dirigí al jardín donde sabía que Harry estaría, le encantaba por alguna razón esa parte del lugar.

Cuando lo vi paré en seco y sentí como mi corazón se paraba, como si me hubiesen asustado. Él estaba en su teléfono, sus pulgares se movían rápidamente por la pantalla y gracias a eso pude tranquilizarme un poco. Harry se veía bien y tranquilo, así que traté de canalizar esa misma energía por mi cuerpo.

Una vez me acerqué hasta estar a unos cuantos pasos de la mesa, él levantó la vista y pude ver como su rostro cambió, como si de repente lo hubiesen dejado sin aire, lentamente se levantó y se movió hacia mi, una mano extendida, invitándome a sentarme.

—Hola, Hannia—, su voz sonaba preciosa, y claro que logró que me alborotara las mariposas en el estómago y también esparció un sentimiento de tranquilidad por todo mi cuerpo, permitiéndome que me relajara al instante... un poco.

—Hola, Harry, ¿cómo estás?

Me senté y él también hizo lo mismo, nos estábamos dedicando sonrisas pequeñas y ambos estábamos de llevar esto con la más posible calma y delicadeza, no queríamos causar una escena sentimental o algo por el estilo. Y la mejor manera era comenzar con cosas triviales para aligerar el ambiente.

—Bien, muy bien, dentro de lo que cabe, ¿tú?

Asentí feliz de que los dos nos estuviésemos sintiendo mucho mejor, me sentiría un poco culpable si él no estuviese mejor.

—Escuché que obtuviste un trabajo y que te quedas a vivir en Londres, muchas felicidades, Hannia, yo sé cuanto deseabas quedarte en Inglaterra—, habló y rápidamente le sonreí y mis mejillas se calentaron por la vergüenza, estaba feliz de que no se hubiese olvidado de aquello.

—Si, si. Estoy muy feliz con mi nuevo trabajo, de hecho estoy aquí con Thomas por ello, mis amigos de la universidad también vinieron, querían aprovechar y verme.

Él asintió y luego cuando iba a decir algo, el mesero interrumpió preguntándonos que queríamos de tomar. Una vez ordenamos él prosiguió: —Me alegra que todo te esté saliendo como deseabas, en serio te lo mereces.

—Gracias... eh, pero tú no te quedas atrás, todo Twitter está encantado con la idea de que tú seas co-host en la MET gala, eso es genial Harry, sé cuanto disfrutas de la moda... espero Anna Wintour no te haya intimidado demasiado.

Él se tapó la boca con la mano mientras se reía, sacudiendo su cabeza, haciendo que sus rizos se movieran de lado a lado, se había cortado el cabello y se veía guapísimo, Dios, quería tocarlo.

—Anna está bien, me trató muy bien, aunque tiene fama de ser algo intimidante.

Abrí los ojos y me reí: —¡¿Algo?!

Los dos paramos de reír y quedamos en un silencio un tanto incómodo, yo solo quería seguir hablando de tonterías para evitar el tema que Harry quería tocar, no sabía si estaba lista para hablar sobre nosotros.

his fame | harry stylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora