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A T E N C I Ó N: este capítulo tiene los mismos diálogos pero de diferente perspectiva del capítulo 39.

***

Harry.

¿Por qué?

Mi cuerpo se estremeció al escuchar lo dañada que se escuchaba su linda voz, había estado llorando todo el rato junto con ella, hasta ya no poder soportar ver como no me dejaba acercarme, así que me hice bolita yo mismo, llorando ahí también, me estaba haciendo falta el aire.

Abrí mi boca para tratar de decir algo; lo siento, te amo, vuelve, déjame abrazarte, algo, pero nada, los temblores de mi cuerpo y mis ojos llenándose de lágrimas me hicieron imposible decir algo, no tenía palabras. No quería verla a los ojos, me estaba matando verla así por mi culpa.

—¿Por qué, Harry?

La tenía frente a mi, parada y con los brazos cruzados debajo de su pecho, mirándome. Me sentía impotente al no poder tocarla o ayudarla, pero sabía que ella sentía lo mismo. Examiné con temor su cara y manos, éstas estaban presionadas contra su pantalón, tratando de sellar la sangre que salía por el corte que se había hecho.

¡Respóndeme!

Brinqué y desvié la mirada hacia la ventana de la habitación, mi nariz arrugándose por las ganas de combatir las lágrimas, pero sin éxito. Sentía que me estaban ahorcando, no podía respirar y mi mente tenía los pensamientos desordenados.

Así que dije la primera estupidez que se me ocurrió.

—No fue mi culpa—, mi voz susurró, sonó como un gemido ahogado de dolor, y pude ver como su rostro se enfureció y apretó sus puños sin importar lastimarse las palmas de las manos. Mi respuesta la había hecho enojar porque yo sabía muy bien que no se refería a eso.

—Mírame y contéstame de una vez.

La miré y fruncí el ceño, y una sensación de malestar inundó mi estómago.

Estaba culpándome por algo que yo no había hecho, yo no la había besado, ni siquiera me dio oportunidad la primera vez que se lo pedí para explicarle, no tenía porque estarme reclamando de esa manera.

Estaba molesto, y probablemente cometería una estupidez al decir lo siguiente, pero no me importaba, me sentía destrozado.

—¡Que no fui yo, Hannia! Yo no la besé, ella me besó a mi.

—Sabes que eso no me interesa en lo absoluto en este momento.

Sus ojos brillaron y rápidamente se levantó y me dió la espalda, así que me levanté en un impulso de remordimiento, mierda, sabía que si seguía hablando la iba a cagar más.

—Tú sabes que la confianza lo era todo para mi, Harry. Todo. Si tú me hubieras dicho desde un principio cuando te pregunté en Canadá nada de esto estuviera pasando, y tú lo sabes.

Su voz llorosa hizo que mis ojos soltaran las lágrimas que estaban reteniendo y el malestar en mi estomago se hizo más presente, la ansiedad me estaba carcomiendo y la tristeza también. En un instante caminé hacia el jarrón de la mesa y lo lancé hacia la pared, esperando sentir algo de alivio, más no hubo tal resultado, solo se estrelló contra el muro y me limpié las lágrimas con la palma, mi pecho subiendo y bajando por el llanto.

his fame | harry stylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora