his fame | harry styles

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Harry.

Había perdido la cuenta de cuántas llamadas me habían hecho durante la última semana, de hecho, ni quería recordar.

Yo solo quería estar en cama, acostado sin que nadie me molestara durante todo un año entero, no podía soportar ni el hecho de bajar las escaleras o acercarme a mi recámara, había estado bebiendo y vomitando en el cuarto de huéspedes por dos semanas enteras, jamás la había pasado tan mal.

*bippppp*

"Harry... soy Gemma, estamos muy preocupadas por ti, mamá está desesperada, no contestas ningún mensaje o llamada de tus amigos, tienes que parar de hacer esto"

Mi familia y varias personas habían tratado de comunicarse, más nunca podía contestarles, no tenia las fuerzas para hacerlo.

Simplemente el bajar por las escaleras me recordaba a ella, podía verla en el cuadro de la galería de mi cara, escuchar su voz por toda la casa y oler su perfume por ella, mierda, tal vez me estaba volviendo loco.

Eran al rededor de las 3 de la mañana cuando decidí levantarme para ir a poner un poco de música, había estado revisando entre las fotos de mi celular y al ver su sonrisa en alguna de ellas me hizo llorar y poner música de la más triste que encontrara, tal vez más tarde me daría un baño.

'Eternal Flame' por Los Bangles soñaba a través del tocadiscos, aumentando el sentimiento de un recuerdo roto y doloroso.

Justo al darme la vuelta, tropecé una maleta que había tratado de abrir cuando estaba más borracho horas atrás.

Era negra y mediana, la reconocería dónde fuera porque era la que usaba ella para traer ropa a la casa cuando solía venir a dormir conmigo. Rápidamente me tiré al suelo y la abracé a mi cuerpo, soltando un estruendoso grito rasposo e mi garganta, estaba un poco ebrio, triste, con el corazón roto y extrañaba a mi ex novia, para nada una buena combinación.

Cuando menos pensé ya había abierto la maleta, habían varias piezas de ropa que reconocía y otras que no.

Todo tenía ese característico olor de ella, olía al detergente que usaba y al perfume de vainilla que tanto me gustaba que usara. Saqué la botella de perfume y la coloqué en la cama, cuando hice eso sentí con mi otra mano una especie de bolitas y mi ceño se frunció y tomé el objeto entre mis dedos, cuando lo ví sentí mi corazón pararse y como el color se drenaba de mi, un mareo terrible al ver el precioso collar de perlas blancas que le había dado.

—¡Amor, ya! ¡Vamos, dime que es!

Me reí y seguí cubriendo sus ojos mientras acomodaba enfrente de ella ella caja del collar.

—Espera..., ¡listo! Puedes abrirlos.

Ella destapó sus ojos y escuche como ahogó un grito de emoción, rápidamente se giró en su lugar y me plantó un beso, sobra abdomen por el cuello mientras sus dedos acariciaron los rizos que tenía en la parte baja de mi cabeza, sonriéndole al separarse, tenía los ojos brillosos y llenos de lágrimas.

—Harry... no tenías que hacerlo.

Me encogí de hombros divertidamente y la giré para que tomase el collar de la caja y lo inspeccionara mejor, luego de que lo tomó entre sus manos la abracé por la cintura y recargué mi barbilla en su hombro derecho.

—¿Te gusta, bebé?—, ella asintió rápidamente, luego me miró con sus lindos ojos verdes y me sonrió tímidamente, indicándome con sus manos que si podía ponérselo.

Lo tomé entre mis manos y lo pasé al rededor de su cuello; ajustando el broche y abrochándolo rápidamente, besando la curva de su cuello una vez colocado correctamente, haciéndola reírse y sonrojarse por mis acciones.