his fame | harry styles

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Hannia.

Mis piernas se movían impacientemente, estaba muy nerviosa. Tenía más de 10 minutos esperándolo y tenía miedo de que me dejase plantada y no viniese.

Hoy había amanecido lloviendo, era sábado y recién había salido de la constructora, me había quedado a terminar unos pendientes que no pude terminar ayer gracias al nerviosismo de esta reunión.

Sabía que Harry se había sorprendido al instante en el que lo llamé, su voz me indicó que aceptaba mi propuesta de reunirnos y hablar sobre cómo habían terminado las cosas, los dos habíamos hecho las cosas mal y necesitábamos una clausura clara.

Venia con mis intenciones y eran muy claras, no íbamos a volver, no por ahora, aunque no me voy a cerrar en la posibilidad de no ser algo más en un futuro; Harry había roto mi confianza y recuperarla no sería fácil, claro, si es que todavía quiere recuperarla; al menos ser amigos.

—Hola.

Harry estaba parado frente a mi, estaba usando unos jeans azules y una playera de mangas largas negra, una chaqueta de mezclilla por arriba de esta, unos vamos blancos y una boina de mezclilla igual.

Su cabello se veía perfectamente peinado y su cara se veía preciosa sin ninguna imperfección, vello facial había comenzado a crecerle en la mandíbula, más lo que más se le notaba era la expresión de cansancio y tristeza que llevaba, el brillo en sus ojos no era igual; nada diferente a mi, y por un instante me alegré de que él estuviese pasando por lo mismo.

—Hola... siéntate, por favor.

Él asintió y abrió la silla gente a mi, estábamos en un área privada en un pequeño café cerca del Gherkin.

Cuando por fin estuvo en su asiento, tomé un sorbo de mi té y él miró sus manos. La verdad era un poco incómodo estar aquí y un poco extraño también tenerlo frente a mi después de todo este tiempo, pero no podía negar esa sensación de ardor en mis manos que me hacían querer saltar d e ni silla y besar su hermoso rostro y apretar mis brazos al rededor de su cuerpo en un abrazo.

Dios, lo extrañaba tanto, tanto.

—Harry...

—Hann...

Reímos un poco y él me indicó con la mano que yo iniciara, así que cerré los ojos y suspiré, tenía que tranquilizarme.

Con mis ojos cerrados contesté: —Y-yo no te odio, Harry.

Abrí mis ojos para ver cómo los de él me miraban tristemente, y una pequeña sonrisa se formó en mi boca al ver su expresión de alivio también.

—Y-yo—, dejé salir otro suspiro tembloroso y me senté bien, pasé una mano por mi cabello y lo acomodé, lo hacía cuando me sentía nerviosa. —Entendí que no hay razón para hacerlo porque no puedo, es por eso, y no quiero odiar a alguien que significa tanto para mi, no podría vivir con ello en mi conciencia.

Extendí mi mano hacia él, y él la observó con un poco de asombro en sus ojos y rápidamente tomó mi mano entre las suyas, una lágrima se desprendió, más yo tenía una sonrisa en mis labios.

Diablos, iba a extrañarlo tanto.

—Tenía miedo de que me odiaras, muchísimo.