—¡La señorita Lucy no puede subir a la señorita Ginny al tejado!
La jefa del hogar era Roxane, y si ella decía que algo no se podía hacer, Pepper se acordaba de ello.
A Lucy le gustaba estar sola en casa para hacer las cosas que su madre no le dejaba cuando estaba presente. Y le gustaba más aún cuando estaba con sus primos y sin sus padres.
Llevaban poco más de una semana de vacaciones, y los padres de Lucy iban a trabajar en sus acostumbrados horarios. Sin embargo, solían llegar a casa bastante tarde, y no querían decir a dónde iban. Ron le había contado que su padre hacía lo mismo, y que esperaba a que todos se fueran a la cama para hablar con Molly.
Para no estar tanto tiempo solos, Will dio a Lucy permiso para ir a La Madriguera a jugar o bien que sus primos fueran a su casa.
—¡Pepper, nos vas a delatar! —protestó Lucy.
—Los señores Weasley llegarán a casa en cualquier momento —replicó el elfo—. Y se enfadarán si encuentran ahí arriba a las señoritas.
En aquel momento Lucy estaba jugando al escondite con Ron, Ginny y los gemelos. Así se había escondido con su prima en el tejado. Pero Pepper las había descubierto, y recordó a Lucy que no podía subir al tejado con terceros, especialmente si estaba oscureciendo y si el tejado estaba mojado, pues había llovido por la mañana, y parecía estar a punto de llover de nuevo al anochecer.
—¡Os pillé! —gritó Ron, que acababa de llegar—. Venga, bajad, que tengo hambre.
Ginny puso los ojos en blanco.
—Piensas con el estómago —le reprochó.
Con un chasquido de dedos, Pepper llevó hasta los pies de las pelirrojas una escalera. Las chicas bajaron del tejado mientras una gotas de lluvia empezaban a caer del oscuro cielo.
El elfo doméstico no hacía más que meterles prisa. Aquel día los primos y los tíos de Lucy iban a quedarse a cenar en casa, y tanto a Roxane como a Molly les gustaba la puntualidad.
Los Weasley y Pepper entraron dentro de la casa de Lucy. Pasaron a un pequeño vestíbulo con dos puertas, y entraron a la cocina por la puerta izquierda.
—¡Los señores Fred y George no deben meter los dedos en la comida! —exclamó el elfo doméstico poniendo los brazos en jarras.
Los gemelos se apresuraron a retirar los dedos de la salsa del estofado, y se los limpiaron en el costado del pantalón.
—Perdón, Pepper —se excusó Fred, con una sonrisa pícara.
Alguien llamó al timbre. Lucy cruzó hasta el vestíbulo y abrió la puerta.
—¡Hola, mamá! —saludó Ginny, asomándose detrás de su prima.
—Uy, qué bien huele, ¿no? —sonrió Molly, dejando su paraguas a un lado.
Pasaron a la cocina , donde esta vez, Ron intentaba meter las manos en el estofado. Su madre le dio un manotazo y le mandó sentar. También preguntó quién había cocinado aquello.
—Ha sido Peper, señora Weasley —respondió Pepper—. Roxane Moon prefiere que Pepper cocine, porque afirma que la señorita Weasley es... bueno...
—Un desastre cocinando —terminó Lucy sin darle importancia, sentándose con Ron en la mesa.
Era cierto. Lucy tan sólo sabía cocinar sopa y comida que no implicaba el uso del fuego.
—Tenerte al lado del fogón es un un peligro —dijo Pelos, subiéndose a su regazo.
—Cállate.
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Lucy Weasley y la Orden del Fénix ✔️ [Lucy Weasley III]
FanfictionTERCER LIBRO DE LA SAGA LUCY WEASLEY Lord Voldemort ha vuelto, y Albus Dumbledore ha reunido la Orden del Fénix para luchar contra él a espaldas del Ministerio de Magia, pues éste se niega a creer el regreso del Señor Tenebroso. Mientras, llega a...