24. Navidad en la sala reservada

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Al volver de San Mungo, Harry apenas salía de su habitación. En varias ocasiones, Ron y Lucy iban a buscarlo para haber si lograban convencerlo de salir del cuarto, pero parecía imposible.

Jonathan, que había llegado aquella tarde e iba a pasar las Navidades también allí, les decía que le dieran un respiro.

- Con todo eso de la visión debe sentirse... raro, por llamarlo de alguna manera - les explicó. Él, Ron y Lucy estaban en el cuarto de esta última -. Creo que necesita estar solo.

- ¡Pero no puede quedarse ahí para siempre!

- Lo sé, Lucy, pero estará pensando en sus cosas. Intentadlo más tarde. O cuando venga Hermione; con todos sus amigos reunidos, tal vez sea más sencillo hacerlo salir.

Pero Ron no se daba por vencido. Se levantó.

- Voy a hablar con él otra vez - dijo -. Ahora vuelvo.

En cuanto Ron salió y cerró la puerta, Jonathan, que estaba de pie, corrió hasta la cama de Lucy y de un salto se sentó frente a ella, haciendo botar el colchón.

- Estás en otro lugar últimamente - murmuró -. ¿Se puede saber qué te pasa?

Lucy frunció el ceño. Entonces reparó en que tal vez Jonathan podría haber deducido lo que le había pasado; muchas veces parecía que podía leerla la mente. Su nariz enrojeció.

- A mí no me pasa nada...

- No me lo creo - la atajó él. La miró con atención, y con expresión sonriente se señaló la nariz -. ¿Tiene que ver con quien ya sabemos?

La pelirroja se tapó la nariz inmediatamente.

- ¿Qué? ¡No! ¡No tiene que ver con eso!

- ¿Sabes que antes de mentir siempre miras a la derecha?

- Eso no es verdad.

- ¡Mira! Ya lo has hecho otra vez - sonrió con picardía -. Entonces sí que tiene que ver con Nev...

- ¡Shhh, más bajo!

Jonathan miró la puerta para comprobar que seguía cerrada, y luego volvió la vista de nuevo al rostro pecoso de Lucy.

- Venga - murmuró -. Cuéntame, por favor.

Ella suspiró, y tras asegurarse de que Pelos tampoco estaba en la habitación, roja como un tomate, se pasó las manos por la cara.

- Fue culpa de los gemelos, ¿vale? - soltó -. Ellos colgaron el muérdago encantado de Zonko en el pasillo... Y ya era tarde, y podían pillarnos si nos quedábamos allí...

Su primo ahogó un grito y se tapó la boca. Luego se acercó más a Lucy, con una sonrisa.

- ¿Os besasteis?

La peliroja asintió, con cabeza baja.

- ¡Por la Madre, Lucy! Y yo que pensaba que hasta los dieciocho no ibas a hacer nada. ¿Cómo fue? ¿Te gustó? ¿Y a él?

- B-bueno... - susurró con una sonrisa nerviosa -. Fue bonito. O al menos para mí...

- O sea que sí te gustó.

- Sí.

Jonathan sonrió y dio unas palmadas.

- ¿Alguien más lo sabe?

- Harry nos vio, pero no va a decir nada. Si Ron se entera...

- ¿No se lo vas a decir?

- Él no es como tú, Cabeza de Paja. No sabes cómo se puso Ron cuando se enteró de que Ginny tenía novio.

Lucy Weasley y la Orden del Fénix ✔️ [Lucy Weasley III]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora