Lucy Weasley y la Orden del Fénix ✔️ [Lucy Weasley III]

15. Quidditch y charlas en el fuego

La primera clase de Cuidado de Criaturas Mágicas sin Hagrid fue bastante interesante. La profesora Grubbly-Plank les enseñó unas criaturas que vivían pegadas a los árboles, y no estuvo mal.

Sin embargo el resto de la semana no fue igual de bien. Harry estuvo castigado con la profesora Umbridge, diciendo que le había puesto a copiar. Pero por alguna razón, después de los castigos apenas utilizaba la mano derecha abiertamente.

De modo que Lucy lo esperaba frente al despacho de Umbridge. Harry salió y cerró la puerta con sigilo, haciendo una mueca de molestia.

- ¿Qué tal? - preguntó la pelirroja reuniéndose con él.

- Me ha puesto a copiar - dijo él, encogiendo la mano derecha dentro de la manga de la túnica.

Lucy frunció el ceño. Estaba escondiendo algo.

- ¿Qué tienes en la mano?

- ¿Qué? Nada.

La chica le miró fijamente a los ojos, mientras subían las escaleras.

- Es mentira - sentenció. Intentó agarrar la muñeca de su amigo, pero Harry se apartó rápidamente -. ¡Enséñamelo! ¿Qué te ha hecho esa arpía?

- ¡Te digo que no pasa nada! - protestó  Harry, y empezó a correr tratando de escapar de su amiga.

Al girar la esquina, Lucy chocó contra alguien, y se golpeó la nariz.

- ¡Ah!

- ¡Ay, Lucy! Perdona, ¿estás bien?

- ¿Ron? - dijo Harry.

El pelirrojo aferrado a su escoba. Al ver darse cuenta de que lo miraban interrogantes, Ron se intentó esconder su nueva Barredora 11 detrás de la espalda.

- ¿Qué haces aquí?

- Pues... nada. ¿Y vosotros?

Harry lo miró frunciendo el entrecejo.

- ¡Vamos, Ron, puedes contárnoslo!

- ¿De qué te escondes? - preguntó Lucy.

- Me escondo de Fred y George - dijo atropelladamente -. Acabo de verlos pasar con un grupo de alumnos de primero; creo que están utilizándolos otra vez como conejillos de Indias. Como ahora ya no pueden hacerlo en la sala común, porque allí está Hermione...

- Pero ¿qué haces con la escoba? - cuestionó Lucy -. No habrás estado volando, ¿verdad?

- No..., bueno..., esto... ¡Está bien, os lo contaré! Pero nada de reírse, ¿vale? - dijo, poniéndose a la defensiva; cada vez tenía las orejas más coloradas -. Es que... quiero presentarme a las pruebas de guardián de Gryffindor ahora que tengo una escoba decente. Ya está. Podéis burlaros lo que queráis.

- No me río - replicó Harry -. ¡Me parece una idea excelente! ¡Sería genial que entraras en el equipo! Nunca te he visto jugar de guardián. ¿Lo haces bien?

- Digamos que no lo hago del todo mal - contestó Ron.

- Charlie, Fred y George siempre le colocaban de guardián cuando se entrenaban durante las vacaciones - explicó Lucy -. ¿Y has estado practicando esta noche?

- Todas las noches desde el martes... Pero yo solo. He intentado encantar unas quaffles para que volaran hacia mí, pero no ha resultado fácil, y no sé si servirá de algo. - parecía angustiado -. Fred y George van a morirse de risa cuando vean que me presento a las pruebas. No han parado de tomarme el pelo desde que me nombraron prefecto.

- No te preocupes por esos dos - dijo su prima, poniéndole una mano en el hombro -. Pero si necesitas ayuda, ¡dilo!

- Ojalá pudiera asistir a las pruebas - comentó Harry con amargura mientras reanudaban el camino hacia la sala común.