32. Un pantano portátil

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Tan sólo faltaban seis semanas para los exámenes, y la mente de Lucy se dividió en dos: por un lado, quería que los exámenes llegaran ya para quitárselos de encima, y por otra parte deseaba detener el tiempo para no tener que estudiar.

Pero su cabeza también solía recordar lo que Harry y ella habían visto en el pensadero de Snape. A causa de aquello, su amigo había dejado de dar clases de Oclumancia, y Hermione preguntaba constantemente por qué; sin embargo, ellos dos no dijeron ni una palabra del recuerdo que habían presenciado.

¿Qué cosas le habrían hecho Dolohov y Snape a su padre para que estuviera tan enfadado? Provocar en Will semejante furia no lo lograba cualquiera.

Lucy también estaba molesta con Cho Chang. Había discutido con Harry, defendiendo a su amiga la soplona. Sí, era cierto que Umbridge habría podido utilizar veritaserum con ella, pero para hacerlo debía haberle obligado a tragarlo o, seguramente, invitarle a una bebida.

«¡Claro! Eso fue lo que quería hacer con Harry y conmigo. Por eso insistía en que me bebiera el té.»

Pero de todos modos, ¿a quién en su sano juicio se le ocurriría aceptar bebida de un enemigo declarado? ¿Acaso Marietta era realmente así de torpe?

  Para subrayar la importancia de los próximos exámenes, una serie de folletos, prospectos y anuncios relacionados con varias carreras mágicas aparecieron encima de las mesas de la torre de Gryffindor poco después de que las vacaciones finalizasen, y en el tablón de anuncios colgaron un letrero que decía:

ORIENTACIÓN ACADÉMICA
Todos los alumnos de quinto curso tendrán, durante la primera semana del trimestre de verano, una breve entrevista con el jefe de su casa para hablar de las futuras carreras. Las fechas y las horas de las entrevistas individuales se indican a continuación.

Lucy revisó la lista y vio que la profesora McGonagall la esperaba en su despacho el lunes, a la hora de Adivinación. Los alumnos de quinto habían pasado una parte considerable del último fin de semana de las vacaciones de Pascua leyendo la información sobre diferentes carreras que habían dejado en la torre para que los alumnos la examinaran.

—Bueno, la Sanación no me atrae —comentó Ron la última noche de las vacaciones. Estaba enfrascado en la lectura de un folleto en cuya portada se veía el emblema del hueso y la varita cruzados de San Mungo—. Aquí pone que necesitas como mínimo una «S» en los TIMOS de Pociones, Herbología, Transformaciones, Encantamientos y Defensa Contra las Artes Oscuras. No son exigentes ni nada, ¿eh?

—Bueno, ten en cuenta que es una profesión de mucha responsabilidad —observó Hermione, que estudiaba minuciosamente un folleto de color naranja titulado: «¿CREES QUE TE GUSTARÍA TRABAJAR EN RELACIONES CON LOS MUGGLES?»—. Para especializarte en relaciones con los muggles no es necesario estar muy bien cualificado; sólo te piden un TIMO de Estudios Muggles. Mira lo que dice aquí: «¡Son mucho más importantes tu entusiasmo, tu paciencia y tu sentido del humor!»

—Te aseguro que para relacionarse con mi tío hay que tener algo más que sentido del humor —intervino Harry con desánimo—. Un buen sentido del escondite, por ejemplo. —Estaba leyendo un folleto sobre la banca mágica—. Escuchad esto: «¿Buscas una carrera interesante que implique viajes, aventuras y sustanciosas bonificaciones en metálico relacionadas con experiencias peligrosas? Pues plantéate si quieres trabajar para Gringotts, el Banco Mágico, que recluta a rompedores de maldiciones y les ofrece emocionantes oportunidades en el extranjero.»

—Pero piden Aritmancia —señaló Lucy—; ¡tú podrías hacerlo, Hermione!

—No me interesa mucho la banca —repuso ella con vaguedad, pues estaba leyendo otro folleto titulado: «¿TIENES LO QUE HAY QUE TENER PARA ENTRENAR A TROLS DE SEGURIDAD?»

Lucy Weasley y la Orden del Fénix ✔️ [Lucy Weasley III]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora