7. Rob Terrible y las malas noticias

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Era imposible.

Debido a que infiltrarse en la reunión era un castigo asegurado, trataron de escuchar desde fuera.

-¿Qué es este chisme?

-No lo llames así -protestó George.

-Éste «chisme», Ronald -explicó Fred-, es una oreja extensible. Básicamente, sirve para escuchar a escondidas.

Se asomaron al hueco de las escaleras desde el tercer piso y cada uno extendió su oreja. Los chismes cayeron hasta casi tocar el suelo, bajo el cual estaba la cocina.

Llegaban a oírse pequeños sonidos e indicios de palabras, pero realmente, no podían escuchar nada las conversaciones.

-Lo han hechizado -decía Ginny-. He tirado una bomba fétida desde el piso de arriba. Nada ha pasado a la cocina; todo se ha quedado arriba.

Pasaban los días limpiando y las noches pensando en algún modo de escuchar las conversaciones de la Orden. Pero aquello último nunca lo conseguían.

Dos días después de que los Weasley llegaran a Grimmauld Place, Jonathan y sus padres se mudaron a un piso cuatro calles más arriba, pero aún así, iban todos los días al cuartel para ayudar a limpiar.

Hermione llegó tres semanas más tarde, y se instaló en el cuarto con Lucy y Ginny. Will había se cogido la tarde libre para ir a buscarla a la parada del «metro», que al parecer era un tren muggle subterráneo.

-Tu padre se perdió por la estación -le explicó Hermione a Lucy a la hora de la cena-. Lo encontré tratando de saltar a las vías para huir de un perro de malas pulgas que le estaba mordiendo los zapatos.

-¿Eso es cierto, William? -preguntó Roxane con severidad.

Will, con la boca llena de comida, sonrió con inocencia.

-Un día nos vas a exhibir a todos -le reprendió Remus.

-¿Por un perro, Comadreja? -rió Sirius-. No puedo creerlo.

-No seas malo -dijo Tonks, tratando de robarle su comida al animago.

-¡Tonks, mis patatas!

-¡Pero a mí no me quedan!

-Nymphadora, compórtate, por favor -la regañó Kigsley Shakebolt con su voz profunda. Era un auror alto, negro y calvo, que tenía unos ojos oscuros y brillantes.

Antes de que Tonks pudiera reclamar que no la llamase así, alguien llamó al horrible timbre, y la señora Black empezó a gritar.

-¿Quién puede ser tan tarde? -preguntó Sirius poniéndose en pie.

La abba Gadea frunció el ceño y se rascó la nariz, pensando.

-¿Alguien tiene hora?

-Son las ocho y media- informó Ginny.

Gadea se tapó la boca, ahogando un grito.

-¿Qué día es hoy?

-Viernes -dijo George.

-Veintiuno de julio -dijo Fred.

La mujer se puso en pie de inmediato.

-Niños, arriba -dijo-. Todos. ¡Venga, vamos! Sirius, id a callar a esa mujer y no abráis la puerta hasta que los niños hayan subido.

Gadea corrió rápidamente a los fogones, seguida de su esposo , Los chicos se levantaron y caminaron escaleras arriba mientras Remus y Sirius se apresuraban a cerrar las cortinas del retrato de la señora Black.

Lucy Weasley y la Orden del Fénix ✔️ [Lucy Weasley III]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora