El viaje al hospital se hizo eterno e incómodo.
Simón al final condució, claro, después de discutir quien lo iba a hacer. Lo típico.Nos adentramos a la sala de espera del hospital. Laura se encontraba en una silla, estaba mirando algo en su celular, la note un poco cansada y apagada.
Laura y Martín eran muy bellos, hacían un pareja muy tierna, los admiraba mucho.
Caminamos hacia ella, al parecer no nos notó, se encontraba muy concentrada en su celular.
-Hey- la saludé
-Hola chicos.
-¿Dónde esta Martín?- preguntó Simón.
-Habitación 13, segundo piso- respondió Laura.
Simón sin decir nada más, se retiró, dio largas zancadas hacia el ascensor y un parpadear ya no se encontraba en el lugar.
Martín fue atropellado esta tarde, sufrió varias lesiones, pero no pasó a mayores.
Nos tardamos en ir al hospital ya que fuimos los últimos en enterarnos y el espectáculo que hizo Simón en la habitación también nos comió tiempo.
Pero bueno, ya nos encontrábamos aquí.-¿Por que no vas y te das un baño y comes algo? Nosotros nos encargaremos de Martín-
Al parecer Laura estaba distraída, así que puse mi mano en su hombro -¿Laura?-Uhmmm, sí, creo que será lo mejor, nos vemos Lena.
Le di un abrazo de despedida y me dirigí al segundo piso donde se encontraba Martín.
Llegué a la habitación 13. Coloque mi mano en la manija para poder abrir la puerta, pero las voces en el interior me detuvieron.-...lo siento, esto no debió pasarte, yo tuve la oportunidad de llevarte a casa- murmuró Simón, cada palabra que pronunciaba se volvía dolorosa, su arrepentimiento era sincero, pero el no debía arrepentirse, el no tuvo nada que ver.
-Simón, no es tu culpa ¿Que sabías tú del accidente?- replicó Martín.
-Es mi maldita culpa...
-¡Si jodes! No es tu culpa.
-¡Es mi culpa porque no fui capaz de protegerte!- Simón dio un grito, un grito con un tono frío y desesperante.
Era momento de entrar, de calmar la situación tan tensa que estaba ocurriendo en esa habitación.
Abrí la puerta y ambos se me quedaron mirando, uh, que tensión.
-Hola Martín.
-Hola Lena, ¿todo bien?
-Creo que la pregunta es al revés, quería saber como seguías- dije.
-Bien, bastante adolorido y cansado de esta intravenosa, duele como el infierno- Martín le dio una mirada de desagrado a la aguja que pinchaba su piel.
-Eres una princesa- me burlé.
-Tal vez, las princesas deben tener manos perfectas.
-y...¿Cómo fue que ocurrió todo esto?- sólo podría ver a Simón como movía la cabeza de Martín hacia a mi, andaba muy concentrado en la conversación.
-Pues, me fui caminando, ya casi iba a llegar a mi casa, sólo faltaba una calle por cruzar, me fijé que no viniera nadie, pero un maldito carro loco salió de la nada, vi que trató de frenar, pero no fue suficiente, de todos modos me impactó y pues bueno el resto ya lo sabes.
Al parecer esta historia no le agrado mucho a Simón ya que salió de la habitación.Suspiré.
-Sólo esta agobiado por todo esto- dijo Martín.
-Sí, pero no es culpa de él.
-Pero aún así lo siente así y cuando Simón se mete una idea en la cabeza nadie logra sacarla.
Nos quedamos un momento en silencio hasta que al final lo corté.
-¿Necesitas algo?- le pregunté a Martín.
-Por ahora quiero que vayas y calmes a Simón.
-Listo Jefe- le di un guiño.
-Y si hay yogurt por favor me traes uno.
-Lo haré sólo porque dijiste "por favor"
* * * * * * * * * * * * * * *
Llegué a la cafetería del hospital y Simón se encontraba sentado y miraba su café con odio.
Pobre café.
Fui y pedí un yogurt para Martín y después me senté frente a Simón.
-Vete.
-Si te hiciera caso cada vez que me dices eso, ya estaría en la Patagonia.
La esquina de su labio se estiró.
-¿Eso fue una sonrisa? Wow, debería darme un guiness por eso.
-Lo siento.
Sus palabras me tomaron por sorpresa, me quedé mirándolo perpleja, pero el no levantaba la vista de la mesa.
-¿Por que pides disculpas?
-Por lo que te dije, estaba lleno de rabia...- Simón se aclaró la garganta -No debí decir eso sin conocer tu historia.
Seguía sorprendida, ninguna palabra podía salir de mi boca. Sabía que Simón estaba lleno de rabia, es algo típico en él, pero que pidiera disculpas por ese mismo hecho, me sorprendía mucho.
Ya que mi falta de respuesta llamó la atención de Simón, me dio una mirada, y mi estómago dio un vuelco como lo hacia últimamente.
-¿Lena?
-Ah si, no te preocupes, acepto tus disculpas.
-Entonces... ¿todo bien?
-Sip.
-Genial.
-Iré a llevarle esto a Martín, te espero arriba- le dije.
-¿Desde cuando trabajas para Martín?
-¿Qué? ¿Tienes miedo que tu hermanito te quite a la niñera?
Simón soltó una carcajada y se escuchaba tan melódica, su risa era como música para mis oídos.
Maldita sea, debía parar esta bola de sentimientos ya.
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Yo contigo, tú conmigo
FanfictionSimón Vargas, con problemas para organizarse y una pequeña ansiedad por fumar, necesitaba urgente una asistente que lo vigilará y lo ayudará con sus labores, bueno la idea de la asistente no fue de él, si no de sus compañeros de Banda, que se encont...